La Asociación Mexicana de Industriales de Acabados Superficiales (AMAS) impulsa una nueva era en procesos industriales con innovación en recubrimientos sostenibles y tecnologías limpias.
Desde procesos automatizados hasta recubrimientos ecológicos, la industria mexicana de acabados superficiales atraviesa una transformación profunda que la coloca en la vanguardia de la sostenibilidad industrial. Bajo el liderazgo de la Asociación Mexicana de Industriales de Acabados Superficiales (AMAS), este sector estratégico —clave para la manufactura, energía, transporte y aeronáutica— se está reinventando con el uso intensivo de tecnología y nuevos materiales.
“La automatización y la especialización ya no son el futuro, son el presente de nuestra industria”, afirma Ruth Rodríguez, directora de AMAS. “Estamos viendo una transición clara hacia procesos inteligentes, ecológicos y eficientes que no sólo mejoran la calidad del producto, sino también su impacto ambiental”, dijo al participar en la rueda de prensa “Reunión Anual Eventos Industriales Líderes en México”, organizada por cuatro asociaciones: AIST, AMAS, AMDM y MLA.
Con más de 150 empresas integradas, AMAS representa a quienes trabajan en pintura líquida, pintura en polvo, galvanoplastia, anodizado y tratamientos químicos que preparan o protegen superficies industriales. Sin embargo, el gremio ya no se define únicamente por la protección de materiales, sino por su papel en la sostenibilidad y la transición energética.
De la línea de producción al compromiso climático
La automatización de líneas de pintura y recubrimiento no sólo reduce tiempos y errores humanos; también permite controlar con mayor precisión el uso de materiales, disminuir emisiones y reciclar residuos. Esto ha llevado a que los procesos de acabado superficial se conviertan en una pieza clave para sectores comprometidos con la descarbonización.
“Nuestra industria está contribuyendo directamente a los objetivos de reducción de huella de carbono. Vemos cómo los recubrimientos de nueva generación están diseñados para prolongar la vida útil de componentes, resistir condiciones extremas y, en muchos casos, mejorar la eficiencia energética”, destaca Rodríguez.
Las tecnologías limpias también han transformado los sistemas de pretratamiento y gestión del agua, elementos que antes eran altamente contaminantes. Hoy, empresas mexicanas desarrollan soluciones químicas más seguras, reutilizables y con menor impacto sobre la salud humana.
Crecimiento en sectores estratégicos
El interés de nuevos mercados por este tipo de soluciones es creciente. AMAS reporta un flujo constante de proyectos industriales enfocados en energías renovables, transporte marítimo y aeroespacial.
“Estamos colaborando con centros de investigación como el de Nuevo León para desarrollar recubrimientos que respondan a exigencias específicas: desde residencia a la corrosión hasta investigación de nuevos materiales y tecnología en recubrimientos”, explica Rodríguez.
Las proyecciones de crecimiento son alentadoras. En la industria aeroespacial, por ejemplo, se prevé un aumento anual del 7% hasta 2030. Para el sector marítimo, la expansión será del 2.4% anual hasta 2029, impulsada por la necesidad de recubrimientos anticorrosivos más eficientes y sostenibles, indicó Ruth Rodríguez.
Una plataforma para la nueva era industrial
En este entorno, Surface Finishing México, evento organizado por AMAS, se ha convertido en una plataforma crítica para mostrar los avances del sector. Su octava edición tendrá lugar el 5 y 6 de noviembre en Monterrey, donde se impartirán talleres especializados en pintura ecológica, automatización y la aplicación de inteligencia artificial en líneas industriales.
Pero el objetivo de la asociación va más allá del evento. “Queremos consolidar una industria unida, innovadora y con visión ambiental. Las energías limpias, los nuevos materiales y la automatización no son tendencias: son exigencias del mercado global”, concluye Rodríguez.
Desde el recubrimiento de una pieza hasta la sostenibilidad de toda una cadena de valor, el sector que representa AMAS demuestra que la superficie también puede ser el origen de un cambio profundo.