Los republicanos volvieron a fracasar el jueves 5 de enero en elegir un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, luego de tres días de parálisis provocada por un puñado de miembros de derecha.
Favorito para suceder a la demócrata Nancy Pelosi, el republicano Kevin McCarthy intentó tender la mano y hacer concesiones a la veintena de representantes electos afines al exmandatario Donald Trump que lo resisten pero sus esfuerzos fueron en vano, pues no reunió el apoyo necesario tras once votaciones.
Así, la Cámara culminó los debates de la jornada sin acuerdo y volverá a reunirse el viernes a las 17:00 GMT. Con la Cámara Baja carente de presidente, los representantes, electos en noviembre, no pueden jurar su cargo y, en consecuencia, tampoco votar ningún proyecto de ley.
“Tengo la esperanza de que los republicanos terminen con las discusiones, las rencillas y las puñaladas por la espalda, para que podamos trabajar al servicio del pueblo estadounidense”, había declarado más temprano el líder demócrata Hakeem Jeffries.
McCarthy, que no puede ser elegido sin el apoyo de los republicanos rebeldes, aceptó una de sus peticiones para facilitar la destitución del “speaker”, como se denomina al presidente de la Cámara, según varios medios estadounidenses. Aún así, la oposición a su candidatura pareció cristalizar.
“Estamos determinados a introducir cambios importantes”, declaró el representante Dan Bishop en el hemiciclo.
PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES, TERCER FIGURA MÁS IMPORTANTE DE ESTADOS UNIDOS
La elección del presidente de la Cámara, la tercera figura más importante de Estados Unidos tras el presidente y el vicepresidente, requiere una mayoría de 218 votos. Kevin McCarthy tiene actualmente un techo de 201. ¿Por cuánto tiempo será viable su candidatura?
McCarthy, representante de California, no tiene un competidor creíble. Sólo el nombre del líder del grupo de trumpistas, Steve Scalise, circula como posible alternativa, pero sus posibilidades no parecen serias.
Los representantes electos seguirán votando hasta que se elija al presidente de la Cámara. Se pensaba que era cuestión de horas, pero podría demorar semanas. En 1856 llevo dos meses elegir al “speaker” y se realizaron 133 votaciones.
“No hay duda de que los problemas que nos dividen hoy son mucho menos graves que los que teníamos en 1856”, dijo el representante John James, pidiendo a sus colegas que apoyen sin demora a Kevin McCarthy.
Biden calificó la situación como “vergonzosa para el país”. La exasperación y la impaciencia se hicieron sentir también en el “Grand Old Party”, como se conoce al partido Republicano, que apoya mayoritariamente a McCarthy y dieron lugar a debates en el hemiciclo.
UNA CÁMARA DESORDENADA PODRÍA BENEFICIAR A BIDEN
Como están las cosas, los republicanos no pueden por el momento abrir las numerosas investigaciones que habían prometido contra Biden. Los demócratas observan la situación con cierta sorna, risas sarcásticas y aplausos a sus colegas republicanos. El partido de Biden se aglutina en torno a la candidatura del líder Hakeem Jeffries, pero este legislador tampoco tiene votos suficientes para ganar.
Enfrentarse a una Cámara hostil, pero desordenada, podría ser una bendición política para Biden, si confirma su intención de presentarse a la reelección en 2024, una decisión que debe anunciar a principios de este año. Algunos de los detractores de McCarthy se han mostrado en desacuerdo con posiciones políticas específicas, pero otros simplemente han indicado un disgusto generalizado.
“Todos los republicanos en el Congreso saben que Kevin en realidad no cree en nada. No tiene ideología”, escribió recientemente el congresista de Florida Matt Gaetz sobre McCarthy. N