El título de la segunda temporada de la serie antológica de crímenes reales The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story (El asesinato de Gianni Versace: historia del crimen en Estados Unidos), de Ryan Murphy, es engañoso. En efecto, tiene que ver con el asesinato del famoso diseñador italiano, pero en realidad trata acerca del hombre que lo mató, el asesino en serie Andrew Cunanan. Versace fue la última de sus víctimas, antes de que Cunanan se suicidara.
El primer episodio de Murphy en American Crime Story, lanzado en febrero de 2016, fue The People vs. O. J. Simpson (El pueblo vs. O.J. Simpson), aclamado por la crítica y centrado en el más tristemente célebre crimen moderno en Estados Unidos. El asesinato de Gianni Versace, ocurrido en 1997, resultó muy impactante en aquella época, pero actualmente está casi olvidado. La marca de lujo Versace ha sido dirigida durante tanto tiempo por Donatella, la hermana del diseñador, que toda una generación de consumidores de alta costura piensa que fue ella, y no su hermano mayor, quien la puso en marcha. ¿Y qué hay de Cunanan? Incluso en un país con una fijación por los asesinos en serie, su nombre pocas veces sale a relucir.
Sin embargo, ciertamente tiene sentido que Murphy y su socio de producción Brad Falchuk aborden esta historia. En todo su historial de programas (Nip/Tuck, American Horror Story, Feud), el dúo aborda historias de excesos, envidia, codicia y venganza; Versace llevó un estilo de vida fabulosamente extravagante en Miami, y sus lujosas prendas y campañas publicitarias fueron creadas para incitar la curiosidad. El reparto elegido por Murphy también está bien representado, y es una mezcla de sorpresas (Ricky Martin interpreta al novio de Versace), estrellas de cine de primera línea realizando trabajo televisivo (Penélope Cruz como Donatella) y el papel estelar para un conocido del público, en este caso, Darren Criss como Andrew Cunanan.
En Glee, la exitosa comedia musical de Murphy, Criss interpretó a Blaine Anderson, el feliz y confiado estudiante de preparatoria, abiertamente gay y líder de los Warblers de la Academia Dalton. El personaje de Cunanan tiene un tono totalmente opuesto. Sin embargo, debido a algunas similitudes superficiales entre Criss y su personaje (ambos son mitad filipinos y crecieron en California), Criss le dijo a Murphy: “Te reto a encontrar a otra persona”.
Murphy no necesitó ser persuadido. Había visto a Criss en Broadway, en el musical Hedwig and the Angry Inch (Hedwig y la pulgada furiosa), interpretando a un torturado roquero alemán transgénero, en un papel notoriamente exigente. “Simplemente sentí que él tenía un lado dramáticamente oscuro y sin explorar”, señala Murphy. “Estaba hambriento y ansioso de ir hacia delante. Cuando Glee terminó, fue el día de graduación para [American Crime Story]. Siempre pensé que él era el indicado para interpretar a Cunanan”.
El asesino en serie ciertamente dará un giro más escalofriante a la carrera del actor de 30 años, que comenzó con A Very Potter Musical (Un musical muy Potter), una parodia realizada en 2009 del universo de J. K. Rowling. Criss lo coescribió y estelarizó junto con sus amigos de la actividad de teatro de la Universidad de Michigan, y rápidamente se volvió viral. “No exagero si digo que esa fue la génesis de mi carrera”, dice Criss. “El hecho de que las personas se acerquen y me hablen de eso pone una enorme sonrisa en mi rostro”.
Glee tomó esta base de fanáticos virales y la cuadruplicó. El sencillo del programa de televisión que se vendió más rápidamente fue la versión de Criss de “Teenage Dream” (Sueño adolescente), original de Katy Perry, y el actor fue nominado para un Emmy en 2015 por escribir la canción “This Time” (Esta vez) para el gran final de la serie. En marzo pasado, debutó con su banda de rock independiente, Computer Games, con su hermano Chuck, y en diciembre publicó un EP en solitario, que debutó en el número uno de la lista Heatseekers de Billboard.
Criss espera atraer un tipo de atención más serio por su interpretación de Cunanan que por interpretar una canción de Perry, aun cuando no ve ninguna distinción en el esfuerzo invertido. “Existe una idea, a la cual soy alérgico, de que cuanto más oscuro es el papel, cuanto más alejado de una persona está el papel, tanto más peso tiene”, dice el actor, quien aceptó el rol de Cunanan porque le permitía “abordar a alguien con una enorme diversidad emocional. Mi trabajo era comprender a Andrew, sin importar lo difícil que pudiera parecer, [sin] glorificar a alguien que fue monstruoso”.
En el programa se aborda el asesinato que venera el título en los primeros ocho minutos del episodio 1. Los nueve episodios restantes de la serie relatan la historia de Cunanan, en una cronología inversa, con algunos vistazos a Versace (Edgar Ramírez) y su familia, antes y después de su muerte. Tom Rob Smith, el escritor de la serie, basó el programa en Vulgar Favors (Favores vulgares), el libro publicado en 1999 por la periodista de investigación Maureen Orth, que realizó cientos de entrevistas con personas que conocieron a Cunanan.
Su buena apariencia y su inteligencia le abrieron muchas puertas a Cunanan, especialmente, las de varones homosexuales maduros y ricos de San Francisco. Siendo un mitómano patológico, creó historias sobre su pasado que, al final, comenzaron a desmoronarse, al igual que su conducta; pasaba de un minuto a otro de ser amable y encantador a convertirse en una persona calculadora y amenazante. Para cuando logró llegar a Miami y contactar con Versace, era uno de los fugitivos más buscados por el FBI y estaba claramente trastornado.
