Las bolsas se desplomaron a escala global este lunes 5 de agosto por el temor de los inversores de que la desaceleración del mercado laboral en Estados Unidos lleve a una recesión. La dramática caída de la Bolsa de Japón, con un descenso histórico del 12.40 por ciento en el índice Nikkei, fue calificada como un nuevo “lunes negro”, solo superado por la caída registrada en octubre de 1987 en el país nipón (restó en aquel entonces un 14.9 por ciento).
“Hay caos en los mercados financieros y el detonante fue el informe sobre el empleo en Estados Unidos publicado el viernes, que mostró una desaceleración mayor de la esperada, con una tasa de desempleo en julio del 4.3 por ciento”, apuntó Stephen Innes, analista de SPI AM.
Los tres principales índices bursátiles de Wall Street cayeron en la apertura: el Nasdaq perdió 3.10 por ciento hacia las 14:00 horas, arrastrado por la caída de los gigantes tecnológicos estadounidenses, el S&P 500 cedió un 2.48 por ciento y el Dow Jones un 2.11.
Las bolsas europeas terminaron también con fuertes caídas el lunes. París perdió 1.42 por ciento, Londres 2.04 por ciento, Fráncfort 1.82, Madrid 2.34 y Milán 2.27 por ciento. En Asia, el Nikkei de la bolsa de Tokio cerró con la peor caída en puntos de su historia.
El endurecimiento monetario del Banco de Japón y la subida del yen se sumaron a los temores de recesión en Estados Unidos y provocaron la caída del índice japonés. Taiwán y Seúl cayeron más de un 8 por ciento.
LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE SE MANTENÍA SÓLIDA, CRECÍA LIGERAMENTE Y LA INFLACIÓN SE DESACELERABA
Las cifras de empleo en Estados Unidos dieron la impresión a los inversores que “la Reserva Federal (FED) puede haber retrasado los recortes de tasas de interés demasiado tiempo, arriesgándose a provocar una recesión”, comentó Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth.
Para combatir la inflación, la Fed elevó las tasas a su nivel más alto en 20 años, entre 5.25 a 5.50 por ciento, para obligar a la economía estadounidense a desacelerarse.
Hasta ahora, los analistas veían que la economía estadounidense se mantenía sólida, crecía ligeramente y la inflación se desaceleraba, un “aterrizaje suave” tras el periodo posterior al covid-19. Pero ahora los mercados creen que el banco central de Estados Unidos tendrá que recortar sus tasas más drásticamente de lo planeado para evitar una recesión.
Las expectativas de un recorte de la Fed se reflejaron en las tasas cortas del mercado de bonos: la de los bonos estadounidenses a dos años cayó al 3.79 por ciento alrededor de las 14:00 horas y la de diez años se situó en el 3.72 frente al 3.79 por ciento al cierre del viernes.
El petróleo también se vio penalizado por los temores de recesión y el precio del Brent del Mar del Norte perdía un 0.89 por ciento a 76.13 dólares hacia las 14:00 horas. Su equivalente estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI), cedió un 0.95 por ciento, a 72.82 dólares el barril, poco después de caer a un mínimo de seis meses.
Por su parte el yen registró una gran subida, aprovechando su condición de refugio seguro en medio de temores de recesión en Estados Unidos. La moneda japonesa se revalorizó 2.74 por ciento frente al dólar, a 142.62 yenes por dólar, y un 2.10 por ciento frente al euro, a 156.58 yenes por euro.
¿QUÉ PASÓ EN EL “LUNES NEGRO” DE OCTUBRE DE 1987?
El 19 de octubre de 1987, conocido como “lunes negro”, ocurrió una de las caídas más grandes y significativas en la historia del mercado bursátil. Ese día, el índice Dow Jones Industrial Average cayó un 22.6 por ciento, su mayor pérdida porcentual en un solo día. Este desplome afectó a mercados financieros en todo el mundo, causando caídas significativas en las bolsas de valores de países como el Reino Unido, Alemania y Japón.
Las causas del lunes negro incluyen una combinación de factores como el uso de programas de trading automatizado, una sobrevaloración del mercado, el nerviosismo de los inversionistas y la falta de liquidez. El evento destacó la interconexión global de los mercados financieros y llevó a reformas regulatorias para mejorar la estabilidad y reducir el riesgo de caídas similares en el futuro. N
(Con información de AFP)