Si te propusiste dejar de fumar en este 2024 que se inicia estás de suerte: un grupo de científicos encontró la manera de reducir el deseo y aliviar los síntomas de la abstinencia. Y lo mejor de todo es que puedes lograrlo en apenas diez minutos.
La Organización Mundial de la Salud informa que la epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Causa casi 9 millones de muertes al año en todo el planeta. De estas, más de 7 millones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1.3 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
Según la misma dependencia, la mayoría de los consumidores que son conscientes de los peligros del tabaco quieren dejar de fumar. El tabaquismo aumenta la pobreza porque los hogares gastan en cigarros un dinero que podrían dedicar a necesidades básicas como la alimentación y la vivienda. Empero, este comportamiento de gasto es difícil de frenar porque el tabaco es muy adictivo y difícilmente se logra abandonar el hábito.
¿QUÉ SUGIERE LA CIENCIA PARA AYUDARTE A DEJAR DE FUMAR?
¡Pero no te desanimes! Una investigación reciente de la Universidad de Innsbruck, Austria, descubrió que, con apenas diez minutos de ejercicio (ya sea al aire libre o bajo techo), quienes dejan el cigarrillo temporalmente pueden reducir el deseo de fumar y aliviar sus síntomas de abstinencia.
“Si bien es verdad que hay muchos estudios sobre el efecto del ejercicio bajo techo en fumadores ‘temporalmente abstinentes’, nuestro ensayo incluye también hallazgos sobre la actividad física al aire libre”, explica a Newsweek la autora principal de la investigación, Stefanie Schöttl, candidata a un doctorado del Departamento de Ciencias del Deporte en la Universidad de Innsbruck.
Para el estudio —publicado a fines de 2023 en la revista Psychopharmacology—, el equipo pidió a 16 fumadores que pasaran una noche sin fumar y, al día siguiente, los distribuyeron de manera aleatoria en tres grupos, cada uno dedicado a una actividad específica que duraría diez minutos: caminata rápida al aire libre; lo mismo, pero en caminadora eléctrica; y permanecer sentados.
“Hicimos una distribución aleatoria de todos los participantes. Y, a fin de excluir preferencias individuales, todos fueron sometidos a las mismas condiciones, sin añadir tratamiento alguno”, agrega Martin Kopp, profesor de psicología deportiva y del ejercicio.
EL EJERCICIO BENEFICIA CUALQUIER ÁREA DE LA SALUD
Antes, durante y después de cada etapa de la prueba, los investigadores invitaron a los voluntarios a describir cómo eran su deseo de fumar, sus síntomas de abstinencia y su estado de ánimo. Y al concluir, les pidieron que informaran sobre el tiempo transcurrido entre la prueba y el primer cigarrillo que encendieron.
Lo que hallaron fue que quienes hicieron ejercicio bajo techo y los que practicaron caminata al aire libre manifestaron una disminución importante del deseo de fumar y de los síntomas de abstinencia, así como un aumento en su sensación de bienestar general respecto de los participantes del grupo de control.
“Aunque poco significativa, otra diferencia entre las sesiones de ejercicio al aire libre y bajo techo fue el tiempo transcurrido antes de encender el primer cigarrillo”, puntualiza Schöttl. Dichos tiempos fueron de 17 minutos para quienes se ejercitaron en interiores y 26 minutos para el grupo de exteriores. “Con todo, serán necesarios experimentos ulteriores para verificar esa tendencia”, concluye Kopp.
Aun cuando hacen falta más investigaciones y poblaciones de estudio más numerosas para confirmar los hallazgos, este experimento ofrece esperanza a los que intentarán dejar de fumar como propósito de 2024… y en años posteriores. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)