LOS QUEBEQUENSES que deseen comer en un restaurante, ejercitarse en el gimnasio o asistir a un festival deberán presentar un pasaporte sanitario a partir del 1 de septiembre, anunció el martes el ministro de Salud de esta provincia canadiense, Christian Dubé.
“Nuestro objetivo con el pasaporte es no volver a un confinamiento generalizado y, al mismo tiempo, evitar saturar nuestros hospitales”, afirmó durante una conferencia de prensa.
Quebec es la primera provincia de Canadá que implementa el pasaporte sanitario, obligatorio para quien quiera “acceder a eventos públicos concurridos y actividades con altas tasas de contacto y socialización”.
El gobierno de la provincia debe precisar en las próximas semanas qué lugares públicos específicamente tendrán la obligación de exigir el pasaporte sanitario en papel o en un formato electrónico, disponible por medio de una aplicación gratuita.
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Dubé aseguró que esta medida permitirá combatir el aumento de los casos de covid-19 y una “inevitable” cuarta ola.
“Tomando en cuenta el aumento de los casos, la llegada del otoño con el inicio del año escolar, la vuelta al trabajo y la prevalencia prevista de la variante delta, se dan las condiciones para tener que hacer uso del pasaporte de vacunación”, explicó el funcionario.
Las autoridades sanitarias de otros países —como Francia e Italia— coinciden en que el sistema de verificación de vacunas es la única manera de mantener abiertas las economías, sin que los sistemas públicos de salud colapsen por el alto número de pacientes.
En países como Francia, se han registrado protestas en contra de este tipo de pases sanitarios. Sin embargo, los países como Italia ya comenzaron a implementarlos para contener la ola de contagios en sectores específicos como en el uso del transporte público y entre el personal docente.
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De hecho, Francia comenzó a aplicar la medida desde el lunes como un plan que ha impulsado el presidente Emmanuel Macron para aumentar la vacunación. A la fecha, 66 por ciento de los franceses ya han sido inmunizados.
El pase sanitario, que ya se exige en lugares culturales desde el 21 de julio, consiste tener la pauta de vacunación completa, un certificado de que se superó la enfermedad con un test positivo de entre 11 días y seis meses o un test negativo de menos de 72 horas. N