El 4 por ciento de las empresas familiares no llega a la tercera generación. En tanto, a la cuarta generación llega el 1 por ciento, afirmó Rodrigo Badiola, socio de Gobierno Corporativo de Deloitte.
La estadística surge con base en datos de los últimos 20 años, aseguró Badiola durante el Quinto Encuentro en México para Inversores y Family Offices, organizado por la compañía Inmsa.
“Muchas veces, en las empresas familiares, por cambio de inversión, estrategia o cambio de pensamiento deciden diversificarse. O tal vez separar algunos negocios, y eso es lo que los lleva a esta estadística. También hemos visto que comienza a haber perspectivas e intereses diferentes entre los miembros de la empresa familiar. No es lo mismo quien construyó la empresa desde cero a quien llega en la tercera generación y no conoce los cimientos”, indicó Badiola.
Para el experto es importante pensar en un gobierno corporativo dentro de la empresa familiar a fin de evitar conflictos que perjudiquen a la compañía. Estos pueden incluir el rumbo de la empresa, perspectivas e intereses, roles y responsabilidades.
Asimismo, pueden considerarse temas como la sucesión patrimonial y ejecutiva, rendición de cuentas y comunicación, además del valor del dinero en el tiempo. Es así como resolver estos conflictos, indicó el experto, implica consolidar y sembrar el legado.
Para ello, los miembros de la empresa familiar deben visualizar tres ejes: plan estratégico, plan familiar y plan patrimonial. Se debe de conocer cuál es la estrategia de cada eje, donde está el capital más importante y cómo se alinean estos tres ejes.
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Badiola enfatizó en que para tener un buen legado se debe de tener una buena estrategia. Es decir, un propósito de la empresa y de la familia, alineación de la estrategia, definir roles y responsabilidades de la familia y de la empresa. Así como una buena comunicación en la familia respecto a la empresa e inversiones.
A su vez, indicó, se debe definir cómo invertir el capital, apoyar a las generaciones en su compromiso con la empresa, desarrollo intelectual e innovación.
“Es importante apalancar la cultura familiar, propósitos y valores. Compartir valores e historias de éxito”. Además de responsabilidad social y apego a la comunidad, sin que falten las estructuras de compensación, sucesión clara y óptima en patrimonio y ejecutiva. Sin faltar la educación familiar empresarial y la cultura del desarrollo.
Badiola recomendó invertir en un gobierno corporativo, generar políticas para gobernar que tendrá como resultado reinversión, apalancamiento y crecimiento. También precisó que son necesarios los horizontes de inversión a largo plazo, así como la comunicación clara de temas financieros a la familia.
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“Una familia debe de tener claro su portafolio de inversiones. Es importante separar el patrimonio y no poner todos los huevos en la misma canasta. Cuando las familias hacen esto también los hijos van desarrollando nuevos negocios.
“Es bueno darles a los hijos un capital y que emprendan algo, esto hace que la curva de crecimiento del negocio y del capital sea más grande”, explicó Badiola durante el encuentro.
El crecimiento también se relaciona con la capacidad de las siguientes generaciones de saber desarrollar, invertir, innovar y generar rendimiento. No basta con emprender para desarrollar nuevos negocios, indicó el experto.
Durante el encuentro, Mariano Capellino, CEO de Inmsa, habló sobre los retornos de las empresas en el mercado internacional.
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“Las familias empresarias dividen su patrimonio entre el mundo financiero y el mundo inmobiliario. En 20 años Inmsa ha buscado la forma de proteger o incrementar el patrimonio de forma más rápida.
“Estamos convencidos de que una de las claves principales es entender la inversión inmobiliaria globalmente y entender que los mercados son cíclicos. Conociendo esto se puede entrar en el mercado en un momento adecuado”.
De los 200 fondos institucionales globales más rentables del mundo, el 83 por ciento invierte su capital en Estados Unidos y Europa. Tan sólo un 1 por ciento en Latinoamérica y en México el 0.18 por ciento, explicó Capellino.
Es por ello que tras la pandemia y mientras el mundo se recupera, Estados Unidos y España son los países que encabezan la recuperación económica a nivel mundial.
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Capellino contó, con base en este dato, que normalmente se encuentra que en América Latina la mayoría de las familias están concentradas en invertir en sus países.
“Esto amerita una reflexión. Si los 200 fondos más grandes del mundo invierten el 83 por ciento en mercados de Europa y Estados Unidos, es por algo”.
Para ello, Capellino planteó la idea de “conservar vs. incrementar”. Si se mantiene una inversión tradicional se realizará en el mismo mercado y tipo de activo. Sin embargo, una inversión profesional diversificará los mercados y tipos de activos.
En la inversión tradicional hay una rentabilidad estimada, mientras que en la profesional una valuación calificada.
En la inversión tradicional se mantienen los activos a largo plazo, en tanto que en la profesional estos se rotan. En la tradicional hay una rentabilidad variable, mientras que en la segunda, una rentabilidad de tres variables.
“Esto debe llevar a reflexionar acerca del patrimonio que tenemos en Latinoamérica inmobiliario y cómo las familias tienen distribuido su portafolio”, recomendó el CEO de Inmsa.
Inmsa Real Estate Investments Management nació en 2001 como un grupo de familias y amigos que buscaba realizar inversiones inmobiliarias.
Desde entonces, con el objetivo de lograr la máxima rentabilidad, invierten activamente y conforman una red con los principales actores financieros e inmobiliarios.
En cuanto a alianzas, Inmsa conforma una red con los principales actores de los sectores inmobiliario y financiero. Es decir, bancos, estudios contables y jurídicos, escribanías, compañías de seguros, constructoras y desarrolladores, brokers inmobiliarios y financieros.
Inmsa es la primera compañía en México focalizada en gestionar vehículos de inversión directa a medida para familias de alto patrimonio. N
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