Los cuyos, también conocidos como cobayas o conejillos de Indias, son roedores originarios de Sudamérica. Y Perú celebra 20 años de la creación de una raza de cuyo genéticamente modificada que aparece en los menús de todo el país.
Desarrollada en 2004 por el Instituto Nacional de Innovación Agraria, esta raza fue creada para satisfacer la alta demanda de carne de cuyo en todo el país.
Los conejillos de indias han sido fundamentales en la dieta andina durante miles de años. Su carne es rica en proteínas y baja en grasas, lo que la convierte en una opción nutritiva para muchas familias.
La raza “Perú” se distingue por su crecimiento más rápido, alcanzando un peso de casi un kilo en solo 56 días, mucho más rápido que los 160 días que requieren los roedores estándar. Según Juan Solórzano, zootecnista investigador involucrado en el proyecto, la raza ha transformado la cría de cuyos.
“Es una raza precoz”, dijo Solórzano, quien describe el plato como “festivo”.
Los conejillos de indias (conocidos localmente como cuyo) son nativos de la Cordillera de los Andes y se consumen ampliamente en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Estas regiones alguna vez fueron parte del Imperio Inca, donde los conejillos de indias jugaban un papel en la dieta y las prácticas ceremoniales de los pueblos indígenas.
Solo en Perú se crían más de 25 millones de cuyos para la industria cárnica, según cifras oficiales. Los animales son tan significativos culturalmente que el país designa el segundo viernes de octubre como el Día Nacional del Cuyo para incentivar y promover su consumo, reconociendo su papel en la gastronomía peruana.
LOS CUYOS EN SUDAMÉRICA: “SON TAN SABROSOS”
El cuyo se considera un plato habitual en ocasiones especiales y se sirve asado, frito o hervido, a menudo acompañado de papas o maíz. Para personas como Marina Isabel Briceño, el consumo de cuyo es una tradición que se remonta a generaciones anteriores: ella los come desde niña.
Criada en la región de Cajamarca, recuerda que los conejillos de indias se servían en eventos familiares importantes como bautizos, donde los padrinos recibían bandejas con una docena de conejillos de indias fritos.
“Sé que es un roedor, un pariente lejano de las ratas, pero esos animales comen basura, mientras que los cuyos comen otra cosa, hojas tiernas de maíz, por eso son sabrosos”, comentó.
La migración interna desde los Andes del Perú (Sudamérica) en el siglo XX trajo la costumbre de comer cuyos a la costa del Pacífico del país. En la época inca, el cuyo solía sacrificarse en rituales religiosos para apaciguar a los dioses y figuraba en la cosmología andina como ofrenda a los antepasados y deidades.
Los conejillos de indias también fueron representados en artefactos, cerámica y pinturas de las primeras sociedades andinas. Hoy en día, siguen desempeñando un papel en la medicina tradicional de los Andes, donde se frotan sobre el cuerpo de personas enfermas para absorber energía negativa o diagnosticar dolencias.
Aunque en la mayor parte del mundo los conejillos de indias se crían principalmente como mascotas, su relevancia cultural en los Andes es más fuerte que nunca, especialmente con la raza “Perú”, de más rápido crecimiento, lo que hace que sea mucho más viable para los agricultores sostener la demanda. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)