La artista Maru Vázquez nació en México en 1960 y, a los 14 años, descubrió en la pintura una herramienta de expresión; una forma de decir lo que su joven cerebro aún no era capaz de comprender. “La pintura fue mi diálogo y mi desahogo desde los 14 años”, confiesa la artista, y recuerda con nostalgia a la primera maestra que puso un pincel en su mano, entregándole la que sería su más fuerte herramienta para sanar, para sobrevivir.
A lo largo de su vida, la artista ha plasmado tanto el dolor como la esperanza en sus lienzos. “Yo pinté un evento que fue doloroso mil veces hasta que, a los 40 años, pude hablar de él. Ahora mi obra es más luminosa, pero honro esa oscuridad que fue mi base”, comparte en entrevista con Newsweek en Español, desde el centro de su exposición en el Museo de Arte de Querétaro.
UNA NARRATIVA DE COLOR Y FORMA
Si te sitúas bajo el marco que divide ambas salas te sentirás en el centro de dos hemisferios distintos. Por un lado, abunda el negro, sobre el que se imponen figuras y formas de colores, generando una sensación marcada de rudeza, fuerza y algo de tristeza; hacia el otro lado, el blanco toma protagonismo, el blanco sobre el que los colores remiten a la luz, obras que generan enormes olas de paz, incluso de esperanza.
En “Geométricos artificios” el público encontrará piezas que encapsulan el crecimiento técnico y emocional de la artista Maru Vázquez. Su transición del negro al blanco, de la oscuridad a la luz. Son sus obras más actuales en las que predominan los colores vivos y las formas geométricas, como el rombo que, según la artista, en algunas de sus obras simboliza el equilibrio imperfecto de la vida.
“El rombo es equilibrio, pero nunca puede ser perfecto; siempre hay algo que rompe esa simetría, y eso refleja la vida misma”, explica Vázquez.
El proceso creativo de la artista es profundamente introspectivo. “Me siento, escojo la música que le corresponde a esa obra en específico y empiezo un diálogo con el cuadro. Cada trazo es una extensión de mi espíritu, una búsqueda constante de balance y paz”. Esta conexión íntima con su trabajo se refleja en su decisión de no titular sus obras, dejando a los espectadores la libertad de generar una interpretación personal de cada pieza.
LA CONTEMPLACIÓN PROFUNDA DE LA ARTISTA MARU VÁZQUEZ
La crítica especializada en arte ha señalado que su obra invita a la contemplación profunda. Y eso puede comprobarse tan solo con detenerte unos minutos, en silencio, frente a ese lienzo blanco con figuras rojas en perfecto equilibrio.
Como señala la historiadora, investigadora cultural y crítica de arte mexicana Berta Taracena, “el mundo que Maru Vázquez nos regala en cada uno de sus lienzos está inundado de invenciones fantasías y poesías recobradas. Vázquez expresa la resolución y el logro de lenguajes formales mediante el color, la mancha y la oscilación geométrica. El suyo es un arte subjetivo, como todo buen arte y es, sin duda, una importante, sólida y trascendente pintora de su generación”.
UN ARTE QUE TRASCIENDE EMOCIONES: ASÍ ES LA OBRA DE LA ARTISTA MARU VÁZQUEZ
El impacto emocional de la obra de Maru Vázquez radica en su capacidad para traducir la experiencia humana en formas abstractas. Como apunta Antonio Arelle, director del Museo de Arte Querétaro, su trabajo “expresa la resolución y el logro de lenguajes formales mediante el color, la mancha y la oscilación geométrica”.
Desde su infancia en un rancho en Tabasco, rodeada de naturaleza, pasando por años en la caótica Ciudad de México, hasta su etapa actual en San Miguel de Allende, Guanajuato, cada capítulo de su vida ha influido en su creación artística. “El arte es un método de resistencia, una manera de procesar emociones que no siempre podemos racionalizar”, asegura la artista.
En palabras de Robert Hughes, quien fue un respetado crítico de arte australiano, la obra de Vázquez es “una celebración de la vida, llena de trozos, de recuerdos y emociones humanas representadas con tanta sensibilidad que te hace sentir como pasar páginas del libro de la vida de esta artista”. Y sí, a través de la contemplación de su obra nos quedamos, todos, con un pedacito de su historia.
INNOVACIÓN Y CONEXIÓN CON SU ESENCIA
Para Maru Vázquez, “Geométricos artificios” representa no solo una retrospectiva, sino una oportunidad para reconectar con sus inicios. “Quería honrar mi raíz, mis principios. Después de 50 años siento que estoy más conectada que nunca con la niña que empezó a pintar para sobrevivir y con la mujer que ahora lo hace para celebrar”, confiesa.
Además de su práctica artística, Vázquez ha desempeñado un papel activo en la promoción del arte. En 2006 fundó el grupo Mujeres en el Arte, que reúne a 180 artistas y ha organizado 27 exposiciones y subastas. También ha trabajado en proyectos innovadores, como la creación de etiquetas artísticas para vinos y licores, y ha impartido diversos talleres.
UN LEGADO PARA EL ARTE ABSTRACTO
Con colecciones permanentes en México, París, Berlín y Texas, entre otros lugares, y reconocimientos como el primer lugar en la Karlsruhe Biennale en Alemania, Maru Vázquez es una de las figuras más importantes del arte abstracto en México, inspirando a jóvenes artistas a romper las reglas, a perseguir sus sueños y a crear.
“Geométricos artificios” no es una exposición como cualquier otra, es un homenaje a la resiliencia, la creatividad, el factor cambiante de los seres humanos y el poder transformador del arte. Para quienes buscan un diálogo profundo con el arte abstracto, esta exposición —y la obra de Maru Vázquez en su totalidad— es una ventana hacia lo esencial: la conexión entre la emoción, la forma y la constante búsqueda de equilibrio.
UNA TRAYECTORIA DE IMPACTO INTERNACIONAL
Maru Vázquez no es solo un icono en el ámbito artístico mexicano; su influencia ha trascendido fronteras. Licenciada en Comunicación Gráfica por la Academia de San Carlos y con una maestría en Artes Visuales por la UNAM, ha trabajado junto a figuras como Manuel Felguérez, Gilberto Aceves Navarro y José Luis Cuevas. A lo largo de su carrera ha participado en más de 145 exposiciones en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa.
Uno de los momentos más destacados de su trayectoria tuvo lugar en 2007, cuando obtuvo el segundo y quinto lugar en Art Paris, un evento internacional que atrajo a más de 53,000 participantes. Además, su colección fue reconocida con una mención especial como una de las tres mejores de esa edición. Este logro marcó un momento único en la historia del certamen, consolidándola como una artista de renombre mundial y la única en recibir tres premios en una sola edición del certamen.
La exposición “Geométricos artificios” estará abierta al público del 24 de octubre de 2024 al 12 de enero de 2025 en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO). N