

En Mazal solemos hablar de innovación, estructura tecnológica y modelos de operación eficientes. Y sí, nuestra tecnología es robusta, moderna y diseñada para soportar procesos de alto rendimiento. Pero ningún avance, por más sofisticado que sea, supera al elemento más importante dentro de una organización: el talento humano.
En un mundo donde las empresas compiten por algoritmos, sistemas y velocidad, nosotros elegimos competir por algo más profundo: personas que suman, que construyen, que crecen, que se convierten en la esencia misma de la compañía.
Porque la tecnología impulsa, pero el ser humano transforma.
Según cifras recientes, en Estados Unidos cerca del 40% de los colaboradores abandona una empresa antes de cumplir dos años.
Este dato no es una simple estadística: es un llamado de alerta para los líderes empresariales. La deserción cuesta dinero, productividad, estabilidad, cultura y, sobre todo, tiempo.
Las compañías no pueden escalar cuando cada año están reiniciando equipos.
Desde mi experiencia, liderando varias compañías en Estados Unidos, he aprendido que el talento no se retiene con discursos o beneficios aislados. Se retiene con cultura, reconocimiento, crecimiento y liderazgo real.
En Mazal creemos que una empresa no crece solo con capital, procesos o tecnología, sino con las personas que deciden creer en ella.
Personas que encuentran un propósito y quieren dejar huella.
Por eso valoramos profundamente a cada integrante del equipo, no solo por lo que sabe hacer, sino por quién es como ser humano. Preferimos trabajar con personas íntegras, colaborativas, leales y con ganas de aprender, porque una buena persona siempre puede formarse como un excelente profesional.
En muchas organizaciones aún existe la idea equivocada de que formar al talento es costoso. La realidad es que no formarlo es lo que realmente genera pérdidas.
En Mazal lo vemos así:
Cuando logramos equilibrar estos perfiles, se genera un círculo virtuoso donde todos aprenden, todos evolucionan y todos ganan.
Dicen que las personas no renuncian a empresas, renuncian a culturas. Y lo confirmo.
Una cultura sólida implica:
En Mazal Finance queremos que cada persona vea su paso por la compañía como una plataforma de crecimiento profesional y humano. Que sienta que hay un lugar para su voz, para su talento y para su desarrollo.
El mercado puede tener una rotación del 40%, pero las empresas que entienden el valor del equipo humano pueden revertir esta tendencia.
¿Cómo? Construyendo entornos donde las personas quieran quedarse.
Donde crecer sea posible.
Donde trabajar sea inspirador.
Donde el propósito esté tan claro como las metas financieras.
Porque al final, un gran equipo no solo trabaja contigo…
te lleva más lejos de lo que alguna vez planeaste.
Te invito a conocer más en: www.mazalfinance.com y en redes sociales @mazalfinance