La justicia rusa ordenó este viernes el bloqueo de la aplicación de mensajería cifrada Telegram en Rusia por no facilitar a los servicios especiales la forma de leer los mensajes de los usuarios de la aplicación.
Denunciando una “guerra contra el progreso y la libertad”, la aplicación, que cuenta con 200 millones de usuarios en todo el mundo y cuyos fundadores son de origen ruso, es conocida por ofrecer una alta confidencialidad y rechaza desde hace meses plegarse a los requerimientos de las autoridades rusas, que ejercen una creciente presión sobre internet estos últimos años.
En un tribunal de Moscú, la juez Yulia Smolina ordenó el bloqueo de la aplicación en su territorio hasta que cumpla “la obligación de brindar a los servicios de seguridad la información necesaria para descodificar mensajes electrónicos escritos, transmitidos, recibidos” por sus usuarios.
El organismo de control de comunicaciones Roskomnadzor, que recurrió a la justicia, advirtió el jueves que la decisión se implementaría “inmediatamente” una vez se conociera el veredicto.
La audiencia se celebró sin los representantes de Telegram, que dijeron no querer participar en una “farsa”.
El abogado de la aplicación Pavel Chikov denunció una decisión que “demuestra una vez más que la justicia sirve fielmente a los intereses del poder, sin preocuparse de guardar las apariencias”.
Este juicio “acerca a Rusia a los países donde se impone el odio, donde se cortan cabezas y se lucha contra el progreso y la libertad”, añadió en su cuenta de Telegram.
El 20 de marzo, Roskomnadzor dio 15 días a Telegram para facilitar sus claves de cifrado.
“Las amenazas de bloquear Telegram si no facilita los datos personales de sus usuarios no tendrán resultado. Telegram defenderá la libertad y la confidencialidad”, escribió en Twitter Pavel Durov, cofundador de Telegram.
‘Terroristas y extremistas’
Fundada en 2013 por Pavel Durov, el creador de la red social más popular de Rusia, VKontakte, y su hermano Nikolai, Telegram se ha beneficiado de los debates de los últimos años sobre la protección de la privacidad al usar nuevas tecnologías gracias a la seguridad que ofrece a sus usuarios.
Sus “canales”, que permiten a un usuario difundir mensajes a un gran número de seguidores, son empleados por los medios pero también por las administraciones rusas para su comunicación, incluido el Kremlin.
La aplicación recibe críticas continuamente en varios países por su utilización con fines políticos, principalmente en Irán, pero también por los yihadistas del grupo Estado Islámico para preparar atentados.
“Las informaciones difundidas por Telegram pueden contener datos utilizados por organizaciones terroristas y extremistas”, declaró en la audiencia una representante de Roskomnadzor, asegurando que esto constituía “una amenaza para la Federación Rusa”.
La aplicación explicó previamente que las peticiones de las autoridades eran “inaplicables” desde el punto de vista técnico, precisamente por el sistema tan complejo de cifrado, según el cual la propia aplicación no tiene acceso a algunas comunicaciones.
Desde la vuelta de Vladimir Putin al Kremlin se han aprobado varias leyes para controlar internet, en nombre de la lucha contra el extremismo o el terrorismo.
Pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado una utilización con fines políticos para silenciar las críticas al poder, sobre todo porque la oposición, ignorada en las televisiones federales, se muestra muy activa en las redes sociales.
Pavel Durov, que abandonó Rusia en 2014 por tensiones con las autoridades, denunció una violación, para él, de la Constitución rusa, que protege el derecho a la privacidad de la correspondencia.
(Con información de AFP)