Compadécete de los nacidos en 1981. Demasiado jóvenes para la Generación X, pero renuentes a que los agrupen con la generación más calumniada en la historia, existen en el inframundo del rango de edad.
Si naciste en 1981, prepárate.
Y considera llamar a un abogado. Has sido difamado: el Centro de Investigación Pew dice que eres un millennial. Bienvenido a la generación mejor conocida por su incertidumbre económica, fluidez digital, ensimismamiento y, obvio, afecto por el pan tostado con aguacate. No hay cuotas de membresía, a menos de que cuentes esos pagos de tu préstamo estudiantil.
Si naciste en 1980, estás incluido en la Generación X, aun cuando eres demasiado joven para haber visto a Nirvana en vivo o votado por Bill Clinton. Tampoco es factible que hayas ingresado en la fuerza laboral antes de que estallara la burbuja del puntocom. El club de los cinco, la película canónica de adolescentes de los X, salió antes de que estuvieras en preprimaria.
Las barreras generacionales a menudo son difusas. “La generación de posguerra es la única generación que tiene un comienzo y un final demográfico concreto y claro”, dice Michael Dimock, presidente de Pew. En el pasado, algunos demógrafos han definido que los millennials —o Generación Y— empezaron con aquellos nacidos en 1980, mientras que otros han ubicado el comienzo tan tarde como 1983. Los demógrafos William Strauss y Neil Howe, quienes acuñaron millennial en 1987, empezaron con los bebés de 1982 (una razón: estaban destinados a ser los primeros estadounidenses en graduarse de la preparatoria en la década de 2000. Y para 2004, esta cohorte se había convertido en la generación más vieja en tener Facebook en la universidad).
A principios de marzo, Pew trató de aclarar la confusión. “Cualquiera nacido entre 1981 y 1996 será considerado un millennial —anunció—, y cualquiera nacido de 1997 en adelante será parte de una nueva generación”. Esa nueva a menudo es mencionada como Generación Z, aun cuando Pew dice que es demasiado pronto para darle un nombre formal (a pesar de su ubicuidad actual, la etiqueta millennial no se usó ampliamente hasta bien entrada la década actual, alrededor de la fecha en que Girls se convirtió en el programa que suscitó un millón de artículos de discusión).
Pero algunos adultos que se hallan en la cúspide de su milenialismo se sienten más confundidos que antes. “Fue extraño cuando salió esa cosa de Pew”, dice Rebecca Farmer, quien según los estándares de Pew, recientemente se convirtió en una de las primeras millennials en cumplir 37 años. “Nací en enero de 1981, entonces ¿soy millennial por tres semanas? Eso es extraño. Pude tener una amiga un mes mayor, ¿y ella sería Generación X? ¿Una generación enteramente diferente a mí? ¿Aun cuando crecimos básicamente al mismo tiempo?”
Newsweek habló con más de una docena de adultos nacidos en 1981. Nuestro sondeo muy poco científico halló que los bebés de principios de la década de 1980 a menudo se sienten culturalmente separados de los veinteañeros y ambivalentes con respecto a ser categorizados como millennials. A los 36 o 37 años, esto los hace sentirse, de algún modo, atrapados precariamente entre dos mundos: son lo bastante jóvenes para haber crecido con internet (previo a Facebook), pero lo bastante viejos para estar criando hijos y planeando para cuando cumplan 40. Tienen fluidez en memes, pero también canas.
Algunos los llaman xennials, que no es precisamente fácil de decir, pero el mensaje es claro: o son los millennials más viejos o los más jóvenes de la Generación X, dependiendo de a quien le preguntes, pero muchos no tienen una sensación de pertenecer a una u otra categoría. Nacidos al principio de la era de Reagan y MTV, se graduaron poco después del 11/9 y estuvieron entre los primeros de su microgeneración en convertirse en padres; un puñado de ellos se convertirá en los primeros abuelos millennials.
“En mis 36 años en este planeta, he sido Generación X, Generación Y, un millennial y un xennial”, dice Patrick Hipp, autor de una publicación en Medium.com titulada “Jódanse, no soy un millennial”. “Los nombres son como ver la degradación progresiva de las cintas VHS cuando entran en su tercera o cuarta copia. Ese no es un chiste que pueda hacer la mayoría de los millennials”.
