LIMA— La presidenta de Perú, Dina Boluarte, cumple 100 días en el poder. Llegó al cargo el 7 de diciembre del año pasado tras el fallido golpe de Estado que el maestro rural de izquierdas, Pedro Castillo, quiso ejecutar contra el Parlamento antes de que lo sometiera a un tercer proceso de vacancia por presunta corrupción en su gestión.
Durante los últimos meses, Boluarte no la ha tenido nada fácil. Según las últimas encuestas de empresas como IPSOS y el Instituto de Estudios Peruanos, la mandataria registra más del 70 por ciento de desaprobación. En concreto, el rechazo se sustenta en las 60 muertes que se han dado como parte de las protestas sociales que se dieron en su contra.
Las poblaciones de regiones del sur peruano como Apurímac, Cusco, Arequipa, Puno, Ayacucho y Tacna se levantaron contra Boluarte para exigir su salida del cargo, nuevas elecciones generales y la convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna. Los meses de diciembre y enero fueron los más críticos por la cantidad de fallecidos.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha dado un plazo de 60 días al gobierno de Perú para que brinde información en torno a la muerte de manifestantes y sobre el accionar de las fuerzas del orden. La Fiscalía investiga a la presidenta Boluarte y a su primer ministro Alberto Otárola por los presuntos delitos de genocidio, homicidio y lesiones graves.
ESTABILIDAD HASTA EL 2026
Por estos días, la agenda ha cambiado con el ciclón Yaku. El fenómeno climatológico golpea el norte del país. Esto ha llevado a que Boluarte y sus ministros se distribuyan para tratar de ayudar a los más de mil damnificados que lo volvieron a perder todo como hace seis años cuando el fenómeno del Niño Costero también pasó por la costa peruana.
A pesar de este panorama, expertos consultados por Newsweek en Español analizaron desde el punto de vista político y económico lo que ha dejado los cien días de Boluarte.
El analista político José Carlos Requena señaló que el régimen de Boluarte no ha reconocido su esencia. “La realidad dictaba que claramente era un gobierno de transición. Sin embargo, algunos de sus voceros han verbalizado en los últimos días que debería cumplir el mandato (hasta julio del 2026)”, señaló.
El experto agregó que abona a favor de la gestión de Boluarte que no existe en estos momentos una presión ciudadana y tampoco una oposición parlamentaria que lo ponga en problemas. Sin embargo, añadió que “en términos de gestión, se encuentra mejor que hace cuatro meses” en referencia a la administración de Pedro Castillo.
“Vamos a ver cómo salen de este tema de las lluvias (por el ciclón Yaku) que por ahí pueden venir los problemas o temas de corrupción. En otras circunstancias, creo que un gobierno como el que tenemos, con todos los actores políticos tan precarizados, el menos débil termina imponiéndose”, acota Requena.
DINA BOLUARTE MUESTRA RESILIENCIA
Además, Requena sostiene que la presidenta de Perú está mostrando una resiliencia importante a pesar del alto registro de muertes por las protestas y su popularidad tampoco se mueve. “No se ha debilitado, pero me parece que se encuentra en la sala de ciudades intensivos permanentemente”, añadió.
“Si hay una tercera ola de protestas, tendrá que haber una agenda distinta con unas demandas que están relacionadas más a presiones económicas o una arbitrariedad que se presente”, opinó.
Finalmente, el especialista estimó que la relación entre Boluarte y el Parlamento no se verá desgastada debido a que existe un pacto tácito para quedarse todos en los próximos tres años. Sin embargo, no descartó que un asunto de corrupción podría cambiar el escenario.
ECONOMÍA EN DUDA
Por otro lado, el exministro de Economía, Luis Miguel Castilla, apuntó que el manejo económico del gobierno de Boluarte ha sido moderado. “El Ministerio de Economía ha actuado sin sobresaltos para plantear propuesta como ‘Punche Perú’”, explicó.
Este programa busca la reactivación de varios sectores, entre los que se encuentra la minería y el turismo. “Este es un proyecto de ley para cerrar las brechas sociales en materia de infraestructura y un intento de reforma del sector público. Se ha tratado de reactivar la economía familiar en un corto plazo debido a la crisis que vivimos”, aseguró.
Castilla recalcó que, sin embargo, la gran meta de la gestión de la presidenta de Perú es incentivar la inversión pública y privada que durante la era de Pedro Castillo era nula puesto a que existía incertidumbre por su manejo del aparato del Estado. “Todavía estamos en un proceso de luchar contra la inflación global y eso, digamos, limita la recuperación de la economía”, anotó.
El economista manifestó que otros retos es definir el asunto del adelanto de las elecciones generales, que sigue bloqueado en el Parlamento, y afrontar el panorama que existe aún por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la estabilidad de China.
“La economía peruana es muy vulnerable a lo que pase a nivel global”, dijo Castilla. Finalmente, estimó que el crecimiento de la economía podría darse para este año entre 2 y 2.6 por ciento, cuando debería ser más puesto que el Perú es el segundo productor mundial de cobre. N