La lujosa boda entre Jeff Bezos y Lauren Sánchez, celebrada el pasado fin de semana en Venecia, costó entre 47 y 56 millones de dólares, según estimaciones de Reuters basadas en declaraciones de Luca Zaia, presidente de la región italiana del Véneto. Aunque la cifra resulta exorbitante para la mayoría, representa solo entre el 0.0193% y el 0.0230% del patrimonio neto estimado de Bezos, que asciende a 244 mil millones de dólares, de acuerdo con el índice Bloomberg Billionaires.
Para ponerlo en perspectiva: considerando que el patrimonio promedio de una familia estadounidense es de 1 millón 63,700 dólares (y el mediano es de 192,900 dólares, según la Reserva Federal de Estados Unidos), el gasto de Bezos en su boda sería el equivalente a que un ciudadano promedio gastara menos de $250 en su celebración nupcial —lo que costaría una cena familiar o un par de tenis de marca.

UNA DESIGUALDAD MONUMENTAL
Jeff Bezos, actualmente el tercer hombre más rico del mundo detrás de Elon Musk y Mark Zuckerberg, no ha sentido ni un rasguño financiero por el evento. Esto evidencia la creciente brecha económica entre los multimillonarios y la clase trabajadora estadounidense, especialmente cuando la mitad de los ciudadanos dice que se endeudará para poder casarse, según una encuesta reciente de U.S. News.
Para mostrar la desproporción de este gasto, Newsweek calculó cuánto podría gastar una persona en diversas profesiones si aplicara el mismo porcentaje de su patrimonio neto que Bezos destinó a su boda:
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Trabajadores de la construcción (patrimonio neto promedio: $60,000): entre 11.58 dólares y 13.80 dólares en su boda —lo que costarían un par de cafés pequeños.
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Enfermeros ($125,000): entre $24.13 y $28.75, menos que dos hamburguesas con tocino en Five Guys.
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Periodistas ($100,000): entre $19.30 y $23, equivalente a un cóctel elegante en Manhattan.
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Maestros ($200,000): entre $38.60 y $46, quizás una comida modesta en pareja.
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Abogados ($500,000): entre $96.50 y $115, si mantienen el mismo porcentaje que Bezos.
Estos cálculos, realizados con datos de salarios y ahorros típicos en Estados Unidos, muestran de forma ilustrativa cómo el lujo extremo de los más ricos no se compara con la realidad del ciudadano promedio.
LUJO, POLÉMICA Y PROTSTAS EN VENECIA
La boda, a la que asistieron unos 200 invitados de alto perfil, incluidos Leonardo DiCaprio, Oprah Winfrey y miembros del clan Kardashian, paralizó partes de la ciudad italiana durante varios días. Esto provocó la indignación de algunos sectores sociales. La activista Marta Sottoriva, líder de la campaña “No hay espacio para Bezos”, denunció que “Venecia ha sido vendida al mejor postor”, y criticó que la ciudad se detenga cada vez que se celebra un evento de este tipo.
En contraste, funcionarios locales defendieron el evento señalando que Bezos realizó donaciones a proyectos comunitarios, como la restauración de viviendas municipales.
La periodista Hannah Holland, en una columna para MSNBC, escribió: “Esta boda —su tono, su vestimenta, su costo— refleja una indiferencia descarada hacia la realidad que enfrenta el resto del mundo”.

¿Y AHORA QUÉ?
La industria de las bodas en Estados Unidos sigue siendo una máquina de generar millones, con presupuestos cada vez más elevados, según Grand View Research. Sin embargo, un número creciente de parejas comienza a replantearse el gasto: prefieren ahorrar para una casa o formar una familia en lugar de financiar una fiesta de un solo día.
Mientras tanto, para Bezos y Sánchez —ambos en su segundo matrimonio, con 61 y 55 años respectivamente—, la boda fue un evento exclusivo que apenas hizo mella en su vasto imperio financiero. Para el resto del mundo, fue una muestra más del lujo desmedido que marca la era de los súper ricos. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)