Baja California, con su diversidad geográfica que abarca desde desiertos hasta costas ricas en biodiversidad, posee una amplia gama de recursos naturales que han sido fundamentales para su desarrollo económico. Sin embargo, la rentabilidad de estos recursos depende de una gestión sostenible que equilibre la explotación con la conservación.
La agricultura en el Valle de Mexicali es un ejemplo de cómo los recursos naturales pueden ser aprovechados de manera rentable. Gracias al Programa Especial de Energía para el Campo (PEUA), los productores han logrado ahorros significativos en costos energéticos, lo que ha incentivado la producción de cultivos como berries, tomate y alfalfa. Este programa ha beneficiado a más de 3,600 productores, cubriendo aproximadamente 68,497 hectáreas de cultivo.
La pesca y la acuacultura también representan sectores clave en la economía del estado. La implementación de áreas marinas protegidas ha demostrado ser una estrategia efectiva para aumentar la productividad pesquera. Por ejemplo, estudios han mostrado que la protección de ciertas zonas marinas puede generar un “derrame de biodiversidad”, beneficiando a las pesquerías cercanas y aumentando las capturas de especies como el atún.
No obstante, la sobreexplotación de recursos como el agua y la arena en regiones como Ojos Negros ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo. La extracción intensiva de estos recursos ha afectado la disponibilidad de agua para actividades productivas y ha alterado los ecosistemas locales.
El gobierno de Baja California ha reconocido la importancia de una gestión responsable de los recursos naturales. En su Plan de Acción de Frontera 2025, se han establecido objetivos para mejorar la calidad del aire y abordar las preocupaciones de la comunidad sobre las emisiones tóxicas. Además, se han destinado recursos significativos para programas de manejo sustentable de los recursos naturales, con un enfoque en la preservación del medio ambiente y el bienestar de la población.
La minería, aunque menos prominente, también ha tenido un impacto en la región. La explotación de minerales dentro de áreas naturales protegidas ha generado debates sobre los efectos ambientales y la necesidad de regulaciones más estrictas para evitar la contaminación y la degradación del suelo.
La rentabilidad de los recursos naturales en Baja California está estrechamente ligada a prácticas de explotación sostenibles y a políticas públicas que promuevan la conservación. Si bien sectores como la agricultura y la pesca han demostrado ser económicamente viables, es esencial continuar con esfuerzos que aseguren la protección del medio ambiente y la equidad en el acceso a estos recursos. Solo a través de un enfoque equilibrado se podrá garantizar que los recursos naturales sigan siendo una fuente de prosperidad para las generaciones futuras.N