Criss, que solo tenía diez años cuando ocurrió el asesinato, nunca había oído acerca de su personaje antes de que Murphy le ofreciera el papel. “Sabía que [Versace] había sido asesinado”, dice. “Eso era todo”. Según Murphy, Criss tuvo numerosos conversaciones con Orth, sin embargo, el actor añade, “no sé si alguien pueda prepararse alguna vez para este tipo de papel, además de aprender todo lo posible acerca de la persona real”.
Las investigaciones revelaron que Cunanan provenía de un hogar desintegrado, que había antecedentes de enfermedad mental en familia y que su padre fomentaba un exagerado sentido del merecimiento. Sin embargo, en una circunstancia en la que muchas personas habrían buscado ayuda, señala Criss, “Andrew eligió el camino de la destrucción”.
Muchas escenas son necesariamente ficticias, ya que no existen entrevistas con Cunanan. Sin embargo, lo que Criss llegó a entender fue que, al igual que un histrión, Cunanan siempre estaba actuando. “Produje muchísimas tomas distintas de cada escena, debido a que Andrew presentaba al mundo muchas versiones diferentes de sí mismo”, señala el actor. “Yo hacía una toma en un nivel 11, y luego otra en un nivel cuatro. Aún no sé cuáles acabarán usando”.
Criss “pensaba en las víctimas de Cunanan todos los días”, William Reese, Jeffrey Trail, David Madson, Lee Miglin y, desde luego, Versace, todos ellos muertos en un intervalo de tres meses. “Mi mayor temor era que de repente [los miembros de la familia de Trail] supieran que habría una serie acerca del asesinato del Tío Jeff. Qué raro y retorcido sería”, señala Criss, que consideró la posibilidad de ponerse en contacto con las familias de las víctimas, pero decidió que no era una buena idea. “Me di cuenta de que tenía que terminar primero el trabajo y dejar que hablara por sí mismo”.
El actor anima a cualquier persona que haya conocido a las víctimas a que se ponga en contacto con él una vez que hayan visto la serie, “no para investigar ni por vanidad, sino solo para decirles que he pensado en ellos”. (Los Versace han condenado el programa, diciendo en un comunicado que “solo debe ser considerado como una obra de ficción”).
Siendo un hombre gay en la década de 1990, Cunanan vivía en un país que aún luchaba por aceptar el estilo de vida homosexual. Las descripciones de Orth sobre la salvaje vida sexual de Cunanan fueron muy criticadas; en una reseña publicada en 1999 por The New York Times se indica que la autora “había faltado a la corrección política y que sería acusada en los tribunales por homofobia”. Sin embargo, Murphy y Criss no tienen más que elogios para Orth, que pasó algún tiempo en el estudio de grabación. Y Murphy evita cualquier estereotipo al convertir la discriminación hacia los homosexuales en uno de los temas principales de la serie a través de las víctimas de Cunanan que mantenían ocultas sus preferencias.
La intención detrás del programa, señala Murphy, de 52 años, era exponer la arraigada homofobia que experimentó siendo un hombre gay en la segunda y tercera décadas de su vida. “Me sorprende continuamente el dolor y la dificultad de ser una persona homosexual abierta u oculta en la década de 1980 y 1990”, dice.
Para Criss, el asesinato cometido por su personaje contra Lee Miglin (interpretado por Mike Farrell) resultó particularmente doloroso. Cunanan expuso al magnate de los bienes raíces de Chicago al dejarlo desangrarse vestido con un atuendo de “bondage” sexual y rodeado por elementos de pornografía gay. “Andrew le produjo un gran daño a este hombre dulce y bueno que había mantenido ocultas sus preferencias sexuales”, dice el actor. “Para empeorar las cosas, Mike Farrell es un hombre muy querido y dulce. Yo dije, ‘¡Noooo! ¡Lo siento!’ El corazón me duele por todas esas personas que vivieron esas vidas de identidad suprimida”.
Versace era abiertamente gay, a diferencia de las demás víctimas de Cunanan. “Andrew no solo envidiaba la riqueza y el éxito de Gianni, sino también que fuera un hombre famoso que no ocultaba sus preferencias y que tenía amor en su vida”, dice Criss. “Para Andrew, cuya homosexualidad lo impulsa hacia lugares oscuros, ver a alguien que haya obtenido tantas victorias en esa área debió ser insoportable”.
El actor, que se autodescribe como “un tipo heterosexual cisgénero (es decir, cuyo sexo biológico e identidad sexual coinciden perfectamente) de raza blanca”, ha interpretado hasta ahora a tres personajes homosexuales. Aún sin haber experimentado el costo emocional de salir del clóset, muestra una gran empatía por aquellas personas que han tenido que pasar por ello. Siendo defensor del Proyecto Trevor, una organización sin fines de lucro dedicada a prevenir el suicidio entre los jóvenes LGBT, Criss señala que desea “hacer una representación tan positiva como me sea posible de esos personajes fuera de la pantalla”.
Y para Murphy, se trata menos de los asesinatos cometidos por Cunanan que de la narrativa de Estados Unidos sobre la opresión a los homosexuales lo que hace que The Assassination of Gianni Versace sea una importante historia del crimen en Estados Unidos. “Fue un crimen, y sigue siendo un crimen”, dice. “¿Las cosas están mejorando? Un poquito. ¿Podemos hacerlo mejor? Yo creo que sí”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek