La dieta de la Cenicienta (#CinderellaDiet) es una tendencia que nació en Japón y se ha extendido en diferentes países debido a las redes sociales. Este régimen alimenticio, considerado restrictivo y extremo, tiene el objetivo de lograr que la persona que lo lleve a cabo pueda igualar el cuerpo imposible de alguna de las princesas de Disney.
Aunque se conoce como dieta, los pormenores para lograr bajar de peso son difusos, pues no hay un manual ni recomendaciones nutritivas. La única distinción entre esta y otras dietas “milagrosas” es la forma de calcular y la meta de reducir el tamaño de la cintura.
La meta de masa corporal de 18 kilogramos es la base de esta tendencia, pues los promotores señalan que, para conocer el peso ideal de una chica para tener el cuerpo de la Cenicienta, se debe elevar al cuadrado la altura y, después, multiplicar el resultado por 18.
La fórmula no tiene ninguna base científica ni sustento médico y es una distorsión de la fórmula para calcular el índice de masa corporal (IMC).
Andrea Arroyo, psicóloga sanitaria, dietista nutricionista y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) señala la irrealidad de estos estándares: “Si te basas en la premisa de llegar a las proporciones de una princesa de dibujos animados te olvidas de una idea esencial: quieres imitar un personaje ficticio que se aleja de la realidad de cada persona”.
SON REGÍMENES RIESGOSOS PARA LA SALUD
La dieta Cenicienta no es la única que alude a las princesas de Disney. En realidad, existe toda una tendencia en torno a estos personajes ficticios, la cual cambia el nombre de la princesa según alguna particularidad. Otro ejemplo es la dieta de la Bella Durmiente, que consiste en dormir durante muchas horas con la ayuda de fármacos.
Aunque los métodos para bajar de peso y llegar a la meta son diferentes para cada seguidora, por lo general se cae en las dietas restrictivas, que son aquellas en donde se eliminan determinados alimentos de la dieta habitual e incluso se ayuna con el objetivo de perder peso. Si bien estas dietas permiten perder mucho peso en poco tiempo, son riesgosas para la salud.
Arroyo señala que en este tipo de dietas se deja de lado el autocuidado: “Como ser humano hay necesidades que hay que cubrir, y si hacemos una restricción muy importante, existe un riesgo grande de déficits nutricionales”.
Estos déficits, agrega la especialista, se pueden traducir en desequilibrios metabólicos y neuroendocrinos. El peligro que representan estas dietas restrictivas es mayor para las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia y para las adolescentes, que tienen unas necesidades nutricionales específicas.
El costo psicológico de las dietas restrictivas también es una señal de alarma, pues sin importar el nombre de moda que se le otorga, se ha demostrado que llevar una dieta extrema es un factor de riesgo para la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
LA DIETA DE LA CENICIENTA TRAE FRUSTRACIÓN
Arroyo alerta que las chicas que padecen una obsesión por estar delgadas y poseer un cuerpo de princesa de Disney vivirán con la frustración porque “es imposible conseguirlo”.
Alex Vidal, dietista, nutricionista y colaborador de la UOC, señala que lo ideal es encontrar la mejor versión de uno mismo: “Cada persona es un mundo, y en temas de nutrición la clave del éxito es la personalización”, dice, y añade que cualquier propuesta que tenga como objetivo lograr un estereotipo es errónea.
El especialista señala que uno de los principales motivos por el que las dietas milagro son populares es porque la mayoría de personas buscan resultados inmediatos. El especialista recuerda que es imposible que alguien se ponga en forma o consiga objetivos de calidad y definitivos de forma saludable en pocos días.
Asimismo, Vidal recuerda que, para conseguir un peso y figuras saludables, los buenos hábitos son indispensables. Beber agua, hacer ejercicio según las capacidades individuales, tener una alimentación equilibrada y dormir correctamente son las claves para alcanzar el bienestar.
Promover hábitos saludables y visibilizar la diversidad de cuerpos también es clave para erradicar la presión social en torno a la delgadez y los estereotipos de belleza que, aunque pueden afectar a todos los seres humanos, tiene una incidencia mayor en las mujeres. N