UN TUNECINO mató a puñaladas este viernes a una funcionaria de policía al grito de “Alá Akbar”, antes de ser abatido, en Rambouillet, Francia, en un crimen por el cual se abrió una investigación por terrorismo.
El ataque, que se produjo en la comisaría de esta acomodada y habitualmente pacífica ciudad de 26,000 habitantes, a unos 60 kilómetros de París, volvió a encender las alarmas en un país golpeado regularmente por atentados islamistas.
Según los primeros elementos de la investigación, la funcionaria administrativa, de 49 años, fue acuchillada dos veces en la garganta en la entrada de la comisaría cuando regresaba de su hora de almuerzo.
La víctima, madre de dos niños, sufrió en un principio un paro cardiaco y falleció poco después, a pesar de la intervención de los socorristas.
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Su agresor, de nacionalidad tunecina, la atacó al grito de “Alá Akbar” (Alá es el más grande), según una fuente cercana a la investigación. El hombre murió poco después abatido por otro agente, indicó una fuente policial.
“No cederemos en lucha contra el terrorismo islamista”, prometió el presidente Emmanuel Macron en un mensaje publicado en Twitter, en el que rindió homenaje a la víctima.
El primer ministro Jean Castex, que acudió al lugar del ataque, denunció en la misma red social un “acto bárbaro de una crueldad sin límites” contra “una heroína de la vida cotidiana”.
“Quiero decir a la policía que comparto su emoción y su indignación”, añadió.
Elle était policière. Stéphanie a été tuée dans son commissariat de Rambouillet, sur les terres déjà meurtries des Yvelines. La Nation est aux côtés de sa famille, de ses collègues et des forces de l’ordre. Du combat engagé contre le terrorisme islamiste, nous ne céderons rien.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) April 23, 2021
“Nuestra determinación en la lucha contra el terrorismo, en todas sus formas, se mantiene intacta”, reiteró Castex ante la prensa.
El atacante, de 36 años, llegó a Francia ilegalmente en 2009, pero desde entonces había obtenido un permiso de residencia, señaló una fuente policial, que añadió que no tenía antecedentes penales. Acababa de instalarse en Rambouillet.
Un cordón de seguridad impedía a una decena de curiosos acercarse a la comisaría, situada en una zona residencial acomodada, constató un periodista de la AFP.
Los últimos años han estado marcados por varios ataques con cuchillo en Francia. En octubre de 2020, en este mismo departamento del país (Yvelines) un profesor de secundaria fue decapitado por un joven de 18 años de origen checheno.
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El mismo mes, tres personas murieron a manos de un tunecino recién llegado a Francia en una iglesia de la ciudad mediterránea de Niza.
En septiembre, un paquistaní hirió a dos personas con un cuchillo frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo, que había publicado caricaturas del profeta Mahoma.
Y el 3 de octubre de 2019, en el recinto de la jefatura de policía de París, un empleado mató con un cuchillo a tres policías y a un funcionario administrativo, antes de ser abatido.
El gobierno de Macron intenta hacer aprobar un proyecto de ley que pretende reforzar el arsenal legislativo para combatir el islamismo radical en Francia, pero para sus críticos el texto estigmatiza a los musulmanes y limita las libertades. N