La falta de interacción social puede contribuir al desarrollo de trastornos del estado de ánimo, como la depresión y ansiedad. La soledad se ha asociado con un mayor riesgo de tener problemas físicos: enfermedades cardíacas, presión arterial alta, deterioro cognitivo, entre otros. Tal es el caso de Theresa Chaklos, a quien le diagnosticaron leucemia linfocítica crónica.
De acuerdo con Nature, Chaklos siempre fue una persona independiente; vivía sola y se mantenía como facilitadora de derecho familiar en el sistema judicial de Washington, Estados Unidos. Sin embargo, cuando llegó la enfermedad, su independencia se convirtió en soledad, “exacerbando su condición física”.
“Bajé casi siete kilos en una semana porque no comía. Me sentía tan miserable que simplemente no me levantaba”, afirma.
No obstante, un compañero de trabajo la convenció de pedir ayuda a sus amigos y su estado de ánimo comenzó a mejorar. Según la revista científica, cuando la soledad aguda se vuelve crónica, los efectos sobre la salud pueden ser de gran alcance. Un informe del médico estadounidense Vivek Murthy refiere que aislarte “puede ser tan perjudicial como la obesidad, la inactividad física y el tabaquismo”.
“La depresión, demencia, las enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte prematura se han relacionado con esta afección. En todo el mundo, alrededor de una cuarta parte de los adultos se sienten muy o bastante solos, según una encuesta de 2023 realizada por la empresa de redes sociales Meta”, establece un nuevo artículo de Nature.
LA SOLEDAD Y SUS PROBLEMAS FÍSICOS
Sin embargo, ¿cuál es la razón subyacente de que la soledad esté vinculada a problemas de salud? Recientemente, los investigadores descubrieron los procesos neuronales que explican cómo la falta de conexión social puede tener un impacto negativo en el estado físico y mental.
Las personas solitarias tienden a ver el mundo de manera diferente a las que no lo están, asegura la neurocientífica cognitiva Laetitia Mwilambwe-Tshilobo de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey. En un estudio de 2023, los investigadores pidieron a los participantes que observaran videos de individuos en una variedad de situaciones (por ejemplo, practicando deportes o en una cita), mientras estaban dentro de un escáner de imágenes por resonancia magnética
Las personas que no informaron sentirse solas tenían respuestas neuronales similares entre sí, mientras que las respuestas de aquellos que se sentían solas eran todas diferentes, tanto del otro grupo como entre sí.
“Los autores plantearon la hipótesis de que las personas solitarias prestan atención a diferentes aspectos de las situaciones que las personas no solitarias, lo que hace que quienes se sienten solos se perciban a sí mismos como diferentes de sus compañeros”, dice el estudio.
Si bien la investigación sobre la dopamina y soledad aún está emergiendo, científicos han reconocido desde hace mucho tiempo la conexión entre la soledad y otro tipo de señal química: las hormonas del estrés llamadas glucocorticoides. Los humanos necesitan cierto nivel de glucocorticoides “para funcionar y despertar”, indica el neurofisiólogo John-Ioannis. Pero la soledad persistente conduce a niveles crónicamente elevados. N