De acuerdo con información del despacho jurídico Baker McKenzie, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un Acuerdo de Facilidades Extendidas por un período de 48 meses para la República Argentina, por un monto total de USD 20,000 millones. En paralelo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció una serie de flexibilizaciones en el régimen cambiario.
Este nuevo entendimiento con el FMI representa un giro significativo en la política económica del país y forma parte de una estrategia más amplia para estabilizar la economía, combatir la inflación y recuperar la confianza de los mercados internacionales.
El acuerdo con el FMI no solo representa un alivio financiero inmediato, sino que también marca el inicio de una ambiciosa etapa de desregulación cambiaria, con impacto directo sobre empresas, inversores y ciudadanos.
Adiós al “dólar blend” y nuevo esquema cambiario.
Baker McKenzie, una de las firmas de abogados más grandes del mundo, con presencia en 70 oficinas en las principales ciudades globales, informó a través de un media alert sobre la eliminación del llamado “dólar blend”. Este mecanismo permitía a los exportadores liquidar el 80% del producido de sus exportaciones en el mercado oficial de cambios, y el 20% restante a través de operaciones conocidas como “dólar contado con liquidación” o “dólar MEP”, obteniendo así un tipo de cambio más favorable.
Con esta nueva disposición, el 100% de las divisas provenientes de exportaciones deberá ser canalizado exclusivamente a través del mercado oficial.
En paralelo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) establecerá un nuevo régimen de tipo de cambio flotante, con una banda de flotación inicial que irá de AR$ 1.000 a AR$ 1.400 por dólar. Esta medida busca dar previsibilidad a los mercados y reducir la brecha entre el dólar oficial y los tipos de cambio financieros.
Mayor libertad para empresas: giro de utilidades y pago de importaciones
Uno de los puntos más esperados por el sector privado es la flexibilización para el giro de utilidades y dividendos al exterior. A partir de ahora, las empresas podrán transferir ganancias auditadas generadas a partir del ejercicio fiscal 2025 a sus accionistas extranjeros, una práctica que había estado prácticamente bloqueada en los últimos años debido a las restricciones cambiarias.
Asimismo, se eliminan los plazos restrictivos para el pago de importaciones de bienes y servicios. Esto significa que las empresas podrán abonar compras al exterior —incluyendo pagos anticipados de bienes de capital— sin necesidad de obtener autorizaciones especiales ni esperar largos períodos, lo que representa un alivio importante para el comercio y la industria.
También cambia para las personas: se flexibiliza el acceso al dólar
El nuevo esquema también contempla beneficios para las personas físicas. Se permitirá nuevamente la compra de divisas para ahorro o tenencia en el exterior a través del mercado oficial, sin necesidad de justificar la operación ni pagar los recargos impositivos que habían sido implementados en años anteriores. La única excepción serán los consumos en el exterior vinculados al turismo y los pagos con tarjeta de crédito, que seguirán sujetos a condiciones especiales.
Bonos para saldar deudas pasadas
Para resolver pasivos acumulados en el contexto del anterior régimen de control de cambios, el BCRA lanzará una nueva serie de bonos BOPREAL, que podrán ser suscritos por personas humanas o jurídicas no residentes. Estos instrumentos estarán destinados a saldar obligaciones devengadas hasta diciembre de 2024, como dividendos pendientes de ejercicios anteriores, deudas por importaciones no canceladas, entre otros compromisos.
Un nuevo rumbo económico, con desafíos por delante
Estas medidas representan un paso importante hacia la normalización del mercado cambiario argentino y la atracción de inversiones. No obstante, advierten que la implementación efectiva requerirá mantener la disciplina fiscal y un manejo cuidadoso de las expectativas inflacionarias.
El acuerdo con el FMI y la nueva política cambiaria podrían abrir la puerta a una etapa de crecimiento sostenido si se acompañan con reformas estructurales, estabilidad política y una mayor integración de Argentina en el sistema financiero global.