Hace unos días estaba revisando cierta información sobre las franquicias en México y me llamó mucho la atención saber que un punto de venta de franquicia tiende a permanecer después de los primeros cinco años de vida, versus lo que ocurre con cualquier nuevo emprendimiento de negocios, no franquicia, que regularmente sucumbe antes del tercer año de operaciones, hablando en general. Y esto es así porque a diferencia de este tipo de emprendimientos, en el negocio de las franquicias se utilizará un cúmulo de conocimientos y experiencias vividas por el franquiciador que reduce de manera dramática la incertidumbre en la toma de decisiones de los nuevos emprendedores.
Esto es así, pero no se trata de un acto de magia o del poder de una marca ya posicionada, por sí sola; sino que se trata de contar con un manual de operaciones que nos guíe sobre la forma correcta de desempeñar las actividades necesarias para asegurar el éxito de un nuevo punto de venta (nuevo franquiciatario), pero, desde luego, se trata también de un trabajo intenso y decidido por parte del emprendedor que decide adquirir una franquicia.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), que preside Mario Alberto Briceño Martínez, también director general de Benedetti’s Pizza, antes de la pandemia existían en México aproximadamente mil 300 marcas de franquicias que daban empleo a cerca de un millón de personas y que generaban una riqueza de aproximadamente el 5 por ciento del Producto Interno Bruto del país, números que, como en todo sector económico, se vieron fuertemente afectados con una caída quizá del 30 por ciento (cifras estimadas por la AMF), pero que están en franca recuperación y probablemente crezcan alrededor del 12 por ciento durante el presente año.
Revisando un poco la historia, diversos autores señalan que las franquicias tienen su origen en la Edad Media, en Francia, cuando los monarcas otorgaban un permiso a algunos de sus súbditos para llevar a cabo ciertas actividades comerciales en el reino. Lo que otorgaban era una “carta franca”, por lo que era común que el beneficiado se refiriera a su actividad como una actividad “franc” (traducción al francés de franca).
Esta actividad se pierde un poco en los anales de la historia y resurge con fuerza a partir de los años cincuenta del siglo pasado, época de posguerra, que estableció las condiciones económicas y de emprendimiento para que las franquicias más famosas del mundo florecieran y se expandieran en los cinco continentes, como es el caso de McDonald´s, que ha sabido, inclusive, adaptar su oferta de valor a las tradiciones culinarias y culturales de los mercados que atiende.
Hoy en México tenemos franquicias en prácticamente todos los sectores de la economía, desde un carrito de donas que puede ofrecerse en un centro comercial hasta un hotel de categoría business que requiere de una inversión mayor, pasando por estaciones de servicio y venta de gasolina, restaurantes de todo tipo, servicios financieros, de esparcimiento, de educación, salud y belleza, etc.
Una importante muestra de esto podremos verla en la Feria Internacional de Franquicias, que se celebrará en el WTC Ciudad de México del 2 al 4 de Marzo del presente año y quizá lo interesante sería constatar de manera personal que hay un modelo de franquicia para todo tipo de emprendedor, con todo tipo de presupuesto, desde los ‘millennials’, hasta los empresarios encumbrados que buscan una buena manera de diversificar sus inversiones y actividades empresariales. Pueden ampliar la información y registrarse para asistir al evento en la página web www.fif.com.mx
Espero tus comentarios en [email protected]
Por Jaime Salazar Figueroa, CEO de Comexposium para LatAm