El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió este miércoles que “los misiles llegarán” a Siria en respuesta a presuntos ataques químicos y pese al riesgo de un choque frontal con Rusia, aliada de Damasco.
“Rusia promete derribar todos los misiles que se disparen contra Siria. ¡Prepárate, Rusia, porque llegarán, lindos, nuevos e ‘inteligentes’! ¡No deberían ser socios de un animal asesino con gas que mata a su pueblo y lo disfruta!”, tuiteó a primera hora del miércoles el presidente estadounidense Donald Trump.
Russia vows to shoot down any and all missiles fired at Syria. Get ready Russia, because they will be coming, nice and new and “smart!” You shouldn’t be partners with a Gas Killing Animal who kills his people and enjoys it!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 11, 2018
Trump también dijo en otro tuit que la relación con Rusia es peor ahora que en otros tiempos, incluida la Guerra Fría. “No hay razón para esto. Rusia necesita que nosotros ayudemos con su economía, algo que sería muy fácil de hacer, y necesitamos que todas las naciones trabajen juntas. ¿detener la carrera armamentista?”, tuiteó.
Damasco, en tanto, que acusa a Washington de apoyar a “terroristas” en Siria, calificó de “escalada peligrosa” las amenazas de Trump.f
“No estamos sorprendidos por esta escalada peligrosa proveniente de un régimen como el de Estados Unidos, que patrocinó y todavía patrocina el terrorismo en Siria”, indicó una fuente del ministerio de Relaciones Exteriores, citado por la agencia Sana.
Moscú insinuó, a través de la cuenta de Facebook de Maria Zajarova, la portavoz de su diplomacia, que Washington buscaría “borrar (con los misiles) las huellas de las provocaciones” occidentales en Siria, así “los inspectores no tendrán ya nada que hallar como pruebas”.
Zajarova agregó que “los misiles inteligentes (de EE.UU.) deben volar en dirección de los terroristas y no en dirección del gobierno legítimo (sirio), que lucha desde hace varios años contra el terrorismo internacional en su territorio”.
El portavoz del Kremlin había advertido previamente contra cualquier acción en Siria que pueda “desestabilizar la ya frágil situación de la región”, destacando que la situación “es muy tensa”.
Turquía, en tanto, exhortó a Rusia y Estados Unidos a cesar su “pelea callejera” por Siria.
Trump -que canceló una visita a Latinoamérica el fin de semana para “supervisar la respuesta estadounidense a Siria”- ha dejado claro que pretende que el régimen de Bashar al Asad, y posiblemente sus aliados Moscú y Teherán, paguen un alto costo por el último supuesto ataque con gases tóxicos.
Según socorristas, el sábado murieron más de 40 personas en el enclave rebelde de Duma, cerca de Damasco, debido a un ataque químico, que dejó a las víctimas luchando por respirar y escupiendo espuma.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) exigió el miércoles “acceso inmediato y sin restricciones a la zona (del presunto ataque químico) para atender a las personas afectadas” y señaló que, según informaciones de organizaciones sanitarias locales, “unos 500 pacientes tenían rastros y síntomas coherentes con una exposición a productos químicos tóxicos”.
Estados Unidos, Reino Unido y Francia han afirmado que el ataque químico tiene todas las señas de haber sido ordenado por el régimen de Damasco, que ha sido previamente acusado de otros ataques con gases tóxicos por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
Ruido de tambores
El destructor lanza-misiles USS Donald Cook partió el lunes del puerto Lanarca, Chipre, donde hacía una escala, y se encuentra en una zona donde fácilmente podría atacar Siria.
Mientras, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió el martes por la tarde un mensaje advirtiendo “posibles ataques aéreos en Siria (…) dentro de las próximas 72 horas”.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), el ejército sirio puso a sus fuerzas “en estado de alerta” por los próximos tres días en los aeropuertos y bases militares de este país arrasado por la guerra desde 2011.
Las tropas se preparan con un despliegue rápido, especialmente en Damasco, pero también la provincia de Homs (centro) y en Deir Ezzor (este), según el director de esta organización, Rami Abdel Rahman.
Esta medida se adopta generalmente “en reacción a las amenazas exteriores”, precisó.
Trump bombardeó en abril de 2017 una base militar siria en respuesta a un ataque con gas sarín en Jan Sheijun, del que acusaron al régimen de Asad y que dejó 80 civiles muertos.
El régimen sirio siempre ha negado su responsabilidad por los ataques químicos que se le han atribuido durante la guerra que devasta el país desde 2011.
“Credibilidad mancillada”
Ante la indignación de la comunidad internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a fracasar el martes en dar una respuesta a los presuntos ataques químicos en Siria, luego que Washington y Moscú se opusieran mutuamente a sus respectivas mociones para realizar una investigación internacional.
La embajadora de Washington ante la ONU, Nikki Haley, dejó claro que un fracaso en el Consejo de Seguridad no impediría la acción de Estados Unidos y sus aliados.
“Rusia ha mancillado la credibilidad del Consejo”, afirmó. “Cualquier cosa significativa que propongamos sobre Siria, Rusia la veta. Es una farsa.” Y consideró que la propuesta rusa solo buscaba “proteger a Asad”.
El embajador ruso en la ONU, Vassily Nebenzia, dijo que el veto obedecía a la voluntad de Moscú de “no permitir que el Consejo de Seguridad sea conducido a aventuras”.
Washington, con el respaldo de Londres y París, dijo estar listo para actuar con o sin apoyo de Naciones Unidas. China y Rusia dejaron en claro su oposición a un eventual ataque occidental.