En los últimos años, distintos dirigentes de América Latina han sido destituidos o forzados a dimitir, lo que ha provocado crisis política en sus respectivos países. A continuación, una lista de las naciones donde se han presentado estos casos.
PERÚ Y LA CRISIS PRESIDENCIAL
Ayer 7 de diciembre, el presidente peruano, Pedro Castillo, fue destituido y detenido después de 17 meses en el poder bajo el asedio del Congreso y la fiscalía, que lo acusó de corrupción y tráfico de influencias. Antes de este tercer intento de echarlo durante su mandato, Castillo trató de disolver el Parlamento. Su vicepresidenta, Dina Boluarte, asumió el cargo, convirtiéndose en la primera mujer presidenta de Perú.
Sin embargo, no es la primera crisis de este tipo en el país. El 9 de noviembre de 2020, el Congreso destituyó al presidente Martín Vizcarra por “incapacidad moral” en un trasfondo de acusaciones de sobornos. El presidente del parlamento, Manuel Merino, lo sucedió pero dimitió al cabo de cinco días. El 21 de marzo de 2018, el presidente Pedro Pablo Kuczynski dimitió en la víspera de un probable voto parlamentario para destituirlo en el marco de un escándalo de corrupción alrededor de la constructora brasileña Odebrecht.
En noviembre de 2000, el Congreso también destituyó al presidente Alberto Fujimori “por incapacidad moral permanente”. El dirigente caído huyó a Japón, pero se le extraditó años después. En 2009 recibió una condena de 25 años de cárcel por haber dirigido masacres de civiles y después por corrupción. Su liberación fue el 17 de marzo de 2022.
ECUADOR Y EL CASO ODEBRECHT
El vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado en el escándalo Odebrecht a seis años de prisión, se destituyó a principios de 2018. Lo anterior, después de tres meses de ausencia de sus funciones debido a su encarcelamiento. En abril de 2005, el presidente Lucio Gutiérrez también se apartó del cargo tras haber sido acusado, en plena revuelta popular, de colocar a personas cercanas en el seno de la Corte Suprema de Justicia.
Uno de sus predecesores, Abdala Bucaram, a quien se acusó de malversación de fondos públicos, fue destituido en febrero de 1997, apenas seis meses después de su investidura.
BRASIL, CORRUPCIÓN Y CUENTAS PÚBLICAS
La presidenta Dilma Rousseff fue destituida el 31 de agosto de 2016 por más de dos tercios de los senadores, que la consideraron culpable de maquillar las cuentas públicas en un procedimiento muy controvertido. En septiembre de 2019, su sucesor Michel Temer, tildado de “golpista” por la izquierda, terminó definiendo ese ‘impeachment’ como un “golpe”, aunque negó haber participado en él.
Acusado de corrupción, el mismo Temer evitó en dos ocasiones, en 2017, un proceso ante la Corte Suprema gracias a la votación de los diputados. En diciembre de 1992, Fernando Color de Mello, acusado de corrupción, dimitió al iniciarse el proceso de su destitución en el Senado y perdió sus derechos políticos durante ocho años.
GUATEMALA, PARAGUAY Y VENEZUELA
En septiembre de 2015, el presidente Otto Pérez, acusado de dirigir un sistema de corrupción en las aduanas, fue privado de su inmunidad por parte del Parlamento. Ante el riesgo de ser cesado, dimitió y después se le arrestó. El 7 de diciembre de 2022 recibió una condena de16 años de cárcel. En Paraguay, se destituyó a Fernando Lugo en 2012 debido a una operación policial contra campesinos sin tierra que terminó con 17 muertos.
Por otra parte, en Venezuela, el presidente Carlos Andrés Pérez, acusado de malversación y enriquecimiento ilícito, se le suspendió de sus funciones en mayo de 1993 tras un voto en el Senado. En 1996, se notificó una condena a 2 años y 4 meses de cárcel.
GOLPES DE ESTADO EN AMÉRICA LATINA POR DIRIGENTES
La región también ha sido escenario de golpes de Estado. En Honduras, en junio de 2009, se arrestó y expulsó a Costa Rica al presidente Manuel Zelaya, mientras preparaba un plebiscito para reformar la Constitución y ser reelegido. También el presidente venezolano Hugo Chávez fue blanco de un golpe militar en abril de 2002, cuando se le arrestó antes de volver al poder dos días más tarde gracias a manifestaciones populares.
En octubre de 2019, el entonces presidente boliviano Evo Morales se postuló a un cuarto mandato pese a perder un referéndum para habilitarlo a una nueva reelección. En medio de una fuerte convulsión social y acusaciones de fraude, renunció y salió del país. Jeanine Áñez, que lo sustituyó en el cargo, recibió una condena en junio pasado a diez años de prisión por tomar el mando irregularmente.
Aunque no fue un golpe de Estado, recientemente un tribunal condenó a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, a seis años de prisión. También la inhabilitó para ocupar cargos públicos de manera perpetua tras hallarla culpable de fraude y corrupción durante sus dos periodos presidenciales. N
(Con información de AFP)