Muchas personas creen que la evolución humana, del individuo moderno, se ha detenido. Sin embargo, aunque la medicina y las tecnologías modernas han alterado el entorno en el que se da este proceso, numerosos científicos están de acuerdo en que la evolución sigue en marcha.
La evolución actual podría estar más relacionada con el éxito reproductivo que con la supervivencia en sí, considerando nuestro entorno moderno. Factores como las preferencias culturales, la migración e incluso eventos aleatorios siguen dando forma al genoma humano.
Pero, ¿cómo será el aspecto de los humanos dentro de 50,000 años? Se trata de una pregunta de naturaleza especulativa, pero los expertos con los que habló Newsweek dieron sus predicciones sobre cómo la evolución podría afectar a la apariencia de nuestra especie en el futuro.
“La evolución es en parte determinista (hay reglas que rigen la evolución de los sistemas) y en parte aleatoria (las mutaciones y los cambios ambientales son principalmente impredecibles)”, comentó a Newsweek Thomas Mailund, profesor asociado de bioinformática en la Universidad de Aarhus en Dinamarca.
Y agregó al tema: “En algunos casos excepcionales, podemos observar la evolución en acción, pero en un lapso de decenas o cientos de años, es en su mayoría una cuestión de conjeturas. Podemos hacer conjeturas con cierta precisión, pero el poder predictivo es bajo, así que considérelo como experimentos mentales más que cualquier otra cosa”.
“LOS CAMBIOS DRAMÁTICOS REQUIEREN MÁS TIEMPO”
Algo que podemos decir con certeza es que 50,000 años es tiempo más que suficiente para que se produzcan varios cambios evolutivos, aunque en una escala relativamente menor, según Mailund.
“Los cambios verdaderamente dramáticos requieren más tiempo, por supuesto. No vamos a desarrollar alas o branquias en menos de millones de años, y hace 50,000 años éramos humanos anatómicamente modernos”, apuntó.
Jason Hodgson, antropólogo y genetista evolutivo de la Universidad Anglia Ruskin en el Reino Unido, dijo a Newsweek que 50,000 años es un “tiempo extremadamente largo” en el curso de la evolución humana, que representa más de 1,667 generaciones humanas dado un tiempo generacional de 30 años.
“De hecho, la mayor parte de la variación con la que estamos tan familiarizados se produjo en los últimos 10,000 años”, pormenorizó el antropólogo.
En un futuro más inmediato, Hodgson predice que las poblaciones globales se volverán más homogéneas y menos estructuradas en lo que respecta a la genética y el fenotipo (los rasgos observables de un individuo).
“En la actualidad, los fenotipos que asociamos con regiones geográficas (por ejemplo, piel oscura en los africanos, piel clara en los escandinavos, baja estatura en los pigmeos cazadores-recolectores africanos, estatura alta en los holandeses, etcétera) se mantienen mediante el apareamiento selectivo. Las personas tienen muchas más probabilidades de elegir parejas que sean similares a ellas”, afirmó.
Sin embargo, señaló la mezcla (el apareamiento entre grupos distantemente relacionados) está aumentando, y esto dará como resultado una menor estructura y una población global más homogénea. Como analogía, “si ponemos un grupo de caniches, rottweilers y chihuahuas en una isla y dejamos que se reproduzcan al azar, en unas pocas generaciones todos serían perros marrones de tamaño mediano”.
Cuando poblaciones distintas se mezclan, también lo hacen sus rasgos. Algunos rasgos están determinados por unas pocas variantes genéticas, pero muchos rasgos son resultado de una combinación de varios genes diferentes, y entonces nos mezclaremos hasta cierto punto, según Mailund.
“Habrá entonces algunos cambios, no causados por la selección, sino porque grupos que antes estaban aislados ahora se están mezclando”, explicó.
EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA EVOLUCIÓN HUMANA
Sin embargo, todavía es posible que, a pesar de la creciente homogeneidad, no todos evolucionen en la misma dirección, según Nick Longrich, paleontólogo y biólogo evolutivo de la Universidad de Bath en el Reino Unido.
“Podríamos imaginar que en distintas subpoblaciones podríamos encontrar personas que evolucionan de maneras diferentes”, dijo.
Si hay presiones fuertes y constantes hacia ciertas características, nuestra especie podría experimentar una “evolución muy rápida” en cuestión de miles, o posiblemente incluso cientos, de años. Si bien no sabemos cómo serán las presiones selectivas en el futuro, Longrich dijo que espera una serie de cambios, extrapolando las tendencias pasadas y las condiciones actuales.
Por ejemplo, podríamos volvernos más altos, debido a la selección sexual, y también podríamos volvernos más atractivos en promedio, ya que la selección sexual juega un papel más importante en la sociedad moderna que la selección natural.
“El atractivo es relativo, así que quizá pareciéramos estrellas de cine, pero si todo el mundo luciera así, no sería excepcional”, aseguró.
A medida que pasa el tiempo y la tecnología evoluciona, también es posible que los humanos comencemos a dirigir nuestra propia evolución de manera específica a través de herramientas de edición genética como CRISPR, potencialmente ayudadas por inteligencia artificial.
En palabras de Hodgson, la aplicación de técnicas genéticas que alteren los fenotipos en los seres humanos es muy controvertida y éticamente problemática. De hecho, los eugenistas del siglo XX creían que podían mejorar la especie humana permitiendo que solo las personas “adecuadas” se reprodujeran. Hoy estamos en las primeras etapas de la edición genética, pero el progreso en este campo es rápido y está en constante evolución. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)