Los celulares se han convertido desde hace tiempo en herramientas indispensables para la comunicación, el entretenimiento y el trabajo. Sin embargo, para muchos millennials (nacidos entre 1982 y 1994), su constante presencia está resultando más perjudicial que beneficiosa, especialmente en las relaciones de pareja; un fenómeno social que recibe el nombre de tecnoferencia, pero ¿qué abarca este concepto?
De acuerdo con la Universidad de Valencia, España, es un problema que se produce cuando el uso excesivo de dispositivos tecnológicos interrumpe la vida cotidiana de las personas y causa conflictos familiares, y aumenta los niveles de estrés.
Para conocer el caso de la tecnoferencia en los jóvenes, la aplicación Paired encuestó a 1,561 personas a fin de comprender cómo los teléfonos, junto con otras tecnologías, interfieren en la vida amorosa de los individuos. Del total de millennials (de 29 a 44 años) encuestados, 15.7 por ciento afirmó que la tecnología crea distancia en sus relaciones, mientras que 9.7 por ciento informó que se había convertido en una fuente de conflicto.
Los datos resaltan un problema sobre el cual los expertos en relaciones vienen advirtiendo desde hace años: la tecnología está cambiando el modo en que interactúan las parejas, y no siempre para mejor.
“No es de extrañar que tantas parejas sientan que los teléfonos están afectando negativamente sus relaciones. Los resultados indican lo que veo constantemente en mi trabajo: la tecnología, cuando se usa sin límites claros ni un propósito específico, dificulta que las parejas se sientan verdaderamente conectadas”, declaró Aly Bullock, terapeuta y directora de Relaciones de Paired, a Newsweek.
“LA MAYORÍA HEMOS DESARROLLADO MALOS HÁBITOS CON NUESTROS CELULARES”
Martha Dieros Collado, psicóloga clínica, también opinó sobre el tema a través de un reciente video en Instagram, donde analizó el término “tecnoferencia”. En palabras de la especialista, el fenómeno se ha vuelto más insidioso desde el auge de los teléfonos inteligentes.
“A menudo pasamos por alto lo desagradable que es no estar presentes con quienes nos rodean. La mayoría hemos desarrollado malos hábitos con nuestros celulares y simplemente aceptamos el statu quo, pero ¿quizás no deberíamos tener que hacerlo?”, dijo.
En ese sentido, Dieros Collado describió estrategias simples, pero efectivas, para contrarrestar estos hábitos, como establecer expectativas claras sobre cuándo se permiten o no los teléfonos en casa y mantenerlos fuera del alcance durante las reuniones sociales.
No obstante, si bien el estudio de Paired encontró que 64.3 por ciento de los encuestados había experimentado problemas debido al uso del celular durante el tiempo de calidad juntos; 24.9 por ciento dijo que el comportamiento en las redes sociales también había causado problemas.
“Las redes sociales añaden otra capa de tensión debido al factor de comparación. Empiezas a comparar tu relación con las que ves en línea, o deseas que tu pareja hiciera lo que hace este influente (influencer). Quizás simplemente empiezas a estresarte porque tu pareja es perezosa porque te envía videos cuando se supone que debería estar trabajando”, pormenorizó Bullock.
LOS ROMANCES MODERNOS Y LA TECNOFERENCIA
Incluso cuando no se usan los teléfonos, su mera presencia puede ser perjudicial. Un estudio de 2012 realizado por Przybylski y Weinstein reveló que el simple hecho de tener un dispositivo cerca puede hacer que las conversaciones se sientan menos íntimas.
“Una pareja con la que trabajé discutía porque su Apple Watch vibraba constantemente durante el sexo; ella se sentía muy desanimada. Este es un ejemplo perfecto de lo omnipresentes que son los efectos de la tecnología en las relaciones”, explicó Bullock.
Si bien los hallazgos apuntan a que los celulares tienen un impacto negativo en las relaciones de los millennials, Bullock afirma que los romances modernos aún se pueden salvar si las parejas logran adaptarse. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)