El Super Bowl LVIII fue el espectáculo de televisión más visto en la historia de Estados Unidos; en gran parte por la diosa del pop que arrastra masas: Taylor Swift. Un total de 123.4 millones de espectadores siguieron la final de la NFL desde el estadio Allegiant de Las Vegas, Nevada, donde Kansas City Chiefs salió victorioso ante los San Francisco 49ers.
Según CBS Sports, la cifra es un 7 por ciento superior a la del año pasado, cuando el número de espectadores marcó otro récord llegando a 115 millones. En 2023, los Chiefs ganaron contra los Eagles de Filadelfia. De acuerdo con algunos analistas, esta cifra actual no supera la audiencia por el alunizaje de 1969, pero no hay datos exactos. Se calcula que la llegada del hombre a la Luna, en julio de 1969, congregó ante las pantallas entre 125 y 150 millones de espectadores.
El evento deportivo de 2024 tuvo dos grandes factores que incentivaron a mucha gente a no despegarse de la pantalla: fue la segunda vez, en 58 años, que se definió el partido en tiempos extra y la presencia de Taylor Swift por su romance con el “tight end” —ala cerrada— del Kansas City, Travis Kelce.
La cantante voló a Las Vegas tras su último concierto de la exitosa gira “Eras Tour” en Japón, para estar presente horas más tarde en la final y alentar desde un palco de lujo a su novio. Eso hacía prever que atrajera a un ejército de fanáticas adolescentes a ver el espectáculo. Incluso cuando apareció por primera vez en pantallas, las redes sociales se llenaron de imágenes de la cantante de éxitos como “Karma”.
Desde que se confirmó que la artista anda con Travis Kelce, ha habido una gran cobertura sobre su presencia a cada uno de los partidos, incluyendo el Super Bowl. En X (antes Twitter) se notaba que los internautas estaban pegados a la pantalla solo para ver cómo Swift entró a la arena junto a Ice Spice y Blacke Lively, hasta cómo terminó todo con el beso de Taylor a Travis.
PRÓXIMAS PELÍCULAS, BEYONCÉ, USHER Y TAYLOR SWIFT EN EL SUPER BOWL 2024
Además, el decisivo duelo contó con la presencia de grandes estrellas de Hollywood y de la canción, como la cantante Beyoncé. La también empresaria estadounidense aprovechó la ocasión para anunciar el lanzamiento de un nuevo disco. Las grandes marcas llegaron a pagar hasta 7 millones de dólares por 30 segundos de publicidad durante la transmisión.
Usher, el cantante y productor musical denominado “Rey del R&B”, protagonizó el espectáculo del medio tiempo del partido. Fue un show de 15 escasos minutos de música y baile al mejor estilo de Las Vegas, que contó con artistas invitados como Alicia Keys. Aunque no estuvo de invitado Justin Bieber, al interpretar juntos “Somebody To Love”, la esperanza de que apareciera el cantautor canadiense también acercó a millones de fanáticos a la final.
A su vez, el Super Bowl LVIII trajo varios lanzamientos de tráilers como Deadpool & Wolverine y el musical Wicked, con Ariana Grande y Cynthia Erivo. La mayor parte de los espectadores vinieron por la televisión convencional, es decir, la cadena CBS: 112 millones. El resto se suma con Paramount+ (que lo dio en streaming), Nickelodeon (con una versión infantil presentada por Bob Esponja), Univisión (en español), CBS Sports y NFL digital.
Los Super Bowls constituyen ocho de los 10 programas de transmisión más vistos de la historia, según Deadline. El décimo más visto fue el discurso de renuncia del expresidente Richard Nixon transmitido desde la Oficina Oval en 1974. N