Una adorable especie de marsupial que no se veía desde hace más de un siglo en el sur de Australia fue atrapada por un granjero. El quoll de cola manchada —también conocido como quol tigre— fue visto por última vez en esa región del país en la década de 1880.
De alguna manera, uno de estos marsupiales terminó atrapado en una trampa destinada a capturar a la criatura que atosigaba a las gallinas de un criador de truchas. En lugar de encontrar un gato o un zorro salvaje como esperaba, Pao Ling Tsai descubrió al quoll, que se creía extinto.
“Se consideraba que la especie estaba extinta en el sur de Australia, sin registros oficiales desde hace unos 100 años o más“, dijo Ross Anderson, guardabosques del distrito de Limestone Coast del Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre (NPWS, por sus siglas en inglés) a Newsweek. “Existen registros no oficiales desde entonces”.
“Esperaba encontrar un gato, pero en su lugar encontré a este pequeño animal”, dijo Pao a las noticias locales de ABC South East SA. “Fue increíble. Al principio no tenía idea de lo que era“.
Los quolls de cola manchada se consideraban extintos en el sur de Australia y están en peligro de extinción en el resto del país, de acuerdo con el Departamento de Medio Ambiente y Patrimonio de Australia, con algunas poblaciones pequeñas y en declive en el sureste.
Los quolls están catalogados como “casi amenazados“, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y se estima que quedan solo alrededor de 5,000 en todo el mundo.
UN MARSUPIAL DEPREDADOR Y MUY TRAGÓN
Estos pequeños marsupiales pesan entre 1.8 y 3 kilogramos, pero son los mayores depredadores marsupiales en el continente y ocupan el segundo lugar después del demonio de Tasmania en toda Australia.
Los quolls suelen alimentarse de una amplia gama de presas, incluyendo lagartos, serpientes, aves de corral, roedores pequeños y otros marsupiales como wombats y wallabies. Ocasionalmente, pueden carroñear de presas más grandes como canguros, dingos e incluso ganado.
Estos pequeños depredadores son arborícolas, lo que significa que son expertos en trepar por los árboles, donde a menudo cazan zarigüeyas y aves. La principal amenaza para la especie es la pérdida de su hábitat, así como la competencia con depredadores introducidos artificialmente, la intoxicación por pesticidas y choques con vehículos motorizados.
“Parte de la razón por la que se cree que se extinguieron aquí en el sureste se debe a la pérdida de hábitat. Pero esta clase de marsupial puede sobrevivir en cualquier lugar, desde bosques hasta zonas más descampadas”, dijo Anderson a la ABC.
“Son animales que pueden trasladarse largas distancias, hasta 15 kilómetros cuadrados. Su mayor amenaza son otros depredadores como zorros o gatos”, añadió.
El quoll logró escapar de la trampa del criador de truchas, así que Pao colocó trozos de pescado alrededor de su granja y colocó cámaras de video para intentar capturar al animal o a otros en cámara.
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
“Definitivamente creo que hay más. Cuando salí esta mañana [el jueves], toda la comida había desaparecido”, dijo. “Entregué el video al servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre para ver qué animal había tomado la comida, pero creo que fue otro quoll o varios quolls”.
Otra trampa del NPWS capturó al quoll el miércoles, y los expertos esperan realizar pruebas genéticas al animal para unir puntos sobre su origen. “Puede ser un espécimen solitario que viajó una larga distancia, un miembro de una población relicta o haber escapado de la cautividad”, dijo Anderson a Newsweek.
Los funcionarios del NPWS también pretenden observar el área para ver si hay más de estas criaturas en las cercanías y, si es así, esperan capturarlas para estudiarlas con mayor detalle.
“Se colocaron más trampas y esperamos ver si podemos atrapar o grabar más de ellos”, dijo Anderson. “También instalaremos algunas cámaras de visión nocturna para determinar si hay más quolls en esa granja o en el área de Beachport”.
El NPWS instó a los habitantes locales a no intentar capturar a este marsupial en peligro de extinción, ya que esto podría poner en riesgo la integridad del quoll.
“Las trampas que colocamos no dañarán a ningún animal. No recomendamos que las personas intenten atraparlos o interactuar con ellos; sin embargo, las cámaras de seguimiento son una excelente manera de registrar y monitorear cualquier población sospechosa de quolls o actividad en el área local”, concluyó Anderson. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)