¿Sabes qué es genial?: Masturbarte. ¿Sabes lo que pienso cuando veo a personas que parece que se tardan una hora en arreglarse antes de salir de su casa?: Podrías utilizar ese tiempo para masturbarte. ¿Sabes lo que hago cuando siento que voy a explotar como una pistola de confeti humano por la ansiedad?: (Fumo marihuana y…) ¡me masturbo! ¿Sabes por qué?: Porque me hace sentir mejor. De la misma forma que hace a otras personas sentirse mejor. Y por eso la masturbación es genial.
PROBANDO QUE LA MASTURBACIÓN ES GENIAL
La masturbación hace sentir bien a las personas no solo por el placer físico inmediato, sino porque cuando estás excitada y alcanzas el orgasmo tu cerebro produce un coctel de químicos —dopamina, oxitocina y endorfinas— que te hace sentir eufórica, liberándote del estrés y el dolor.
Masturbarte en soledad puede ayudarte a construir las bases de tu propio placer para cuando tengas sexo con otra persona, porque si sabes lo que te gusta es mucho más sencillo comunicárselo a alguien más. Un estudio muestra que las personas con vagina que se masturban con sus parejas sexuales tienen más posibilidades de “superar las dificultades para alcanzar el orgasmo y acrecentar el placer orgásmico”.
En ocasiones se habla de otros beneficios que vienen con la masturbación. Se dice que fortalece el sistema inmune, eleva la autoestima y disminuye la inflamación abdominal y las infecciones de vías urinarias. La realidad es que los estudios que respaldan estos datos dejan mucho que desear.
Yo he superado la idea de que los beneficios relacionados con la salud deben de ser el tema de conversación en torno a cualquier práctica. Sí, está comprobado que las personas que se masturban tienen mayor inteligencia emocional, pero eso no significa que masturbarte te hará más inteligente emocionalmente. Hay muy poca investigación sobre la masturbación vaginal, y lo que existe consta de muy pequeños grupos de estudio.
MASTURBACIÓN Y EDUCACIÓN SEXUAL
Tal vez si pudiéramos probar más beneficios de la masturbación sería más sencillo convencer a los políticos de que este debería de ser un tema a enseñar en las clases de educación sexual. (En 1994, el presidente estadounidense Bill Clinton despidió a la médica cirujana Joycelyn Elders —quien creció demasiado pobre como para ver a un médico antes de los 16 años; fue la primera mujer afroamericana en ser cirujana general de Estados Unidos; y a sus 80 años es vocera de un movimiento que exige a las compañías de seguros cubrir el gasto de vibradores— por sugerir que la masturbación debería de ser parte de las clases de educación sexual). Además, sería genial conocer los beneficios de la masturbación solo por saberlos. Para eso hacemos ciencia.
También quiero dejar algo muy claro: los efectos positivos de la masturbación son geniales, y no tenemos por qué necesitar beneficios a la salud para justificar el placer. ¡El placer está bien! Así que, tal vez, los beneficios de salud son innecesarios. Se siente bien y eso debería de ser suficiente.
LA MASTURBACIÓN VAGINAL SIGUE SIENDO UN TEMA TABÚ
El tabú de la masturbación es tan viejo como la Biblia. Como escribió mi amiga Sami Ross en su texto “La masturbación como cuidado personal”, en pussypedia.net:
“Y probablemente la condena más antigua de la masturbación está en el Génesis 1.28: ‘Sean fecundos y multiplíquense’. En otras palabras, se trata de placer con condiciones. ‘Claro, ten sexo, pero solo con la intención de hacer bebés’, algo que no se puede lograr teniendo sexo con una sola persona. Históricamente la masturbación se ha representado como un acto pecaminoso porque se trata de puro placer y nada de procreación. La palabra tiene origen del latín manus, turbare y stuprare, que respectivamente se traducen como ‘mano’, ‘perturbar’ y ‘corromper’”.
