EN UNA ENTREVISTA franca y amplia, Tom O’Connor, redactor en jefe de Política Exterior de Newsweek, habló con Imran Khan, el primer ministro de Pakistán, una nación situada entre Afganistán y China, tanto desde el punto de vista geográfico como estratégico. Khan habló sobre sus objetivos y sus temores para su país y para la región, y explicó por qué piensa que Estados Unidos debe mantener su participación en Afganistán.
Khan alcanzó la fama como la estrella del críquet que llevó a la selección nacional de Pakistán a obtener su primera victoria en la Copa Mundial de 1992. Tras concluir su carrera deportiva comenzó a realizar obras filantrópicas recaudando fondos para construir instalaciones de salud y realizar investigaciones médicas, y estableció el populista Pakistan Tehreek-e-Insaf (Movimiento por la Justicia de Pakistán) en 1996.
A través de su partido, aprovechó la insatisfacción popular por la corrupción, la discriminación religiosa y el estancamiento durante las siguientes dos décadas hasta llegar al frente de la política nacional, donde obtuvo posiciones en el parlamento y se convirtió en primer ministro en 2018.
Para gran parte del mundo, la principal preocupación de la región es que la retirada de Estados Unidos de Afganistán en agosto pueda empoderar a grupos militantes que busquen lanzar ataques en el exterior. Khan afirma que comparte esas preocupaciones. Pero su mayor inquietud no está provocada por el Talibán, con el que Islamabad ha establecido estrechos lazos. En cambio, es la gran cantidad de organizaciones fuera de la ley cuyo objetivo se centra de manera más inmediata en desatar el caos en la región.
En relación con China, el líder pakistaní rechaza la línea dura del presidente estadounidense, Joe Biden, calificándola de “innecesaria”. Khan no ve un rival, sino un socio para su nación y, potencialmente, también para Estados Unidos. Y en un momento en el que Estados Unidos estrecha cada vez más sus relaciones con India, el principal rival de Pakistán, destaca que su país sigue siendo un aliado preparado y dispuesto en temas de antiterrorismo y otros esfuerzos.
La cooperación entre Estados Unidos y las principales potencias de la región es la única forma de evitar una catástrofe, afirma Khan.
Esta entrevista, realizada por correo electrónico, presenta un infrecuente vistazo a una de las regiones más problemáticas del mundo a través de los ojos del líder de uno de sus países más importantes e influyentes.
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El diálogo ha sido editado ligeramente para mejorar su claridad.
—¿Cuál piensa usted que será el impacto inmediato de la retirada militar de Estados Unidos de Afganistán para Pakistán y para la región?
—Tras la salida de Estados Unidos, Afganistán enfrenta una difícil transición desde los últimos 20 años de estructura gubernamental apoyada por Estados Unidos y Naciones Unidas. El Talibán parece haber logrado el control de todo el país por primera vez en 40 años. Por esa razón, hay una esperanza de que se pueda restablecer la seguridad en todo Afganistán. Un Afganistán pacífico será beneficioso para Pakistán, pues abrirá posibilidades de proyectos comerciales y de desarrollo.
“Sin embargo, Afganistán enfrenta una crisis humanitaria debido a la pandemia de covid-19, a los conflictos y a las fallas de los gobiernos anteriores. Esto deberá recibir una atención prioritaria. Asimismo, necesitamos trabajar con las autoridades de Kabul para neutralizar a los grupos terroristas presentes en Afganistán, particularmente el TTP [Tehrik-i-Talibán Pakistán, el grupo opositor armado más grande del país], que ha sido responsable de miles de ataques terroristas contra Pakistán”.
—¿Piensa usted que la credibilidad y la influencia de Estados Unidos en Asia se verá afectada por esa acción? ¿Los países buscan socios de seguridad alternativos como China, o podrían buscar aferrarse a una presencia estadounidense, dado el caos que se produjo en medio de la retirada?
—Estados Unidos se ha librado de un lastre, es decir, de su costosa intervención militar, que, como ha admitido el mismo presidente estadounidense, no era una prioridad estratégica para Estados Unidos. Pakistán y Estados Unidos necesitan evitar el terrorismo que surja de Afganistán. Con este objetivo, debemos cooperar para ayudar a estabilizar Afganistán haciendo frente a la crisis humanitaria de ese país y apoyando su recuperación económica. Desde luego, podría producirse un impacto negativo inmediato en Estados Unidos debido a la naturaleza caótica de su evacuación de Kabul. Estados Unidos se retiró voluntariamente de Afganistán. Por esa razón, no creo que ese retiro perjudicará la credibilidad a largo plazo de ese país en el mundo.
“En cuanto a China, si esta ofrece apoyo económico a Afganistán, es natural que los afganos lo acepten. El Talibán ha dado una buena recepción a la posibilidad de incorporarse al Corredor Económico China-Pakistán y a establecer estrechas relaciones con China.
“Sin embargo, Estados Unidos también puede desempeñar una función importante y positiva en Afganistán al proporcionar asistencia humanitaria, apoyar la recuperación y la reconstrucción de Afganistán y cooperar para contener el terrorismo proveniente de Afganistán. Durante el proceso de paz de Doha, Estados Unidos estableció una relación de trabajo con el Talibán. Hubo una cooperación directa entre Estados Unidos y el Talibán durante el proceso de evacuación. Pienso que Estados Unidos puede trabajar con un nuevo gobierno en Afganistán para promover los intereses de ambos países y la estabilidad regional”.
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—¿Pakistán pretende reconocer al nuevo Emirato Islámico de Afganistán como lo hizo con el régimen talibán anterior? ¿Qué tipo de sucesos le gustaría ver en Afganistán antes de establecer una relación diplomática formal como esa?
—El Talibán ha establecido un “gobierno interino”, y sin duda, más adelante anunciará una estructura gubernamental más permanente. Pakistán está obligado a establecer relaciones con las autoridades de facto de Afganistán para evitar un colapso económico y humanitario, además del resurgimiento del terrorismo en ese país vecino.
“Una vez que el gobierno de Kabul restablezca el control en todo el país, habrá cumplido con los requisitos legales para ser reconocido. Sin embargo, Pakistán preferiría tomar una decisión con respecto al reconocimiento del nuevo gobierno junto con otros países vecinos de Afganistán”.
—Una gran preocupación de la comunidad internacional es la posibilidad de que grupos militaristas y separatistas aprovechen el descontento en Afganistán para planear ataques contra otros países, por ejemplo, contra ciudadanos chinos en Pakistán. ¿Pakistán comparte esas preocupaciones, y cómo planea hacerles frente?
—Realmente, existen muchísimos grupos terroristas que, aprovechándose del conflicto en Afganistán, se han trasladado a ese país. A Pakistán le preocupa mucho la amenaza del terrorismo proveniente de Afganistán, particularmente por parte del TTP, que ha llevado a cabo miles de ataques contra Pakistán desde el territorio afgano con el patrocinio y el apoyo de ciertos organismos de inteligencia hostiles.
“El TTP también ha sido responsable de la mayoría de los ataques contra ciudadanos chinos que trabajan en Pakistán, quizá con el apoyo del Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (MITO). Pakistán trabajará con las autoridades de Afganistán para detener al TTP y a otros grupos terroristas de Afganistán”.
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—Al tiempo que Estados Unidos se retira de Afganistán, se ha centrado más estrechamente en establecer relaciones de defensa con otros países de la región, especialmente India. ¿Esto le preocupa a Pakistán, dadas las tensiones que existen en Cachemira y la participación de India en el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral?
—Pakistán desea promover un enfoque amplio y no selectivo para neutralizar las amenazas terroristas provenientes de Afganistán. En este esfuerzo cooperaremos con la comunidad internacional, incluido Estados Unidos.
“Comprendemos que el apoyo militar de Estados Unidos a India está diseñado para contener a China, incluido el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, conocido como Quad. Pakistán tiene su propio punto de vista sobre la credibilidad de esta estrategia. En nuestra opinión, India nunca confrontará a China, en especial, no para servir a los objetivos estratégicos de Estados Unidos.
“El propósito de India al adquirir cantidades tan grandes de armamento es establecer su hegemonía en el Sur de Asia, y especialmente, amenazar y coaccionar a Pakistán. El 70 por ciento de las capacidades militares de India están desplegadas contra Pakistán y no contra China. Por esa razón, Pakistán tiene preocupaciones legítimas sobre el suministro de las armas y la tecnología más avanzada a India. Aparte de aumentar las probabilidades de un conflicto, una carrera armamentista en el Sur de Asia hará que India y Pakistán dejen de invertir en su desarrollo socioeconómico y en el bienestar de su pueblo”.
—Pakistán ha establecido una estrecha relación estratégica con China. ¿Existe la preocupación de que Pakistán pueda quedar entrampado en la rivalidad entre Estados Unidos y China?
—Las relaciones de Pakistán con China tienen 70 años de antigüedad. Dichas relaciones abarcan el sector económico, tecnológico, militar y otros. Durante todo ese tiempo, Pakistán también ha mantenido simultáneamente una estrecha relación con Estados Unidos. De hecho, el país que reunió por primera vez a Estados Unidos y China en 1971 fue Pakistán. No vemos ninguna razón por la que nuestra sociedad estratégica con China perjudique esta capacidad de mantener una continua relación de cooperación con Estados Unidos.
“Pensamos que la actual rivalidad entre Estados Unidos y China es innecesaria y contraria a los intereses de ambas potencias mundiales. La cooperación entre ellas las beneficiará a ambas, y es esencial para abordar la gran cantidad de problemas que enfrentamos: la pandemia de covid-19, la crisis económica de los países en desarrollo y la amenaza existencial del cambio climático. Esperamos que Pekín y Washington lleguen a la misma conclusión en el futuro próximo”.
