Muchas personas buscan perder kilos no solo para sentirse mejor físicamente, sino también para ganar confianza, aceptación social o incluso validar su autoestima. En ese tenor, una investigación en curso de la Universidad de Colorado Boulder, Estados Unidos, está explorando una solución innovadora: el desarrollo de una vacuna para controlar el aumento de peso. Pero, ¿en qué consiste exactamente este prometedor estudio?
Un primer artículo, publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity, evidencia que los animales inyectados semanalmente con un microorganismo (Mycobacterium vaccae ATCC 15483), presente en la leche de vaca y el suelo, mostraron una resistencia notable al aumento de peso, debido a una dieta rica en grasas y azúcares.
“Este estudio tuvo como objetivo evaluar si las administraciones subcutáneas semanales de una preparación de células enteras, inactivadas por calor de M. vaccae ATCC 15483, en ratones adolescentes machos, podían mitigar la inflamación asociada con la obesidad inducida por la dieta de estilo occidental”, refiere el abstracto del estudio.
Y agrega más adelante: “Nuestros resultados muestran que el tratamiento con M. vaccae previno el aumento de peso excesivo inducido por la dieta de estilo occidental, la acumulación de tejido adiposo visceral y las concentraciones elevadas de leptina plasmática.”
De acuerdo con los autores, el incremento de la obesidad a escala global se debe, en gran medida, al estilo de vida que incluye la alimentación. El consumo de una dieta baja en fibra y alta en grasas altera las características del microbioma intestinal.
“Nuestro estudio sugiere que la exposición a bacterias beneficiosas puede protegernos contra algunos de los efectos negativos para la salud de la dieta occidental típica”, sostiene el autor principal Christopher Lowry, profesor de fisiología integrativa.
INYECCIONES SEMANALES DE M. VACCAE
¿Qué se entiende por dieta occidental? A tenor del portal de difusión científica Dialnet, se caracteriza por la ingesta excesiva de proteínas de origen animal, alimentos procesados, grasas saturadas, azúcares refinados, junto a un escaso consumo de vitaminas.
Este estudio se suma a las investigaciones que destacan los beneficios de ciertas bacterias positivas, conocidas como “viejos amigos”, las cuales evolucionaron en simbiosis con los seres humanos, pero cuyo contacto se redujo significativamente debido a la transición de la vida en granjas a entornos urbanos más higiénicos y estériles.
“Como hemos perdido contacto con estos ‘viejos amigos’ que servían para regular nuestro sistema inmunológico y suprimir la inflamación inapropiada, nos hemos puesto en mayor riesgo de sufrir enfermedades inflamatorias”, apunta Lowry.
Para el estudio, a un grupo de ratones adolescente se les alimentó con pienso estándar (elaborado principalmente con proteínas como la soya) durante 10 semanas; mientras que otro grupo de roedores consumió lo equivalente a una hamburguesa con papas fritas: 40 por ciento grasa, 20 por ciento proteínas y 40 por ciento carbohidratos. La mitad de cada agrupación recibió inyecciones semanales de M. vaccae.
VACUNA PARA CONTROLAR EL PESO: ¿ESTÁ CERCA DE SER UNA REALIDAD?
Como era de esperarse, el grupo que consumió comida chatarra sin recibir tratamiento comenzó a aumentar de peso significativamente alrededor de la sexta semana, en comparación con aquellos que seguían una dieta saludable.
Al concluir el estudio, este grupo pesaba aproximadamente un 16 por ciento más que los que consumían pienso estándar y presentaban una mayor acumulación de grasa visceral, conocida como la “grasa mala”, que rodea los órganos y está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y diabetes.
“No hubo diferencia en el aumento de peso entre el grupo de ‘comida basura’ que recibió inyecciones de bacterias buenas y los que consumieron alimentos saludables. Los ratones inoculados también tenían menos grasas malas”, comenta Luke Desmond, otro autor del artículo.
No obstante, en palabras de ambos autores, se necesita más investigación para determinar cómo la exposición a una bacteria presente en la tierra podría prevenir la subida de peso y, sobre todo, si tiene efectos en el ser humano.
Christopher Lowry espera realizar más estudios para determinar si la M. vaccae tomada por vía oral tiene el mismo impacto y si podría ayudar a alguien que ya tiene sobrepeso a perder tallas.
“También será importante evaluar si M. vaccae ATCC 15483 exhibe efectos protectores comparables contra la dieta occidental en hembras”, concluye.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2022, 2,500 millones de adultos (18 años o más) tenían sobrepeso. De ellos, 890 millones eran obesos. N