Voy a saltarme muchos movimientos sociales y civilizaciones que han condenado la masturbación, pero en los años de 1850, un grupo de odiosos en Estados Unidos (incluyendo a Sylvester Graham, el inventor de las famosas galletas Graham) se lanzó en una batalla abierta en contra de la masturbación. Los médicos (que nunca han sido muy provaginas) les hicieron segunda. En su artículo “La cruzada antimasturbación”, en Antebellum American Medicine, el doctor Frederick M. Hodges escribió:
“Doctores americanos, usando los métodos ‘científicos’ más modernos a su disposición, se convencieron de que la masturbación era la causa principal de casi todos los problemas sociales y enfermedades, desde violaciones, divorcio, pederastia, pobreza y demás actividades criminales, hasta parálisis, epilepsia, enfermedades venéreas, nerviosismo, enfermedades cardiovasculares, fiebre, tuberculosis, apoplexia, locura, idiotismo e incluso la muerte… La condena médica a la masturbación perduró hasta bien entrado el siglo XX”.
TABÚ CULTURAL VIVO
¡Sí! ¡Eran tiempos muy extraños! Nada de eso era verdad y la ciencia no tiene ya esas creencias. Pero el tabú cultural se ha mantenido vivo. La masturbación pasó de ser inmoral, a ser insana, a ser vista como… No sé, ¿algo asqueroso? (¿Recuerdan esa vez en 2019 cuando todos los vagones del metro de Nueva York estaban llenos de pósteres con la fotografía de un cactus flácido para promocionar pastillas para la disfunción eréctil, pero no permitieron a una empresa de vibradores anunciarse ahí también?).
Una cosa no ha cambiado: el patriarcado usa el tabú de la masturbación como una herramienta para mantener controladas a las personas con vaginas. La masturbación era un tabú para todos, ¿por qué el tabú contra la masturbación de un pene ha retrocedido mientras que el de las vaginas continúa vigente?
No estoy diciendo que el patriarcado es una mesa llena de hombres blancos confabulando cómo subyugar a las personas con vaginas, pero algunas veces me sorprende que no sea así. Porque suprimir nuestro placer es en realidad una forma brillante de suprimirnos.
Aunque sabemos que las actitudes negativas en contra de la masturbación vaginal no son válidas, muchas personas con vaginas experimentan vergüenza y culpa alrededor de la masturbación. Parece que la manera en la que colectivamente pensamos sobre la masturbación se ha tornado menos conservadora, pero eso no significa que de pronto se va sentir bien para todos.
MASTURBACIONES LIBRES DE CULPA
Comprendo cómo las creencias pueden quedarse en nuestras mentes a pesar de nuestra habilidad para refutarlas. Me entristece. Me gustaría que todos en el mundo tuvieran masturbaciones libres de culpa y orgasmos múltiples auto inducidos. De verdad me gustaría. Pero también, si no tienes creencias sobre la masturbación y la disfrutas completamente, eso es genial.
Con o sin orgasmo, más allá del placer físico, masturbarte se siente bien. Para mí se trata de estar un tiempo conmigo misma cuidando mi cuerpo y utilizando mi imaginación. Amo fantasear.
Masturbarte no es solamente tocar tus genitales hasta que alcances el orgasmo. Masturbarte puede ser una combinación de tocar tus genitales, tocar otras zonas eróticas, tensar músculos, fantasear, frotarte con un peluche, o cualquier otra actividad que te ponga caliente o que te haga sentir bien.
¿NORMAL, ANORMAL?
No hay manera de hacerlo mal y tampoco hay un límite para hacerlo. También es normal no hacerlo nunca. Y es normal hacerlo un par de veces al día. No te estás masturbando demasiado, a menos que hacerlo cause problemas en tu vida diaria.
Aunque tengas una pareja, deberías masturbarte tanto como quieras. No es verdad que si tu pareja te satisface no necesitas masturbarte. ¡Incluso durante la relación sexual! La masturbación no es un plan B para que tu pareja te lleve a alcanzar el orgasmo. No hace ver mal a tu pareja si tú te quieres tocar mientras están juntos. Nadie debería de tener un problema con que te masturbes, estés o no en una relación.
El mensaje central es: si se siente bien, hazlo, no hay nada malo en ello. Haz lo que quieras, solo no dejes que nada te limite. Disfruta de un momento de amor propio. ¡El proceso y el placer son el punto! N
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Este texto es un conjunto de fragmentos del capítulo “Masturbación: ¡Sí!” del libro Pussypedia.