Con una explosión como señal de inicio, las autoridades de los tres niveles de gobierno llevaron a cabo un simulacro de ataque armado en la sede de la Fiscalía General de la República (FGR) en Tijuana, diseñado para evaluar la respuesta ante una posible incursión violenta.
El ejercicio activó el Código Negro, un protocolo de emergencia que moviliza a fuerzas de seguridad municipales, estatales y federales. En el escenario simulado, un comando de cinco hombres armados irrumpió en las instalaciones con la intención de liberar a un detenido, lo que desató un enfrentamiento ficticio con agentes de la Policía Federal Ministerial (PFM). El resultado del simulacro: cinco agresores “detenidos” y cuatro “heridos”.
Fortalecer la preparación del personal ante posibles amenazas
El delegado de la FGR en Baja California, Victorino Porcayo Domínguez, destacó que estos entrenamientos son esenciales para fortalecer la preparación del personal ante posibles amenazas reales. “Es fundamental garantizar que los protocolos de seguridad sean efectivos en una ciudad con altos índices de violencia”, señaló.
En el operativo participaron elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y la Policía Municipal, además de Bomberos, Protección Civil y la Cruz Roja, quienes evaluaron la atención a los heridos ficticios y la efectividad de la coordinación interinstitucional.
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Tijuana, una ciudad marcada por la violencia vinculada al crimen organizado, ha sido escenario de ataques a instituciones de seguridad en el pasado. Este tipo de ejercicios busca afinar las estrategias de reacción y reforzar la cooperación entre corporaciones para mitigar posibles amenazas en el futuro. N