Antes de comerte ese ceviche, pregunta de dónde viene. Además, la caza furtiva de este pez desencadenó la extinción acelerada de la vaquita marina, un cetáceo endémico de México.
En el Mar de Cortés nada un pez endémico que se encuentra en peligro de extinción debido a la pesca y el tráfico ilegal: la totoaba. Durante la primera mitad del siglo XX, la totoaba fue capturada sin restricciones hasta casi agotarse, según la revista de la Sociedad Mundial de Acuicultura.
Este pez fue declarado en peligro de extinción en 1996 y en 2016 el gobierno mexicano prohibió de manera permanente el uso de redes de enmalle en toda la parte superior del Golfo de California —conocido también como Mar de Cortés o Mar Bermejo— porque, además de afectar a otras especies marinas, diezmaron a los peces antes de que pudieran llegar a sus áreas de desove.
El embajador de la campaña #PescaConFuturo, Pablo Konietzko, explica que en México es legal comercializar la totoaba de criadero; lo que es ilegal es pescarla en mar abierto. En realidad, la carne de totoaba legalmente producida no es cara, lo costoso es el “buche”, el cual se vende y se compra en el mercado ilegal a precios exorbitantes.
La vejiga natatoria o “buche”, como se le conoce popularmente, es un órgano interno lleno de gas que los peces utilizan para regular su flotabilidad. En Asia —principalmente en China— lo consideran como un tesoro debido a su alto contenido de colágeno y las supuestas propiedades para aumentar la fertilidad, mejorar la circulación, la vitalidad de la piel y la longevidad; es considerado algo así como un elixir de la eterna juventud.
En Hong Kong —uno de los principales consumidores de vejiga de totoaba— valoran este producto en 2,600 dólares los 100 gramos y hasta 25,dólares los 500 gramos.
EFECTOS COLATERALES
Y el único problema no es la desaparición de la totoaba. Además, la caza furtiva de este pez desencadenó la extinción acelerada de la vaquita marina, un cetáceo endémico de México.
La vaquita marina queda atrapada en los chinchorros y redes de enmalle de la pesca ilegal, lo que provoca que se ahoguen y mueran.
Actualmente, el único criadero que puede cultivar totoaba en México se llama Earth Ocean Farms, el cual está a 50 kilómetros al norte de La Paz, Baja California.
En colaboración con la dirección general de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), centros de investigación y otras organizaciones, Earth Ocean Farms cría, comercializa de manera legal únicamente en México y libera totoabas en su ambiente natural; además, su producción no afecta a las vaquitas marinas.
Pablo Konietzko explica que el repoblamiento del Mar de Cortés con totoabas debe ser un proyecto de cooperación entre los criaderos y la Semarnat para garantizar la variabilidad genética de los pequeños peces liberados al medio natural.
Además, el gobierno mexicano, dice Konietzko, tiene la tarea de impulsar y promover acciones de repoblamiento de totoaba a través del apoyo a la investigación de la especie y la regulación de la producción y acuacultura sustentable.
Cuando veas que un restaurante ofrece totoaba en ceviche o en cualquier otra presentación, pregunta de dónde viene. Es nuestro compromiso como consumidores.