Luego de explorar una cueva en Francia, un equipo de investigadores ha confirmado la identidad de los grabados neandertales más antiguos jamás descubiertos. Dichos grabados decoran la cueva La Roche-Cotard, sitio localizado en la región central de Francia y donde, hacia fines de la década de 1970, unos investigadores detectaron las marcas en una pared.
En un estudio publicado el pasado 21 de junio, en la revista PLOS ONE, los autores afirman que los grabados no son simples rasgos hechos de manera deliberada, sino que fueron creados por neandertales.
Más aún, el equipo de científicos determinó que las marcas fueron talladas hace más de 57,000 años, lapso que las ubica como los grabados neandertales más antiguos descubiertos a la fecha.
El hallazgo es una instantánea fascinante de la vida de uno de nuestros antepasados extintos más cercanos. Pero, más allá de eso, sirve de respaldo al creciente acervo de pruebas que apuntan a que, en términos de complejidad y diversidad, el comportamiento de los neandertales era comparable con el de los integrantes prehistóricos de nuestra propia especie, el Homo sapiens.
Estudios realizados en décadas recientes han confirmado numerosos ejemplos de actividades neandertales culturalmente complejas. No obstante, la comunidad científica aún sabe muy poco acerca de la expresión simbólica o artística del Homo neanderthalensis.
Hasta el momento, apenas un puñado de creaciones simbólicas se han atribuido a los neandertales, y la interpretación de las evidencias sigue siendo motivo de acalorados debates.
Pese a ello, los autores del estudio divulgado en PLOS aseguran que los grabados de La Roche-Cotard son “ejemplos inequívocos del diseño neandertal abstracto”.
¿CÓMO ANALIZARON LOS GRABADOS NEANDERTALES?
El equipo de investigadores analizó los grabados presentes en la cueva y creó modelos tridimensionales de estos para compararlos con marcas humanas, tanto conocidas como experimentales.
Tras analizar la forma, el espaciamiento y la disposición de los grabados, los autores concluyeron que lo más probable era que las marcas las produjeron manos humanas, y de una manera organizada e intencional.
Gracias a un método de datación especial, el equipo también determinó que, después de la ocupación humana, la entrada de la cueva se selló con sedimentos hace unos 57,000 años: mucho antes de que los humanos modernos se establecieran en la región.
La obstrucción del acceso impidió que la cueva volviera a quedar ocupada hasta su descubrimiento, en el siglo XIX y su posterior excavación en 1912. Las evidencias derivadas de la datación, combinadas con el hecho de que el tipo de herramientas de piedra halladas en el interior de la cueva se han asociado exclusivamente con los neandertales, son prueba contundente de que los grabados son obra de la especie extinta.
Los símbolos que documenta el estudio se consideran “no figurativos”, por lo que no queda claro qué representan ni cuál es su significado o intención. Sin embargo, lo más provocador es que la edad de los grabados de La Roche-Cotard es muy próxima a las marcas que el Homo sapiens dejó en otras partes del mundo.
Y, así, las evidencias más recientes se suman a una corriente de pensamiento que afirma que la vida de los neandertales fue mucho más compleja y variada de lo que siempre se ha supuesto. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)