Es increíble que con tantos problemas que nos aquejan en el día a día, los conflictos, encontronazos político-sociales y las miles de notas negativas que nos inundan diariamente, nos olvidamos de lo bueno y que, en muchas ocasiones, aunque no lo queramos, lo más evidente lo tenemos enfrente de nuestras narices pero que tristemente se ve sepultado por la mala publicidad.
Hoy en día, hay una gran noticia que hemos visto pasar de frente y que sólo viviéndolo tenemos la capacidad suficiente para entender la importancia de lo que una obra de infraestructura del transporte representa para una región, país y desde luego para la población en general de la zona metropolitana del valle de México, y me refiero desde luego al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Debo confesar que, después de escuchar innumerables relatos de amigas y familiares que se han aventurado a viajar por este nuevo aeropuerto, tomé la decisión de darme a la tarea de buscar la forma de enrolarme en una de esas visitas guiadas que amablemente ofrece el aeropuerto.
Pues así fue como un día me aventure a tomar esta visita, misma que tratare de explicarles de la forma mas clara y precisa que fue lo que para mi gran sorpresa me encontré en el AIFA.
Desde que vas ingresando por la avenida principal en donde hay unas esculturas de mamuts, que representan los miles de vestigios arqueológicos que fueron encontrados durante el proceso de construcción, te das cuenta de lo imponente del proyecto.
Al dirigirme hacia el edificio terminal lo primero que veo es un hotel Holiday Inn muy bonito y operativo, y el acceso al estacionamiento de pasajeros que para mí infinita alegría (en comparación con el del AICM) este es amplio funcional y con lugares asignados para recarga de coches eléctricos, este ultimo punto es un gran plus para los que pensamos en el medio ambiente.
Después de estacionar y conectar mi coche, me dirigí al punto de encuentro en la zona de mostradores justo en donde se puede ver el famoso logo del aeropuerto justo en la zona central del aeropuerto y que para mi sorpresa y contradicción, de todos los miles de posts y notas que veo en redes sociales había bastante gente, entre pasajeros, acompañantes, empleados y curiosos como yo, pero no sólo eso, también hay varios establecimientos ya operando (un poco caros eso sí) desde los famosos Pastes Kikos , OXXO, Starbucks y Café Britt hasta bancos, casas de cambio y farmacias y todos muy limpios, ordenados y muy bien ubicados.
Desde este nivel de aeropuerto se puede apreciar claramente algo que por lo menos en mi caso solo me había tocado experimentar en aeropuertos internacionales en otros países y que es el sentido de amplitud … techos elevados, pasillos amplios, cero aglomeraciones (bueno un poco en el OXXO) muy bien iluminado pero algo que definitivamente me llamo mucho la atención y que claramente la gente disfruta es el pequeño jardín que esta ubicado entre el estacionamiento y el edificio terminal, verdaderamente una joya zen.
Una vez que iniciamos la visita y explicación por parte del personal del aeropuerto me quedé sorprendida del número de aerolíneas que vuelan desde aquí , Aeromexico, Viva Aerobus, Volaris, Copa, Arajet, Magnicharters y Conviasa por mencionar algunas con vuelos nacionales y hacia Centro y Sudamérica, el Caribe y Estados Unidos, esto verdaderamente me llamo mucho la atención ya que tenia entendido que solo había dos aerolíneas volando a Guadalajara y Tijuana .
Claramente el AIFA no es un aeropuerto común y corriente, de ninguna manera, para sorpresa de todos los presentes nos explicaron que la tecnología instalada en este lugar es única en América ya que se contrataron a los mejores proveedores para la instalación de diferentes equipos y tecnologías probadas a nivel mundial, desde el sistema de equipajes que se puede apreciar como funcionan a través de unas vitrinas enormes así como los sistemas de documentación de pasajeros en donde pude ver por primera vez en mi vida cómo funciona el sistema de reconocimiento biométrico para los pasajeros que según lo que nos explicaron, es el único aeropuerto de este lado del mundo que puede hacer un proceso de documentación y embarque totalmente biométrico, es decir, sin la necesidad de mostrar ningún documento o tener contacto humano en las áreas de revisión y abordaje esto si verdaderamente me dejó con el ojo cuadrado.
Llegamos a lo que llaman el punto de inspección y seguridad, o lo que coloquialmente conocemos en el AICM el lugar en donde se decide si llegamos a tiempo o no a nuestro vuelo ya que podemos pasar hasta 40 minutos haciendo sala sin aire acondicionado y con un trato inmundo e infame del personal del aeropuerto, pero déjenme decirles que en el AIFA esto no existe ya que se une el mismo sistema biométrico para pasar el filtro de revisión y llegar a una zona muy amplia en donde uno normalmente esta acostumbrado a desnudarse y sacar todo lo que traemos en nuestro equipaje de mano , pues eso no pasa aquí ya que los equipos y tecnología instalada son lo mas avanzado y parecen sacados de una película de ciencia ficción .
Llegando a la zona de salas de última espera me tope con una área increíblemente amplia con comercios, salas VIP, vitrinas con vestigios de mamuts (lo que particularmente me hizo sentir muy orgullosa de que les dieran un lugar especial en el aeropuerto), asi que caminamos y nos explicaron un sinfín de datos claves desde el sistema de pistas que se construyeron , longitudes , tamaño del edificio, total de posiciones etc., en realidad son cosas que uno nunca piensa cuando viajamos desde un aeropuerto y menos desde el AICM y que hora mas que nunca los vemos y lo primero que me pregunte fue , ¿Por qué nadie habla bien de este aeropuerto?, particularmente no encontré nada en contra y mucho menos puedo quejarme del tiempo de traslado que desde Polanco hasta el AIFA hice cuarenta y cinco minutos exactos .
Mi conclusión y reflexión sobre esta visita se resume en tratar de entender por qué mucha gente sigue tratando de desvirtuar este aeropuerto, pero sobre todo por qué como mexicanos nos empecínanos en hundir todo el trabajo y esfuerzo que, dicho sea de paso, se pagó con nuestros impuestos y que hoy debería de ser un orgullo para el país, simplemente hay que ver lo que hoy es una realidad, está frente a nuestros ojos, un aeropuerto de clase mundial con tecnología de punta.
Claramente mi próximo viaje será desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y con gusto les relataré mi experiencia.