AGRESIONES SEXUALES, cuerpos estirados hasta el dolor para ganar flexibilidad y adolescentes humilladas al ser calificadas con exceso de peso, son algunas de las vejaciones que padecieron las gimnastas australianas en las últimas décadas, de acuerdo a un informe publicado este lunes.
“He tenido una buena vida a pesar de la gimnasia”, señaló una antigua deportista de alto nivel bajo la condición de anonimato, entre las cerca de 50 personas preguntadas en este informe por la Comisión Australiana de Derechos Humanos (AHRC).
“Pero he tenido que hacer frente a consecuencias físicas y psicológicas. Me hubiera gustado sin duda no haber formado parte de la élite de la gimnasia”, añadió.
La AHRC señaló que además de las agresiones, los gimnastas fueron víctimas de negligencias médicas, declaraciones racistas y sexistas, así como humillaciones físicas.
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“No se llevaron a cabo denuncias o investigaciones de los casos de maltrato, negligencia hacia los niños, mala conducta, intimidación, acoso y agresión sexual en la gimnasia”, lamentó la AHRC.
Gymnastics Australia contrató a la Comisión Australiana de Derechos Humanos en agosto de 2020 para realizar una revisión independiente de la cultura y la práctica en todos los niveles del deporte de la gimnasia en Australia.
La Revisión Independiente de Gimnasia en Australia llegó luego del lanzamiento del documental “Atleta A”. El documental provocó un intercambio global de experiencias de abuso en el deporte, a través de las redes sociales, con varios exatletas y padres de exatletas que se presentaron en Australia.
Al interactuar con miembros y ex miembros de la comunidad de gimnasia en Australia y realizar una evaluación de alto nivel de las políticas y los procedimientos, la revisión condujo a una comprensión integral de la cultura del deporte, incluidos los factores de riesgo sistémicos de abuso y negligencia infantil, mala conducta, intimidación, abuso, acoso sexual y agresión hacia los atletas.
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Algunos de estos factores de riesgo también existen en muchos otros deportes, incluidas importantes disparidades de poder entre atletas y entrenadores y administradores. Sin embargo, la Comisión descubrió que las facetas únicas de la gimnasia, incluida la proporción extremadamente alta de atletas jóvenes, contribuyen a un entorno de alto riesgo de abuso y al mantenimiento y refuerzo de los estereotipos e ideales sociales negativos en torno al género.
Situando las voces de los niños, los jóvenes y sus familias en el centro, este informe describe los hallazgos clave de la Comisión y presenta 12 recomendaciones para el cambio total del deporte.
La Comisión también identificó una cultura de “ganar a toda costa” que prevalecía en todo el deporte y descubrió que esto creaba riesgos inaceptables para la seguridad y el bienestar de gimnastas a menudo muy jóvenes.
El informe da a conocer testimonios de gimnastas que aseveran: “La entrenadora me estiró hasta un punto que quería morir. El dolor era atroz, si me enfadaba o lloraba, contaba más lentamente”.
Otra atleta dijo: “A menudo, cuando estirábamos, el entrenador tenía una erección, yo sentía que empujaba repetidamente sobre mis caderas o mi espalda, mientras gemía y suspiraba”.
“La primera vez que me dijo que estaba gorda, tenía 11 años y pesaba 22 kilos”, explicó una tercera antigua deportista. N