UN NÚMERO histórico de atletas que participan en los Juegos Olímpicos de Tokio forma parte de la comunidad LGBT+, pues de los deportistas que están en la Olimpiada un total de 168 se han declarado públicamente gais, lesbianas, bisexuales, transgénero, queer o no binarios.
El sitio web outsports.com está registrando el número de atletas que han revelado públicamente su identidad no heterosexual en los juegos olímpicos. En Londres 2012 solo se registraron 23 atletas; la cifra aumentó a 56 en los juegos de 2016 en Río de Janeiro. El número de atletas LGBT+ en Tokio es el triple de la cantidad en los juegos olímpicos anteriores, reportó Associated Press.
“El aumento enorme en el número de atletas no heterosexuales refleja la aceptación creciente de las personas LGBT+ en los deportes y la sociedad”, dijo Outsports.
En el softbol, Amanda Chidester, de la selección de Estados Unidos, y Anissa Urtez, de la selección de México, están comprometidas y se convirtieron en una de las primeras parejas en enfrentarse la una a la otra en la olimpiada.
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Cuando el clavadista olímpico Tom Daley anunció en 2013 que estaba saliendo con un hombre y que “no podía ser más feliz”, su revelación fue un acto de valentía que, por su rareza, también expuso cómo los escalones más altos del deporte no eran vistos como un lugar seguro para la gran mayoría de los atletas LGBT+.
Por entonces, la cantidad de atletas olímpicos gais que se sentían capaces y dispuestos a hablar abiertamente de sus vidas privadas se podían contar con pocas manos. Había apenas dos docenas de atletas olímpicos abiertamente homosexuales entre los más de 10,000 que compitieron en los Juegos Olímpicos de Londres, una representación de cuán poco representativos y anacrónicos eran los principales deportes hace solo una década y, en gran medida, todavía lo son.
Aun así, en los Juegos Olímpicos de Tokio, la imagen está cambiando. Una ola de orgullo, apertura y aceptación con los colores del arcoíris se extiende desde las albercas olímpicas, los parques de patinaje, hasta salones y campos, con un número histórico de competidores abiertamente homosexuales.
Aun cuando la invisibilidad LGBT+ solía hacer que los deportes olímpicos parecieran estar desconectados con los tiempos, Tokio se está convirtiendo en un parteaguas para la comunidad y para las olimpiadas: ahora finalmente empiezan a reflejar mejor la diversidad humana.
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“Ya era hora de que todos fueran capaces de ser quienes son y lo celebren”, comentó la patinadora estadounidense Alexis Sablone, una de por lo menos cinco atletas abiertamente LGBT+ en ese deporte que hizo su debut en Tokio.
“En verdad es genial”, comentó Sablone. “Lo que yo espero que esto signifique es que incluso fuera de los deportes, los niños sean criados no solo bajo la suposición de que son heterosexuales”.
Daley también transmite ese mensaje desde Tokio, sus cuartos juegos olímpicos en general y los segundos desde que reveló su sexualidad.
Después de ganar el oro para Gran Bretaña con Matty Lee en clavados sincronizados en plataforma de 10 metros, el joven de 27 años reflexionó sobre su paso de ser un muchacho inadaptado que se sentía “solo y diferente” a ser un campeón olímpico, y dice que ahora siente menos presión en su actuación porque sabe que su marido y su hijo lo aman de todas formas.
“Espero que cualquier persona joven LGBT+ allá afuera pueda ver que no importa cuán solo te sientas ahora, no estás solo”, comentó Daley. “Puedes lograr cualquier cosa, y tienes una enorme familia elegida por ti allá afuera”.
“Me siento increíblemente orgulloso de decir que soy un hombre gay y también un campeón olímpico”, añadió. “Porque, ya sabes, cuando era más joven pensé que nunca iba a ser alguien o lograr algo por culpa de quien era yo”.
Aun así, quedan cosas por hacer. Entre los más de 11,000 atletas que compiten en Tokio, habrá otros que aún se sienten contenidos, incapaces de revelar su sexualidad y ser ellos mismos. La lista de Outsports tiene pocos hombres, lo cual refleja la falta de representación que se extiende más allá de los deportes olímpicos. El atleta olímpico finés Ari-Pekka Liukkonen es uno de los pocos varones abiertamente homosexuales en su deporte, la natación.
“En natación todavía es mucho más difícil revelar tu sexualidad por alguna razón”, confesó. “Si necesitas ocultar quién eres, es muy duro”.
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Apenas este junio un jugador activo de la NFL —Carl Nassib, ala defensiva de los Raiders de Las Vegas— se reveló como gay. Y apenas la semana pasada el primer jugador con un contrato firmado con la NHL de manera similar hizo ese anuncio histórico. Luke Prokop, un canadiense de 19 años con los Predators de Nashville, ahora tiene 189,000 me gusta en su publicación “Estoy orgulloso de decirle públicamente a todos que soy gay” en Twitter.
La sensación de que “todavía hay una larga lucha por delante” y que ella necesitaba dar un paso al frente y ser reconocida en Tokio, fue la razón por la cual Elissa Alarie, quien compite en rugby, contactó a Outsports para que pusiera su nombre en la lista. Con permiso de ellas, añadió a tres de sus compañeras del equipo canadiense.
“Es importante estar en esa lista porque estamos en 2021 y todavía hay, caray, primeros acontecimientos. Los vemos en los deportes profesionales masculinos, la NFL, y un puñado de otros deportes”, comentó Alarie. “Sí, hemos avanzado muchísimo. Pero el hecho de que todavía tengamos primeros acontecimientos significa que necesitamos seguir trabajando en ello”.
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Los atletas olímpicos revelados en Tokio son casi exclusivamente de Europa, Norte y Sudamérica, y Australia/Nueva Zelanda. Las únicas asiáticas en la lista de Outsports son la corredora de velocidad Dutee Chand y la patinadora Margielyn Didal de Filipinas.
Ese silencio sonoro resuena en Alarie. Al crecer en una pequeña población de Quebec, ella no tuvo modelos gais a seguir y “simplemente pensé que había algo mal en mí”.
“Al día de hoy, quienes somos todavía es ilegal en muchos países”, dijo. “Así, hasta que sea seguro para las personas en esos países revelar su sexualidad, pienso que necesitamos mantener esas voces fuertes y claras”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek