Las autoridades de Bolivia detuvieron este miércoles 26 de junio a dos jefes militares tras el intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Arce. La detención se llevó a cabo inmediatamente después de que militares sublevados asediaran durante horas la sede de gobierno y trataran de derribar una de sus puertas.
Al cabo de una caótica jornada, el general Juan José Zúñiga fue arrestado a las afueras de un cuartel militar de La Paz y conducido a un vehículo policial bajo cargos de terrorismo y alzamiento armado, según la fiscalía.
“¡Está detenido, mi general!”, señaló el viceministro de gobierno, Jhonny Aguilera, según imágenes de la televisión estatal. Horas después el ministro de gobierno, Eduardo del Castillo, informó de la detención del jefe de la Armada Boliviana (Marina), Juan Arnez Salvador, como el otro responsable.
“Ante los últimos acontecimientos suscitados en la ciudad de La Paz, sede de gobierno, y que son de conocimiento público, considerando el firme compromiso del ministerio público con los principios que sostienen al Estado Democrático de Derecho, el fiscal general del Estado, de manera inmediata, mediante Instructivo FGE/JLP N° 243/2024, dispuso el inicio de todas las acciones legales que correspondan para el inicio de la investigación penal en contra del Gral. Juan José Zúñiga y todos los demás partícipes en los hechos suscitados y que se constituyen en ilícitos penales”, indica un comunicado de la fiscalía.
LOS MILITARES USARON GASES LACRIMÓGENOS CONTRA LA POBLACIÓN DE BOLIVIA
Zúñiga estuvo al frente de los militares que intentaron irrumpir en el palacio presidencial, en el centro de La Paz, Bolivia. Sus hombres emplearon gases lacrimógenos contra las personas que quisieron acercarse al edificio. El oficial ingresó caminando por la misma puerta que intentó derrumbar uno de los carros de combate. Poco después salió por los mismos medios.
“Estamos en un intento de golpe de Estado por militares que están manchando el uniforme”, dijo Arce al tomar juramento a una nueva cúpula de las Fuerzas Armadas en el palacio que en ese momento era rodeado por las tropas de Zúñiga.
Tras su repliegue, el mandatario salió a un balcón para dirigirse a cientos de seguidores: “Nadie nos puede quitar la democracia que hemos ganado. Estamos seguros: vamos a seguir y vamos a seguir trabajando”. Tanto el gobierno como el expresidente Evo Morales, antiguo aliado y ahora rival político de Arce, convocaron a movilizaciones ante el alzamiento militar. En sus redes sociales, el exmandatario boliviano suspendió el llamado al volver la calma.
Arce escribió en X: “¡Vamos a defender la democracia y la voluntad del pueblo boliviano cueste lo que cueste! Saludamos y agradecemos a las y los presidentes de países amigos y a los organismos internacionales que han condenado de manera enérgica y se han pronunciado en favor de la democracia boliviana, ante el intento de golpe de Estado a nuestro Gobierno legítimamente electo por la mayoría de las y los bolivianos”. N