Todos hemos tenido días en los que la vida nos parece abrumadora. Días en los que “no nos calienta ni el sol”, como se dice comúnmente. ¡Nos ha pasado que al pasar por un espejo nuestra primera impresión es decir “Ay! ¡Que vieja me veo!”, “Que cansado me veo!”, y todo eso se refleja físicamente!
Es muy común, que al paso de los días y sobre todo en estas fechas, nuestras agendas se van llenando de actividades escolares, posadas, festejos de todo tipo, cenas etcétera ¿y? en donde quedo tu famoso “domingo”??
El constante bullicio de la ciudad, y de todo lo que pasa a tu alrededor, puede llegar a ser demasiado para algunas personas y la primera manifestación de este cansancio se refleja en tu postura. Sin darnos cuenta, comenzamos a encorvarnos, nuestros hombros caen, nuestras columnas aflojan su rigidez y poco a poco nos vamos jorobando, y esto es una cuestión emocional que automáticamente cambian nuestra actitud.
El día de hoy, te voy a enseñar una postura que puede ser la solución a este problema. Una postura que, en un par de minutos, te reaniman, ¡te reprograman la mente y le dan un giro a tu manera de verte a ti mismo! ¡Es como un cambio de pilas y es muy sencilla! No hace falta más que sostenerla durante 3 minutos antes de comenzar tu día, y tu desempeño dará un brinco de aquí hasta el infinito y tu gama de posibilidades cambiará de manera increíble ¡Vamos! ¡Inténtalo hoy mismo!
1.- Ponte de pie y endereza tu cuerpo alineando tus pies a la altura de tus hombros.
2.- Empuña tus manos y colócalas sobre tu cintura firmemente.
3.- Saca el pecho y sume la panza.
4.- Levanta tu cara, mirando hacia el cielo ligeramente.
5.- Respira profundamente y observa a tu alrededor.
Ahora mantén esta postura durante 3 minutos o más. Percibe la manera en la que fluye tu aire y tu energía a través de tu cuerpo. ¡Empodérate! Una vez que sientas el poder de esta postura, continua con tu día y manifiesta tus deseos. Automáticamente esta postura te va a ayudar a fluir en tus actividades y te sentirás con confianza y dominio sobre él. Repítela todas las veces que necesites, pero sobre todo cuando sientas que tu animo decae. No dejes que el peso de tus relaciones, situaciones y desafíos te desanimen. ¡Tú eres quien dirige tu vida día a día así que, conviértete en la Mujer Maravilla o en Superman a través de esta postura de éxito! N