Una chimpancé que creció en cautiverio y fue enviada a un santuario para aprender a actuar como un animal de su especie fue golpeada hasta morir por sus congéneres.
La simia de cuatro años, Baran, fue reubicada del Zoológico Eram, en Irán, al Santuario Sweetwaters para Chimpancés, en Kenia, en agosto pasado.
El santuario está en la Reservación Ol Pejeta, la cual cubre 354 kilómetros cuadrados en el condado de Laikipia. Según declaración publicada en Facebook por la organización, la recién llegada tuvo un encuentro inesperado con algunos chimpancés, quienes reaccionaron agresivamente ante ella.
“Los cuidadores intervinieron rápidamente para detener la agresión. Sin embargo, dentro de ese poco tiempo Baran sufrió lesiones graves y requirió de una intervención médica urgente”, decía la declaración. “A pesar de los esfuerzos por salvar su vida, finalmente sucumbió a causa de las lesiones”.
“A pesar de los esfuerzos por salvar su vida, ella finalmente sucumbió a causa de las lesiones”.
Baran, quien nació en 2017 en el centro para la vida silvestre más grande de Teherán, tuvo una vida complicada. Su madre no pudo hacer un vínculo con la cría y no fue aceptada por los otros chimpancés en el zoológico.
Después de la muerte de su madre, Baran —“lluvia” en persa— fue mudada sola a una jaula para protegerla de los otros simios.
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Su transferencia al santuario keniano fue el resultado de meses de colaboración entre la Reservación Ol Pejeta, el Zoológico Eram, el Servicio de la Vida Silvestre de Kenia y otras organizaciones de bienestar animal.
Después de la transferencia, Baran estuvo en cuarentena por 90 días, como lo requirió el Servicio de la Vida Silvestre de Kenia. Durante este periodo tuvo acceso a una atención veterinaria las 24 horas, porque los chimpancés rescatados que llegan a Sweetwater por lo general necesitan ser tratados para mejorar su salud.
“Baran completó exitosamente su periodo de cuarentena y fue mudada de la cuarentena a la casa principal para chimpancés, donde estaba en el proceso de integración”, escribió Preservación Ol Pejeta. “Estaba en la etapa inicial de integración en una instalación donde podía ver a los otros chimpancés desde lejos, pero sin contacto físico”.
Durante esta etapa, que la organización de beneficencia dice que es necesaria para ayudar a los chimpancés a familiarizarse, Baran se saltó la seguridad y se acercó a los otros chimpancés.
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La declaración de la reservación continuó: “Pese a que los chimpancés estaban en una sala separados de Baran, había una pequeña sección en la pared con rejillas entre ellos. Fue entre estas rejillas que ocurrió un encuentro físico con algunos de los otros chimpancés”.
La Reservación Ol Pejeta dijo que 22 chimpancés habían sido integrados exitosamente en el santuario de Sweetwaters en años anteriores.
“Tomamos esta situación con toda la seriedad y debemos asegurarnos de que los procedimientos y protocolos se refuercen aun más”, añadieron.
“Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de Baran. Ella estaba lista para convertirse en un miembro juvenil de la familia más grande de 34 chimpancés que vive en el santuario”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)