LA PANDEMIA por el covid-19 evidenció el dilema en el que se encuentra Estados Unidos frente a la migración. Los migrantes son “trabajadores esenciales” para su economía, pero sin estatus legal que les permita permanecer en el país. La exembajadora de México en Estados Unidos Martha Bárcena explicó que esto podría solucionarse con una reforma migratoria, no obstante, la politización de la crisis provocada por los miles de centroamericanos varados en la frontera con México empaña la discusión en el Congreso estadounidense.
“El riesgo de la manipulación de lo que está sucediendo en la frontera, con la migración centroamericana, (sería) tronar las posibilidades de reforma migratoria que es absolutamente indispensable y que significa un reconocimiento a ese carácter esencial de la comunidad latina y en específico de la comunidad mexicana en los Estados Unidos”, señaló Bárcena en un foro virtual organizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En el encuentro de expertos, denominado “El gobierno de Biden a 100 días: una mirada desde/hacia los vecinos”, Bárcena advirtió que el gobierno estadounidense no cumplió su promesa de revisar en un periodo de seis meses las solicitudes de asilo de miles de centroamericanos que esperan respuesta mientras permanecen en territorio mexicano, como parte del programa Quédate en México/Remain in Mexico, instalado por la administración de Donald Trump.
“México siguió recibiendo a los solicitantes de asilo a Estados Unidos, pero Estados Unidos no cumplió su parte del trato que era no tomar más de seis meses en desahogar los juicios de asilo para que no se acumulara el número de personas esperando una decisión de asilo”, lanzó Bárcena.
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A 100 días de que Joe Biden esté al frente de la presidencia estadounidense, la exembajadora y los expertos del CIDE identificaron que la migración, el agua y los tratados comerciales están entre los temas pendientes de la agenda bilateral con México que podrían revisarse en la próxima llamada entre la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Durante la charla, la exembajadora habló de los temas de manera “abierta”, como ella misma manifestó. “Habría sido mucho más prudente estando en Washington”, dijo quien fuera la primera mujer en haber estado a cargo de la embajada de México en Estados Unidos. En febrero pasado, la diplomática dejó esa oficina que ahora ocupa Esteban Moctezuma Barragán.
“La comunidad mexicana en Estados Unidos, durante el covid-19, fue terriblemente golpeada en materia sanitaria y en materia económica. Perdieron muchos empleos. Tuvimos una mortandad muy alta, porque muchas de las minorías fueron afectadas por comorbilidades, diabetes, obesidad, falta de seguro médico”, comentó Bárcena.
Advirtió que la designación de “trabajador esencial” tenía como objetivo que los migrantes no perdieran su empleo, porque todo empleado esencial debía seguir trabajando en las áreas agrícolas, en las empacadoras de carne, en los servicios sanitarios o en los supermercados.
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Sin embargo, esa calidad de “esencial” activó la movilización de los consulados mexicanos con las autoridades locales y de la embajada con el Departamento del Trabajo. Recordó que la mayor crisis se presentó en las empacadoras de carne en donde se contemplaron consecuencias legales, en caso de que los empleadores no garantizaran las condiciones sanitarias de los trabajadores.
“El lema que tuvimos durante el covid-19 y la Jornada de Derechos Laborales fue: si son esenciales como trabajadores, el respeto a sus derechos también debe ser esencial”, contó Bárcena, durante su intervención en la charla que moderó el internacionalista Carlos Heredia.
“Creo que el argumento político es que, si los trabajadores agrícolas y de plantas empacadoras de carne son esenciales y la economía estadounidense sí los necesita, pero son indocumentados, por qué el Congreso no toma medidas para una regularización de su estatus legal”, advirtió la diplomática.
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“Es ahí donde está el corazón del debate en el Congreso. El Congreso de Estados Unidos debe revisar si adopta una reforma migratoria comprensiva e integral o si va a adoptar diferentes legislaciones que van a proteger a grupos muy específicos.
“Creo que ahí está el debate y el gran riesgo de que se siga mandando el mensaje de que la frontera es un desastre y (hay) una crisis migratoria. Sin duda alguna hay muchos retos, pero eso es un manejo político para el debate migratorio en el Congreso”, concluyó la exembajadora. N