Una columna de roca caliente que asciende desde las profundidades del planeta, en pulsos comparables a los latidos de un corazón, está desgarrando lentamente el continente africano y, con el tiempo, dará origen a un nuevo océano. Así lo concluyó un equipo internacional de científicos que investiga la corteza terrestre y el manto en la región de Afar, en Etiopía.
Este territorio es uno de los pocos puntos del planeta donde convergen tres grandes fallas tectónicas: la del Mar Rojo, la del Golfo de Adén y la de Etiopía. A medida que las placas se alejan entre sí, la corteza terrestre se estira, se adelgaza y finalmente se rompe, lo que, con el paso de millones de años, genera nuevas cuencas oceánicas.
Durante mucho tiempo los geólogos han sospechado que bajo la región de Afar existe una columna de manto, es decir, una corriente ascendente de material caliente que contribuye a fracturar la corteza superior. Sin embargo, hasta ahora se sabía poco sobre su forma y dinámica.
“Nuestros hallazgos muestran que el manto debajo de Afar no es homogéneo ni estático, sino que pulsa, y esos pulsos presentan huellas químicas específicas. Estos pulsos ascendentes de manto parcialmente fundido son canalizados por las placas de rifting superiores. Eso es importante para nuestra comprensión de la interacción entre el interior y la superficie de la Tierra”, explicó Emma Watts, autora principal del estudio.
UN NUEVO OCÉANO Y EL MANTO DE LA TIERRA DEBAJO DE AFAR
Para el artículo, los investigadores recolectaron más de 130 muestras de roca volcánica de la región de Afar y del Rift principal de Etiopía. Combinaron su análisis de estas muestras con datos existentes y modelos estadísticos para explorar la estructura de la corteza y el manto de la Tierra debajo de Afar.
El equipo descubrió que la columna del manto debajo de la región de Afar tiene bandas químicas distintivas que se repiten a lo largo del sistema de rift. Esto forma una especie de código de barras geológico, cuyos espaciamientos varían dependiendo de las condiciones específicas de cada brazo de la grieta.
“Las rayas químicas sugieren que la columna está pulsando, como un latido del corazón”, dijo el coautor del artículo y profesor de Ciencias de la Tierra de Southampton, Tom Gernon, en un comunicado.
En rifts de rápida expansión, como el del Mar Rojo, los pulsos viajan con mayor eficiencia y regularidad, como un pulso a través de una arteria estrecha. Los hallazgos del equipo revelan que la columna del manto debajo de Afar no es un fenómeno estático, sino que responde dinámicamente a la placa tectónica que se encuentra encima de ella.
“Hemos descubierto que la evolución de los afloramientos del manto profundo está íntimamente ligada al movimiento de las placas que se encuentran encima”, agregó el geofísico de Southampton, Derek Keir.
En palabras del especialista, esto tiene profundas implicaciones en cómo interpretamos el vulcanismo superficial, la actividad sísmica y el proceso de ruptura continental.
“El trabajo muestra que las surgencias profundas del manto pueden fluir por debajo de la base de las placas tectónicas y ayudar a concentrar la actividad volcánica hacia donde la placa tectónica es más delgada”, añadió. Una vez completado el estudio inicial, los investigadores ahora se dedican a investigar cómo y con qué velocidad fluye el manto debajo de las placas tectónicas suprayacentes. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)