Hipp siente que las experiencias culturales y tecnológicas de su juventud lo separan de las masas millennials. Por ejemplo, no tuvo un celular antes de ser adulto. “¿Almacenaste CD en una carpeta?”, pregunta. “¿Tuviste que hacer planes con tus amigos usando teléfonos fijos, y si no estaban en casa, no se hacía nada? Si te reprodujera grabaciones de un módem 56K o una impresora de matriz de puntos, ¿podrías identificarlos?”
Las piedras de toque cultural a menudo exponen distanciamientos intrageneracionales. Donovan Atkinson, nacido en 1981, recientemente le mencionó a una colega que le gustaba la nueva versión de Will & Grace. A Atkinson le sorprendió que su colega le preguntara qué era Will & Grace. Resultó que ella tenía solo nueve años cuando se estrenó el programa. “Yo estoy próximo a los 40 —comenta Atkinson—, y la mayoría de las críticas millennials y los memes no parecen aplicarse a mí o amigos de mi edad”.
Tal vez la solución sea dividir la categoría millennial en dos. En un ensayo ampliamente compartido en 2017, Jesse Singal, columnista de la revista New York y nacido en 1983, argumentó que debería haber una distinción común entre “jóvenes millennials” (aquellos nacidos en 1989 o después) y “viejos millennials” (aquellos nacidos antes de 1989). Singal argumentó que los “viejos” han tenido vidas sustancialmente diferentes porque ya habían madurado antes de la crisis financiera y el ascenso universal de los teléfonos inteligentes.
Esa sensación de haber conocido un mundo sin filtros de Instagram tal vez explica por qué los chicos de la década de 1980 por lo regular se irritan cuando les imponen la palabra con m. Que los millennials a menudo son caricaturizados como personas que se creen únicas, con derecho a todo y adictas a Snapchat en las páginas de opinión, hace que el término se sienta peyorativo.
Pero todas las generaciones engloban cantidades enormes de experiencias, y “a mucha gente en verdad no le gusta su etiqueta generacional”, dice Dimock, el presidente de Pew. “Esto pasa sobre todo cuando estás más cerca de los puntos de corte. Yo soy de la Generación X muy temprana, y [en la década de 1990] había muchas caricaturas de la Generación X como holgazanes y sobre la música grunge en Seattle. Yo pensaba: ‘Espérate, eso no se siente bien’. Probablemente yo era demasiado viejo para todo eso”.
A Dimock le sorprendió cuando le preguntaron cómo se eligió a 1981 como el punto de partida: hubo mucha discusión en Pew con respecto a dónde terminar la generación. “Pienso en 1980, 1981, 1982; tendrías que entrecerrar mucho los ojos para ver la diferencia tantísimos años después”.
Pero el corte no es enteramente al azar. Según Dimock, hubo dos características significativas de los estadounidenses nacidos después de 1980 que resultaron claras cuando Pew publicó su primer gran informe hace 11 años: esta era la primera generación que maduró con internet y los primeros medios sociales (“era claro que algo grande estaba sucediendo con la tecnología y la manera en que la gente se mantenía en contacto”, dice Dimock). Y las elecciones de 2004 y 2006 revelaron que los votantes millennials tenían una inclinación significativamente más liberal que las generaciones anteriores de jóvenes votantes.
“Veíamos grandes diferencias en las opiniones en asuntos relacionados con la diversidad: matrimonio homosexual, problemas de género más ampliamente”, comenta Dimock. “Solo una mentalidad más grande y abierta que era distintiva, incluso para las personas próximas a sus 30 años por entonces”.
Política y económicamente, tal vez los nacidos en 1981 sean parecidos a los millennials. Varias personas de 36 años le dicen a Newsweek que se relacionan con las preocupaciones de los jóvenes millennials con respecto a la disminución de empleos y la desilusión con el capitalismo. Y la generación como un todo ha rechazado en gran medida a Donald Trump y los republicanos en general.
Culturalmente, es más complicado. Las desconexiones sutiles entre los jóvenes y viejos millennials se hacen más obvias en cuestiones afectivas. “Aun cuando sería reconfortante pensar que mi novia de 22 años es de la misma generación que yo —dice Hipp—, en el fondo sé que no lo es”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek