Ante el fallecimiento del Papa Francisco, millones de fieles en todo el mundo recuerdan su testimonio: desde la Universidad Panamericana campus Aguascalientes, el Pbro. Luis Felipe Quesada, capellán del campus, reflexiona sobre el legado que deja el pontífice argentino.
“Si tuviera que decir una cosa del legado del Papa Francisco, yo diría: ha sido el Papa de la misericordia”, asegura el sacerdote. “Es un mensaje que no se cansó nunca de dar, de insistir. Basta pensarlo: el Papa hizo un Jubileo extraordinario de la misericordia. Es la primera vez en la historia de la Iglesia que hubo un jubileo extraordinario con ese enfoque”.
Para el P. Felipe, esta insistencia fue mucho más que un discurso: “Desde los primeros días de su pontificado mostró gestos de cariño con gente muy sencilla, con personas desvalidas. Siempre quiso llegar a los más necesitados, a la gente que la está pasando mal”.
También destacó la austeridad del Papa como una constante de su pontificado. “Fue a la Casa de Santa Marta a pagar su estancia al día siguiente de ser elegido. Recogió su maleta, usó los mismos zapatos que traía. No quiso vivir en los Apartamentos Pontificios ni usar coches de lujo”. Y agregó: “Dicen que cuando estaba en Argentina nunca tuvo coche, siempre se movía en metro o en camión”.
Otro aspecto que marcó su servicio fue la cercanía: “Yo diría que el Papa Francisco acentuó muchísimo esa parte. Con sus gestos quería reflejar que Dios está cerca de todas las personas, independientemente de su situación. Quizás nosotros nos alejamos de Dios, pero Él siempre está cerca”.
Ecología, paz y migración: un pontificado con causas vivas
El Papa Francisco también será recordado por su compromiso con temas urgentes del mundo contemporáneo. “Fue el primer Papa que habló de ecología como tal. Con ‘Laudato Si’ fue punta de lanza en el llamado a cuidar la casa común”, menciona el capellán.
De igual manera, expresó que la paz fue una constante preocupación: “Ha hecho todo lo posible para evitar los conflictos bélicos. Le parecía una gravísima injusticia que se gastara dinero en armamento cuando hay gente que se muere de hambre”.
En cuanto a su defensa de los migrantes, el P. Felipe recuerda unas de sus últimas palabras: “El Jueves Santo, cuando salió de visitar una cárcel, dijo: ‘Siempre que vengo a estos lugares me pregunto, ¿por qué ellos sí y yo no?’”. Y añade el capellán: “Él hablaba de la globalización de la indiferencia. Le parecía una profunda injusticia pensar que hay personas que valen menos por su situación. Además, su familia había sido migrante; lo sentía muy de cerca”.
Un Papa que entendieron los jóvenes
El mensaje del Papa también tocó el corazón de las nuevas generaciones. “Yo percibí en muchos jóvenes una sensación de que este Papa los entendía. Les gustó su autenticidad. Porque hoy, todo lo que es hipócrita les repugna”, reflexiona el P. Felipe.
“El Papa, con su austeridad, daba la impresión de que lo que decía era auténtico. Que no buscaba ni fama ni dinero, sino que realmente vivía el Evangelio”. Añade que este testimonio fue especialmente valioso para jóvenes que experimentan por primera vez su propia fragilidad o la maldad del mundo. “Por eso insistió tanto en que Dios está siempre con nosotros, no importa qué esté pasando en nuestras vidas. Su mensaje de misericordia y esperanza fue muy impactante”.
Finalmente, destacó que su estilo poco protocolario también ayudó a muchos a acercarse más a la fe. “Francisco daba una sensación de menor rigidez. Y eso ha servido para muchas personas heridas o desilusionadas”.
El Papa que nos recordó que Dios no se cansa de perdonar y que está siempre cerca, especialmente de quienes más lo necesitan.