En Colombia al menos 28 personas sufrieron violencia sexual a manos de policías durante las protestas de la Huelga Nacional en 2021. Las acciones son parte de “un patrón generalizado” de violencia estatal, según un informe emitido este jueves 1 de diciembre por Amnistía Internacional.
El informe “La policía no me protege: la violencia sexual y otras violencias de género durante la huelga nacional de 2021” documenta 28 casos de violencia de género que tuvieron lugar en siete ciudades contra las mujeres y las personas LGBTQ+ en el contexto de las protestas.
El informe detalla una serie de comportamientos violentos de agentes estatales. Señalan puntualmente a oficiales de la Policía Nacional que usó lenguaje sexista, misógino y abusivo hasta la violencia sexual, “que puede constituir una forma de tortura”.
“La violencia basada en el género, y en particular la violencia sexual, tiene una historia dolorosa en el contexto del conflicto armado colombiano. Una historia que las autoridades aún no han superado. Recibimos cientos de informes de violencia de género durante la huelga nacional en 2021 que detallan la violencia psicológica, la discriminación, las amenazas, los toques, el acoso sexual, la desnudez forzada, la tortura y la violencia sexual”.
El documento indica que, al investigarse 28 de estos incidentes en profundidad, “está claro que la violencia de género era una herramienta de represión que la Policía Nacional utilizó para castigar a aquellos que se atrevían a hablar y protestar”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
VIOLENCIA SEXUAL Y DETENCIONES
Los casos documentados tuvieron lugar en las ciudades de Cali y Palmira (Valle de Cauca), Popayán (Cauca), Soledad (Atlántico), Tunja (Boyacá), Manizales (Caldas) y Bogotá. Las mujeres manifestantes fueron objeto de objetivo general, con mujeres afrodescendientes y indígenas, defensores de los derechos humanos, periodistas, trabajadores de la salud y madres entre las sobrevivientes.
El informe revela cómo la violencia contra las mujeres y las personas LGBTQI estaba inextricablemente vinculada con otros factores de discriminación, como la raza, el origen étnico y la orientación sexual. Los testimonios de mujeres indígenas, afrodescendientes y trans revelan cómo sus identidades se convirtieron en motivos adicionales para la represión, exacerbando los riesgos de violencia. Además, “las mujeres y los periodistas de LGBTIQ+ y los defensores de los derechos humanos experimentaron ataques marcados por el machismo, la homofobia y otras formas de odio y estigmatización”.
Las violaciones de los derechos humanos tuvieron lugar principalmente en dos casos: durante la acción que la Policía Nacional tomó para dispersar las protestas y durante las detenciones posteriores a la intervención inicial. En ambas situaciones, actuando en calidad oficial, los miembros de la Policía Nacional cometieron actos que iban desde insultos sexistas y amenazas hasta violencia sexual.
Los factores comunes en todos estos casos fueron la intención con la que se llevó a cabo la violencia. “Los perpetradores buscaban castigar a los manifestantes por desafiar las normas sociales de género y salir a las calles para ejercer su derecho a la libertad de reunión pacífica”. N
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