Un médico de Harvard encontró una relación entre la donación de órganos y las muertes por sobredosis.
Cada año, decenas de miles mueren a causa del consumo de opioides. En 2016, solo en Estados Unidos se registraron más de 63,600 defunciones. Y aunque las recetas de opioides empiezan a disminuir, la crisis no da trazas de ceder pues, cuando no hay disponibilidad de pastillas, muchos usuarios recurren a la heroína o a su primo más peligroso, el fentanilo. No obstante, un extraño “fénix” emerge de esas cenizas: órganos de trasplante que salvan otras vidas. Cuando Mandeep Mehra y un colega de la Escuela de Medicina de Harvard notaron que aumentaba la cantidad de donadores, siguieron el rastro hasta dar con la fuente de origen, las muertes asociadas con los opioides. Newsweek habló con Mehra, profesor de medicina, acerca de esta correlación desconcertante.
—¿Cómo descubrió el nexo?
—La cantidad de donadores permaneció estancada durante años. Cuando notamos un incremento en años recientes, nos preguntamos si los estadounidenses estaban donando más o si había otro factor en juego. Así que revisamos 17 años de datos de donadores de órganos, desde el año 2000 hasta 2016, y notamos que la cifra de donadores fallecidos por abuso de drogas se había incrementado once veces.
“También estudiamos el mismo periodo en Eurotransplant, un colectivo europeo de ocho centros de trasplantes, y nos impactó ver que esta fuente de donadores, en particular, había permanecido sin cambio alguno en ese tiempo”.
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—¿Es seguro usar los órganos de personas que murieron a resultas de un abuso de drogas?
—Analizamos los resultados de individuos que recibieron órganos de drogadictos; de manera específica, los datos de receptores de corazón y pulmones. Esos órganos son los más vulnerables a la falta de oxígeno; lo cual, en última instancia, es lo que mata a las personas que fallecen por sobredosis. Los resultados —al menos durante el primer año posterior al trasplante— son los mismos que se obtienen con otras fuentes de donadores.
—¿Cómo justifica el beneficio de más órganos obtenidos de una fuente tan perturbadora?
—La epidemia de drogas es una enfermedad social con la cual debemos lidiar. El único beneficio de esta situación muy, muy turbia es que la pérdida de una vida puede salvar muchas otras, porque permite la donación del corazón, dos pulmones, dos riñones y el hígado.
“Cada vez que se realiza la recuperación de un órgano para trasplante, el equipo guarda un minuto de silencio como muestra de respeto y gratitud por ese regalo de vida. No obstante, desde la perspectiva de la comunidad de profesionales de trasplantes, no debemos considerar esta opción como una fuente de donadores sostenible”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek