YOO YOUNG-CHUL, un asesino en serie surcoreano conocido como el “asesino del impermeable”, es el tema de una nueva serie documental de Netflix titulada The Raincoat Killer: Chasing a Predator in Korea (El asesino del impermeable: a la caza de un depredador en Corea).
A principios de la década de 2000, Yoo asesinó a cerca de dos docenas de personas, a algunas de las cuales golpeó con un martillo hasta la muerte.
La serie en tres partes del director/productor estadounidense Rob Sixsmith desentraña el caso a través de entrevistas con varias de las personas que participaron en la investigación.
En el documental aparecen testimonios de los familiares de las víctimas, así como de detectives, fiscales y expertos en medicina forense. Entre los otros funcionarios que aparecen está el creador de perfiles criminales Kwon Il-yong, que analizó el estado mental de Yoo en aquel momento, y Kim Hee-sook, quien encabezó el análisis del estudio de Yoo, ubicado en un edificio de oficinas y residencial (conocido como “officetel” en coreano), y de los sitios donde enterró a sus víctimas.
¿QUIÉN ES YOO YOUNG-CHUL?
De acuerdo con un informe de la época publicado en Korea JoongAng, Yoo era un hombre de 33 años, desempleado y con antecedentes criminales cuando fue arrestado en julio de 2004.
Yoo confesó haber cometido una serie de asesinatos entre septiembre de 2003 y julio de 2004, y sus víctimas fueron personas de la tercera edad y trabajadoras de salas de masajes.
Los registros de la época muestran que el asesino había sido arrestado en 14 ocasiones por robo y violación desde que estaba en la secundaria.
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Yoo se casó con una masajista en 1992 y ambos tuvieron un hijo. Se informó que su esposa se divorció de él en 2002, mientras Yoo cumplía una condena por violación.
Tras su liberación, en diciembre de 2002, comenzó a salir con una mujer, pero esta también lo abandonó tras enterarse de sus antecedentes criminales, informó el diario Korea JoongAng Daily en julio de 2004.
Yoo se consideraba a sí mismo como “una persona inteligente” que afirmaba tener un cociente intelectual de 140 y era conocido por fingir enfermedades para tratar de que la policía bajara la guardia, como en su arresto de diciembre de 2002. En aquel momento fingió tener un ataque epiléptico e intentó escapar después de ser hospitalizado.
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También se informa que Yoo fingió sufrir epilepsia durante su arresto de julio de 2004 y logró escapar brevemente antes de ser arrestado de nuevo, 12 horas después.
Entre los elementos que la policía encontró en su vivienda al momento de su detención en 2002 se encontraban varios devedés de películas coreanas, entre ellas, Public Enemy (Enemigo público), en la que un detective sigue el rastro de un banquero que asesinó a sus padres.
También se informa que las autoridades encontraron una colección de historias y artículos sobre armas de fuego, de acuerdo con un informe de Korea JoongAng Daily publicado en julio de 2004.
LOS ASESINATOS EN SERIE
Al ser arrestado en 2004, Yoo afirmó haber asesinado a 26 personas.
Los fiscales de Seúl también dijeron en aquel momento que Yoo afirmó haberse comido algunos de los órganos internos de sus víctimas para “purificar su espíritu”, en una declaración hecha a la policía.
La Tercera División de Justicia Penal de la Oficina del Fiscal Público del Distrito de Seúl indicó: “Yoo testificó que, con el fin de purificar su espíritu, se comió algunos de los órganos internos de los cuerpos de cuatro de sus víctimas. Sin embargo, aún no hemos encontrado pruebas de esto”, informó el Chosun Ilbo en agosto de 2004.
“Es difícil creer la declaración de Yoo debido a que los asesinos en serie suelen exagerar”, observaron los fiscales en aquel momento. “Yoo pensaba que, si no lo hubieran atrapado, habría asesinado a 100 víctimas más. No muestra ningún signo particular de reflexión sobre la naturaleza de sus asesinatos en serie”.
Los fiscales también revelaron que Yoo planeó sus crímenes después de leer un artículo sobre otro asesino en serie surcoreano, Jeong Du-yeong, mientras estaba en prisión por acusaciones de violación. Jeong asesinó a varias personas adineradas en distintas partes del país de junio de 1999 a abril de 2000.
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Tras su liberación, en septiembre de 2003, se informó que Yoo había comprado armas y ensayado sus crímenes con perros antes de cometer su primer asesinato, el 24 de septiembre de ese año.
Sus primeras víctimas fueron un matrimonio de la tercera edad cuyos miembros trabajaban como catedráticos universitarios en Seúl. La policía indicó en aquel momento que Yoo confesó haberlos golpeado en la cabeza con un martillo el 24 de septiembre de 2003.
Apenas dos semanas después, irrumpió furtivamente en una casa de la capital surcoreana y mató a otras tres personas de la tercera edad usando un martillo, mientras que, en noviembre de 2003, se introdujo en otras dos casas de la ciudad y asesinó a varios residentes, también de la tercera edad.
Después, Yoo se mudó a un estudio en la parte occidental de Seúl, llamó a 11 masajistas a su vivienda y las mató a todas. Se informa que despedazó sus cuerpos y les cortó las puntas de los dedos para evitar que fueran identificadas antes de colocar los restos en bolsas de plástico y dejarlas en distintas zonas montañosas de los alrededores de Seúl.
LOS MOTIVOS DETRÁS DE LOS ASESINATOS
Cuando Yoo era joven vivía cerca de una casa de personas adineradas. Pero “su familia y el ambiente económico” lo desanimaban y “esos sentimientos se transformaron en hostilidad hacia los ricos”, señalaron los fiscales.
Presuntamente, el asesino en serie mató a varias mujeres porque su antigua amante lo había traicionado. Los fiscales también señalaron que asesinaba a mujeres que tenían un empleo similar al de su anterior amante” debido “a un espíritu de venganza”.
Un psicólogo que entrevistó a Yoo en aquel momento explicó: “Yoo no está mentalmente enfermo. Pero muestra signos típicos de trastorno antisocial en el que las personas establecen sus propios sistemas de creencias basados en la desconfianza en las normas sociales y morales”.
¿DÓNDE ESTÁ AHORA?
En diciembre de 2004, el juez principal Hwang Chan-hyeon, de la División 21 del Tribunal de Resoluciones de Justicia Penal del Distrito Central de Seúl, sentenció a Yoo a la pena capital, la máxima sentencia del tribunal, por el asesinato de 21 personas.
Desde entonces, se encuentra preso en un centro de detención, y su sentencia de muerte ha sido confirmada, pero no ha sido cumplida.
Hasta noviembre de 2019 se sabía que Yoo era uno de los cerca de 60 presos condenados a muerte cuya sentencia no se había ejecutado.
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De acuerdo con un informe publicado en 2007 por la agencia noticiosa surcoreana Yonhap, la ejecución de sentencias de muerte en Corea del Sur ha quedado en suspenso desde el inicio de la presidencia de Kim Dae-jung, el difunto ganador del Premio Nobel de la Paz, quien comenzó su mandato en 1998.
Las penas capitales siguieron siendo aplazadas durante la presidencia de Roh Moo-hyun de 2003 a 2008.
La última vez que se ejecutó la pena de muerte en el país fue en diciembre de 1997, durante la administración del expresidente Kim Young-sam. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek