KHALIL BAKHTYARI es un afgano que desde hace dos años vive en México. Es una de las 23 personas originarias de Afganistán que consigna el censo de extranjeros radicados en este país. Antes de que los talibanes dominarán Kabul y desde que Estados Unidos anunció el 8 de julio la retirada definitiva de sus tropas, Khalil ya se sabía expatriado y llevó consigo una misión: sacar a sus familiares de la zona de conflicto.
El contacto con Khalil es a través de un mensaje que ha enviado a redes sociales solicitando ayuda: “Escribo porque estoy desesperado y muy impotente. Mi hermano está atrapado en Afganistán con su esposa y sus tres hijos. Lamentablemente, no contamos con el apoyo de alguna institución ni del gobierno, ya que son ‘gente común’. Es por eso que pido tu colaboración para que nos ayudes a hacer viral este video para que llegue a más personas y haya alguien que nos pueda ayudar”.
En el video aparece con su esposa Fernanda Olivares y su hijo. Presenta fotografías de su familia en Afganistán, mientras explica el riesgo al que se enfrenta su hermano, pues perteneció al ejército afgano que ahora ha sido desplazado por las fuerzas talibanas.
“En Afganistán, cada día la situación es cada vez peor. Vivo en la Ciudad de México. Mi hermano ha trabajado para el ejército afgano por más de diez años y ahora su vida está verdaderamente en peligro”, menciona en el video que circula en Facebook.
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Aunque ha contactado a la embajada de México en Irán para gestionar una visa humanitaria para salir de la zona, sus familiares aún no logran abandonar la capital del país, Kabul, dominada por los talibanes, a pesar de que el ejército estadounidense aún mantiene el control del aeropuerto.
En entrevista con Newsweek México, Khalil cuenta que su hermano intenta llamarlo con frecuencia con frases que cada vez se vuelven más desesperadas. “As soon as you can, take me out of the country”, relata Khalil en inglés. “Tan pronto como puedas, sácame del país”, sería la traducción al español que habla poco.
“Está escondiéndose. No puede salir a la calle ni contactar gente, porque no quiere correr el riesgo, porque muchas veces los talibanes fueron a su casa y la catearon. Su vida está realmente en peligro en estos momentos. Sin embargo, es muy difícil entrar al aeropuerto ahora, aunque el interior está controlado por los estadounidenses, el exterior está controlado por los talibanes. Es muy difícil entrar al aeropuerto para tomar un vuelo”, explica.
La charla con Khalil se da el jueves, unas horas después de que se reportara un ataque al aeropuerto de Kabul que, al cierre de esta nota, sumaba un centenar de muertos: 95 ciudadanos afganos y 13 soldados estadounidenses.
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Las dos explosiones se registraron el jueves alrededor de las 17:11 de la tarde, hora local. En la Ciudad de México serían las 7 de la mañana. Al revisar las noticias sobre los miles de personas aglutinadas alrededor del aeropuerto, incluidas familias afganas con niños, intentando acceder al aeropuerto con la esperanza de subir a los vuelos para salir del país, el llamado de ayuda de Khalil toma una nueva dimensión.
Khalil hace una solicitud muy puntual a las autoridades mexicanas y organizaciones humanitarias para ayudar a su hermano, su cuñada y sus tres sobrinos —unos gemelos de cinco años de edad y un bebé de un año—. Comenta que su hermana también vive en Kabul.
“Cuando los talibanes controlen todo el país, estoy seguro de que las mujeres ni siquiera podrán aspirar a salir trabajar. Los talibanes han declarado que debemos esperar sus noticias respecto a las acciones que tomarán respecto a las mujeres”, comenta.
Khalil quiere contactar a todo aquel que tenga posibilidad de ayudarlo. Ha seguido con atención el anuncio del canciller mexicano Marcelo Ebrard respecto a que se ofrecerá asilo a los afganos que lo soliciten.
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La madrugada del miércoles, Ebrad recibió a reporteros y trabajadores de medios de comunicación, así como a sus familias, que provenían de Afganistán. En total fueron 124 personas que solicitaron visas humanitarias a México.
El hermano de Khalil es candidato a recibir uno de esos documentos migratorios, el problemas es que no puede salir de Kabul para llegar a Irán, donde podría acudir a la embajada mexicana. México no tiene relaciones diplomáticas con Afganistán, lo que significa que la representación más cercana del gobierno mexicano en la región está a 2,017 kilómetros de distancia, en Teherán.
Según el geolocalizador de Google, esa distancia entre Kabul y Teheraá toma 30 horas en auto o 13 horas en un vuelo. Sin embargo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha declarado que a los afganos que intentan abandonar el país se les ha prohibido la salida.
En 2012, en los años de ocupación estadounidense, Khalil salió de Afganistán para estudiar su licenciatura en la India. Se graduó como dentista. Conoció a Fernanda, su ahora esposa, por un intercambio cultural con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México.
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En 2019, Khalil estuvo un par de semanas en Afganistán para visitar a su familia antes de viajar a México. Debió tomar primero un vuelo a Dubái y luego otro de China a la Ciudad de México, pues su nacionalidad le impide aspirar a “visas de tránsito”. Incluso ya en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez debió pasar cuatro horas de interrogatorio migratorio, con cuestionamientos respecto a si quería cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
Actualmente, la situación es mucho más compleja. Las milicias talibanas han colocado puestos de control alrededor del aeropuerto internacional de Kabul y bloquean el paso a los que no tienen documentos válidos para viajar. Los documentos que el hermano de Khalil podría presentar quizá lo delatarían como miembro de un ejército que colaboró con las fuerzas estadounidenses, comprometiendo su seguridad. N