Pese a que han pasado varios días desde que Vladimir Putin proclamó la anexión ilegal de cuatro regiones ucranianas, Jersón, Donetsk, Luhansk y Zaporiyia, el Kremlin ha reconocido que aún no sabe dónde se encuentra la “nueva frontera occidental” de Rusia.
En una declaración para los medios, Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, reveló que Rusia todavía no ha delimitado la frontera de Jersón y Zaporiyia. “Proseguiremos con la consulta ciudadana en esas regiones”, agregó Peskov, sin proporcionar más detalles porque, según él, no podía abundar en el formato que tendrá dicha consulta.
“He dicho todo lo que me está permitido decir”, replicó cuando le pidieron más información sobre el asunto. A decir del portavoz del Kremlin, los límites de las autoproclamadas República Popular de Donetsk (RPD) y República Popular de Luhansk (RPL) podrían quedar dentro de la frontera que Putin estableciera en 2014, tras la anexión, también ilegal, de la región ucraniana de Crimea a Rusia.
El viernes 30 de septiembre, Putin suscribió acuerdos para incluir en el territorio ruso las antedichas RPD y RPL, así como las regiones de Jersón y Zaporiyia. Ello luego de que, días antes, celebrara supuestos “referéndums” en los territorios parcialmente ocupados durante la invasión de Ucrania.
RUSIA AÚN NO CONTROLA TERRITORIOS
Al respecto, cabe precisar que ninguna de esas regiones se encuentra bajo el control absoluto de las fuerzas rusas. Peskov concluyó su conferencia de prensa anunciando que no habrá más “referéndums” en los territorios de Jersón, Donetsk, Lugansk y Zaporiyia.
Entre tanto, la contraofensiva ucraniana sigue adelante. El lunes 3 de octubre, Kiev reveló que las fuerzas nacionales habían recuperado dos asentamientos en la región de Jersón. La noticia fue divulgada poco después de que Ucrania recobrara el control total de Limán, ciudad localizada al oriente del país y punto crítico para el suministro de los ocupantes rusos.
La noche del domingo 2 de octubre, en un mensaje a la nación, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que los asentamientos de Arcángel y Myrolyubivka, ubicados en el sur de la región de Jersón, fueron liberados gracias a una exitosa contraofensiva lanzada desde Kiev.
En ese mismo mensaje, Zelenski anunció la liberación de Limán, empalme ferroviario clave situado en la región oriental de Donetsk y que las fuerzas rusas tomaran en mayo pasado, tres meses después que Putin ordenara la invasión de Ucrania.
Iniciada a principios de septiembre, la contraofensiva de Kiev para retomar Jersón ha sido la acción militar más prolongada de la guerra, y contrasta con la respuesta relámpago que permitió que Ucrania recobrara el control de amplios sectores de Járkov, ciudad localizada en el noreste y la segunda más importante del país.
UNA FRONTERA EN LA IMAGINACIÓN
Keir Giles, experto en Rusia y consultor senior de Chatham House —grupo de expertos del Reino Unido—, dijo a Newsweek que el continuo avance de las fuerzas ucranianas hace evidente la “ridiculez” de la afirmación rusa de haber “anexionado” parte del territorio ucraniano.
“La liberación de ciudades como Limán, justo al día siguiente de que Putin afirmara que eran parte permanente de su país, patentiza ante el mundo lo absurdo de las declaraciones rusas”, se mofó Giles.
“Putin reclamó regiones ucranianas que ya ni siquiera estaban bajo el control militar ruso, y ahora está perdiendo hasta las áreas que, efectivamente, controlaban”, prosiguió el experto. “Una de las consecuencias más graves de la incapacidad de [las autoridades rusas] para controlar el relato es que lo que dicen a la población abre un abismo infranqueable entre las fantasías de Putin y la realidad”.
El mensaje de Zelenski concluyó con la advertencia de que el “embargo” ruso de las regiones ucranianas ocupadas podría poner fin a cualquier tipo de negociación con Moscú. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).