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—El Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se reunió el 17 de septiembre. ¿Qué mensaje recibió usted de ellos en relación con Pakistán y con los estados pertenecientes a esa organización en cuanto a la forma de abordar el tema de Afganistán y otros asuntos regionales?
—Reconocemos la importancia de la OCS como una organización regional que agrupa a los países del centro de Asia. En la cumbre de la OCS presenté el punto de vista de Pakistán sobre la situación y manifesté la posible forma de afrontar los desafíos de la región provocados por la situación actual en Afganistán.
“Si India adopta una postura positiva en relación con Pakistán, la OCS podría servir como una plataforma útil para promover la estabilidad y la prosperidad en esta vasta área del continente asiático”.
—Ha habido preocupaciones sobre el ritmo de avance en los proyectos del Corredor Económico China-Pakistán. ¿Cómo ha beneficiado a Pakistán la alineación económica de ese país con China? ¿Espera usted que otros países sigan el ejemplo de Pakistán, o el proyecto Reconstruir un Mundo Mejor del presidente Joe Biden será un desafío para los proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta?
—China ha invertido ya 25,000 millones de dólares bajo el rubro general del Corredor Económico China-Pakistán (CECP). Actualmente, se están implementando proyectos con un valor de 20,000 millones de dólares. Están pendientes otros proyectos con un valor de 25,000 millones de dólares más. La pandemia de covid-19 pudo haber ralentizado la ejecución de algunos proyectos. Sin embargo, los objetivos del CECP se están alcanzando a tiempo, y su implementación se acelerará en el futuro.
“La iniciativa de Estados Unidos y del G7 (Reconstruir un Mundo Mejor) ha sido bien recibida por Pakistán. No la vemos como un rival de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Se trata de una iniciativa que puede contribuir a la construcción de infraestructura y otros proyectos importantes que permitirán que los países menos industrializados alcancen sus objetivos de desarrollo, así como los Objetivos de Desarrollo Sustentable”.
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—Este año se conmemora el décimo aniversario del asesinato de Osama bin Laden en el territorio paquistaní, y el decimosegundo aniversario del 11/9. ¿Cómo evalúa usted los éxitos y fracasos en la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos en las últimas dos décadas?
—Al-Qaeda, la organización responsable del 11/9, ha sido diezmada en Afganistán, en gran medida, gracias a la cooperación entre Pakistán y Estados Unidos contra el terrorismo, realizada en los últimos 20 años.
“Sin embargo, las causas fundamentales del terrorismo (los conflictos y disputas subyacentes y la injusticia económica y social) no se han abordado. Como resultado, la ideología y la narrativa de los grupos terroristas ha proliferado en varias regiones del mundo, entre ellas, África, y han surgido nuevas organizaciones terroristas.
“Además, en varias partes del mundo han surgido movimientos extremistas y grupos terroristas antimusulmanes. Vemos la manifestación más fuerte de esa islamofobia en la ideología extremista Hindutva de India, que ha desatado el terrorismo patrocinado por el Estado contra los musulmanes de los territorios ocupados de Jammu y Cachemira, y contra la ‘minoría’ musulmana de India, integrada por 200 millones de personas.
“El mundo necesita una nueva y amplia estrategia global contra el terrorismo para hacer frente a esas nuevas manifestaciones terroristas”.
—¿Cuál será el impacto a largo plazo en la región de la retirada de Estados Unidos de Afganistán? Si pudiera ver, digamos, cinco años en el futuro, ¿cuál cree usted que será la diferencia más profunda y qué suceso imprevisto podría cambiar esa previsión?
—Cuatro décadas de guerra y conflicto han tenido un impacto devastador en la economía, la sociedad y la política de Afganistán. Actualmente, hay un rayo de esperanza para terminar con la “larga guerra” y llevar la paz, la estabilidad y el desarrollo a Afganistán y a toda la región. Lo último que Pakistán desea es tener más conflictos y turbulencia en Afganistán.
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“Tras 20 años de intervención militar en Afganistán, la comunidad internacional no puede exonerarse a sí misma de sus responsabilidades hacia el pueblo afgano. Debe mantener su compromiso con Afganistán.
“Nuestra esperanza es que Afganistán se estabilice a través de la ayuda humanitaria, el apoyo económico y proyectos de conectividad e infraestructura, y que Estados Unidos, China y Rusia contribuyan para pacificar y reconstruir Afganistán.
“Si persiste la rivalidad con Afganistán y entre los estados regionales y las potencias mundiales, esto podría llevar a una nueva ola de violencia y conflicto en Afganistán. Esto produciría un nuevo flujo de refugiados, aumentaría la amenaza del terrorismo proveniente de Afganistán y desestabilizaría a toda la región”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek