Algo de Sarah Jessica Parker se filtra en sus personajes. ¿O es al revés? Lo cierto es que desde que entra en las oficinas de HBO, su vestido de pana morado con holanes setenteros, sus medias negras transparentes y zapatos de diamantina plateada nos transportan inmediatamente a las noches de Sex and The City, en las que una Carrie Bradshaw, a sus años 30, exploraba Nueva York con sus amigas. Lo mismo ocurre con sus expresiones: son idénticas a las de su personaje Frances en Divorce, su nueva serie que se transmite por HBO.
La actriz, neoyorquina por adopción, es exitosa de más formas de las que nos podemos imaginar. Ha sido productora de 11 proyectos; tiene su propia línea de perfumes, zapatos y de ropa para niños. Además ha participado en 61 películas y series a lo largo de su carrera.
Apenas hace unos días fue la premiación de los Globos de Oro y Parker se muestra abierta a hablar del tema ha hecho temblar a varios hombres de la industria del entretenimiento en Estados Unidos. No ha pasado más de un mes de que ella misma se sumó a la causa por la equidad de género dentro de la industria cinematográfica en este país.
Si bien los premios de los Globos de Oro se dieron en el mismo formato que han tenido todos los años, esta ocasión el tono y el ambiente fueron distintos: se tiñieron de negro. “Las cosas están cambiando —explica Parker—. La organización y la disciplina requerida para que todos vistieran de negro fue demasiado, pero ver a la gente entusiasmada y con energía de cambiar las cosas hizo que todo valiera la pena. Ello se notó en los discursos. Cada uno tiene distintas formas de expresar lo que siente sobre este momento tan particular, este es un nuevo capítulo para la industria y cada quien está intentando hacer lo correcto. El punto no es lo que pasó en los Globos de Oro, lo emocionante es la siguiente conversación: ¿cómo vamos a trabajar por una paridad de calidad, por ambientes de trabajo más sanos para todos? ¿Cómo hablamos de sindicatos y cómo vamos a crear un código de conducta universal?”.
La atractiva mujer, de 52 años, es madre de tres hijos y ha sido esposa de Mathew Broderick por más de 25 años. Sabe que no es momento de dar un paso atrás. La conversación está acontenciendo y ha llegado el turno de que las mujeres tengan la palabra. “Son conversaciones grandes e importantes, pero creo que es imposible que alguien no participe, no se puede. En lo personal, estoy emocionada, creo que los Globos de Oro fueron el lanzamiento de este movimiento. Y como todos los movimientos, tiene que acomodarse porque, hasta hoy, pocas mujeres han hecho demasiado trabajo”.
Pensativa, luego de unos segundos rompe un breve silencio para precisar: “Creo que estamos tratando de averiguar cómo hay que hacer esto. Ya trajimos a profesionales que han estado trabajando con este tema por mucho tiempo, que han estado estudiando a las industrias del entretenimiento, luchando por aumentar la participación de las mujeres en la escena. Hay quienes están trabajando cuestiones de salario, ¿qué es eso de salario según el género?”
Y prosigue: “Hemos traído también a expertos en sindicatos. Hemos hecho un fondo de defensa legal que empezó hace poco y ya hemos recaudado más de 17 millones de dólares. Entonces, está pasando mucho y vamos a obtener justicia”. En su rostro se enmarca la seguridad tan característica de los roles por las que es conocida en varios países.
Al hablar de los abusos que han tenido lugar en la industria del show business y de su experiencia personal en torno a ello, Sarah Jessica dice no puede comparar su caso con lo que han vivido sus compañeras; pero al respecto comenta:
“Creo que los problemas que he experimentado son generacionales: he sido tratada como si, por ser mujer, mi opinión valiera menos, como subordinada sin serlo, en realidad. Sí, he tenido experiencias que no han sido placenteras, pero no se comparan con las historias de abusos sexuales y crímenes graves que he escuchado. He sido actriz por muchos años y he estado en situaciones en las que hubiera preferido no estar, pero no las puedo comparar con lo que he escuchado de otras mujeres”.
El mundo ha cambiado en los últimos años. Ahora varios ya se atreven a levantar la voz, a quejarse o a compartir las ofensas de las que han sido parte, sea en el cine o la televisión. De hecho, más de un crítico ha referido que el personaje que Sarah Jessica Parker interpreta en Divorce no es uno que se gane al público. Pero a ella eso no le importa. Incluso la sorprende que lo vean como “un problema”.
“Yo no voy a preocuparme porque mi personaje no le caiga bien a la gente, a mí me gusta. No me relaciono (en la vida real) con ella, su vida no es parecida a la mía y sus decisiones no son las que yo tomaría en esa situación. Pero me impacta que cuando hay hombres que actúan como asesinos en alguna película, nadie, nunca, se preocupa porque la gente quiera o no al personaje. Es loco que porque mi personaje es una mujer que tiene un amante la gente crea que no es querible”, argumenta la actriz.
Sucede lo mismo que con el personaje de Carie Bradshaw, a finales de los años 90 todos la amaban, pero si la serie se estrenara hoy, estaría totalmente fuera de lugar. Parker está de acuerdo: “Eso creo que no podría hacer Carie hoy porque el mundo ha cambiado tanto que sería imposible poner a esas cuatro mujeres en esta ciudad y contar la misma historia: políticamente, socialmente, económicamente, y mucho menos culturalmente. Empezando porque debería de haber una mujer de color en el reparto. Eso habla de un tiempo”.
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SJ, como la conocen sus compañeros de estudio, nos cuenta que siempre ha intentado tener varios negocios y proyectos que la mantengan ocupada. “Creo que los retos profesionales existen para todos y es difícil decirle no a una buena oportunidad. A mí me encanta aprender y disfruto de pasar el tiempo con gente talentosa de la que puedo obtener algún conocimiento. Siempre que tenga la oportunidad de que me enseñen algo nuevo, lo voy a hacer. Mientras mi familia esté bien y se sienta amada, siempre voy a tomar oportunidades que sean de mi interés”.
Tal vez sea ese el secreto de su gran lista de éxitos constantes: intentar, estudiar y buscar nuevas oportunidades de aprender.
“No siempre soy exitosa, pero creo que la curiosidad es la entrada a tener experiencias que pueden ser satisfactorias. Para mí, el éxito es hacer algo que le dé valor a tu vida. No tiene nada que ver con sumar dinero a tu cuenta de banco o que la gente reconozca tus logros. Al menos eso es lo que les digo a mis hijos”, dice sonriendo —y ríe más cuando le pregunto si ellos siguen sus consejos.
Para Parker, actuar no ha sido suficiente. Ha sido productora ejecutiva de muchos proyectos en los que también ha sido protagonista, como Sex and The City y Divorce. “Producir y actuar toma mucho tiempo, pero lo vale por completo. Además, comparado con mujeres que trabajan dos o tres jornadas en este país, y que ganan el salario mínimo, no puedo quejarme, no es difícil”, dice pensando en los miles de mujeres que trabajan dos jornadas diarias para proveer lo básico a sus familias.
Sobre Divorce, la pregunta es obligada: ¿por qué grabar una serie de comedia sobre uno de los temas más sensibles que existen en todo el mundo? “Lo sé, pudo haber sido un desastre —ríe—. Creo que yo estaba más interesada en el matrimonio, nunca antes lo había visto en el cine o en la televisión de esta forma. Siempre vemos el matrimonio como algo chistoso o romántico, pero nunca lo vemos cuando se convierte en algo complicado, cotidiano, estresante y retador. Nunca vemos cuando se termina el amor y empieza la convivencia diaria. Esta no es mi historia, pero es la historia de matrimonios que ocurren a mi alrededor. La gente se divorcia todo el tiempo, algunos salen avante en esa empresa y otros casos resultan devastadores. Hay parejas que salen del divorcio amándose más que nunca y otras para las que la firma de ese papel representa el fin de una familia y, a veces, de la relación con los hijos. Eso me daba curiosidad: ¿cómo pasa?, ¿por qué pasa?, ¿cómo sobrevive alguien a eso?”.
La serie, más que ser la historia de un amor que terminó, es una visita a las distintas formas en las que un matrimonio arriba a la destrucción o explora múltiples caminos para poder hacer frente a la separación. Pasan por abogados, mediadores, terapias de pareja, libros de autoayuda, retiros de silencio. Y amantes.
“Yo estaba interesada en los amantes porque he visto a mucha gente tenerlos, y he visto matrimonios mejorar gracias a ellos —y matrimonios que se despedazan por eso—; he visto personas que los tienen por años y nadie se entera, creo que hay mucho que decir de las relaciones comprometidas, y eso es lo que más me interesaba”.
Los críticos llaman a la próxima temporada en puerta, “la de la esperanza”; y es que en esta segunda parte veremos quizá a los personajes superar la crisis de la separación e intentando retornar a esa etapa dorada de las citas. En los plenos años 50 y con aplicaciones como Tinder que traen de cabeza las relaciones de pareja.
Sarah Jessica Parker adelanta: “Entendimos que la pelea, y el divorcio, fue interesante y divertido. Pero también sabemos que ya no había nada nuevo que contar ahí. Siempre nos imaginamos que esta iba a ser la temporada de la esperanza”.