DURANTE EL FESTIVAL HINDÚ DE DURGA PUJA, en la India, una escultura acaparó la atención de los asistentes y del mundo entero. En la escena aparece la diosa Durga, que empuña un arma celestial en cada una de sus 10 manos para enfrentar a un demonio. Sin embargo, esta vez no se trata de Mahishasura, el ser mítico con forma de búfalo y capacidad para cambiar de apariencia, sino de una figura con el rostro inspirado en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El ser que combate contra Durga luce una cabellera rubia y un gesto de furia. La escultura fue inaugurada la semana pasada en el estado de Bengala Occidental, en el este de la India.
Según informó CNN, en esta celebración que exalta el triunfo del bien sobre el mal, la representación no es solo una sátira política, sino también un símbolo de la tensión creciente entre ambos países. La obra alude al deterioro de la relación bilateral tras los intentos de Trump por redefinir el comercio global.
El mandatario republicano impuso un arancel del 25 por ciento a las exportaciones indias hacia Estados Unidos, medida que entró en vigor el 1 de agosto, y un día después amenazó con incrementarlo nuevamente. Además, acusó a las autoridades de Nueva Delhi de no preocuparse por las víctimas de la guerra en Ucrania y de financiar indirectamente el esfuerzo bélico ruso mediante la compra de petróleo a Moscú.
Como resultado, los lazos entre ambos países se han debilitado en los últimos meses, a pesar de las muestras públicas de cordialidad que se observaron durante la reunión entre el primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente Trump, a comienzos de este año en Washington.
“India y Estados Unidos mantenían buenas relaciones anteriormente, pero desde la llegada de Trump, intentan reprimirnos, someternos y aplastarnos”, comentó al medio estadounidense Sanjay Basak, miembro de la comisión organizadora de la Durga Puja.
Este evento se celebra tradicionalmente durante 10 días en el mes de Ashvin, o Ashvina (septiembre-octubre), el séptimo mes del calendario hindú. A lo largo de los años la batalla entre la diosa y un demonio ha cambiado al abordar diversos temas como las crisis migratorias, conflictos geopolíticos y hasta las guerras con Pakistán.
En su momento, una de las opciones para representar al demonio fue Osama Bin Laden, fundador y líder de la organización Al Qaeda, conocido por ser el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono. N
