A UNOS DÍAS de comenzar las fiestas decembrinas, los hogares mexicanos comienzan a iluminarse con las luces que adornan y acompañan al tradicional árbol de Navidad. Particularmente, este 2020 le ha mostrado a la humanidad la fuerza del impacto ambiental en la naturaleza, mayormente causados por el hombre.
Ante ello, y para promover una festividad navideña consciente y con el desafío de romper algunos mitos acerca de la comercialización de árboles de Navidad naturales, la Comisión Nacional Forestal en México organizó el “Foro virtual de productores de arbolitos de Navidad”, en el que se presentó el trabajo de cuatro organizaciones que se dedican a la plantación, cuidado y deforestación en la comercialización de estos árboles.
Cada entidad federativa cuenta con puntos de venta de árboles de Navidad avalados por la Secretaría de Medio Ambiente y la Comisión Nacional Forestal que permiten preservar la economía de las comunidades rurales.
Existen dos tipos de árboles que forman parte de estos festejos. La primera opción son los árboles naturales que, tras cumplir entre cuatro y ocho años de vida, son podados para recibir la tradicional forma del árbol navideño.
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La segunda opción son los árboles navideños artificiales que, si bien se pueden usar durante años, la huella ecológica que dejan es nociva para el ambiente, ya que, en muchos de los casos, alguno de los elementos que lo componen no logra incorporarse al ambiente. Contrario a la composición biodegradable que sucede con un árbol natural.
Durante el foro, que la Secretaría de Medio Ambiente y la Comisión Nacional Forestal organizaron, el doctor en Ciencias de la Educación Ramón Burciaga Verduzco señaló que la importancia en el uso de los árboles naturales, para estas fechas decembrinas, se basa en que son producidos en plantaciones sostenibles por productores mexicanos en distintos partes del país.
“Durante su producción generan empleos y beneficios ambientales, son aromáticos y generan sensación de bienestar, y lo más importante es que son biodegradables”, añade.
En cambio, aunque los árboles artificiales llegan a ser más baratos, en comparación con un árbol natural, la huella ecológica que dejan durante el proceso de producción y transporte resulta irreversible para el ambiente.
“Los árboles de plástico tienen algunas características que hacen que su huella ecológica sea impactante. Son de plástico y a veces [tienen la] imposibilidad para reintegrarse a nuestro medio. No son biodegradables y generan mucha contaminación durante su producción, transporte y desecho”, explicó Burciaga durante el foro.
ETAPAS DE LA PLANTACIÓN DE ÁRBOLES DE NAVIDAD
Burciaga explicó que hay diversos mitos que se han creado alrededor del comercio de los árboles de Navidad: el que la gente piense que provienen directamente del bosque o que talan los árboles jóvenes para usarlos como en Navidad.
También se cree que las puntas de los árboles maduros se cosechan con fines maderables para constituir estos árboles de Navidad. “No es así”, señala Burciaga.
En este sentido, el especialista explicó que la producción de los árboles de Navidad requiere de un cuidadoso proceso que implica un cultivo. Según el ciclo de producción de los árboles, todo se inicia con la recolección de la semilla.
“En México hemos identificado la preferencia por algunos tipos de árboles del que destaca el pino ayacahuite, los oyameles y la Pseudotsuga. Independientemente de otras especies, ya que, básicamente, la producción se centra en estas tres”, menciona.
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Tras recolectar las semillas, estas son colocadas en los almácigos para la germinación. Un almácigo o semillero es un espacio pequeño dedicado a sembrar las semillas con el objetivo de que germinen y crezcan. Deben tener suficiente humedad y contar con la protección que les dé una temperatura adecuada.
Después de este paso, el producto de la germinación se envía al vivero para que madure, a modo de que esté en condiciones para plantarse en terreno. Ya que fue asentado en la tierra comienza la etapa de cultivo del árbol, el cual puede extenderse por un periodo de cinco a ocho años, incluso un poco más.
“Entre las especies utilizadas para comercializar en temporada navideña se encuentra el pino o Pinus ayacahuite con un turno de cinco a ocho años y el abeto Pseudotsuga menziesii, con un turno de ocho a diez años”, añade.
A los cuidados que los productores de árboles de Navidad se enfrentan durante el crecimiento de estos es el riego, que no siempre es necesario. Además, deben tomar en cuenta los deshierbes para evitar la competencia de la maleza, la fertilización y el control de plagas.
“Es en este proceso que también se le da prioridad a la poda del árbol, actividad principal para lograr una presentación agradable al comprador”, añade.
Ya que el futuro árbol de Navidad fue podado y se le dio la figura para estos festejos, se procede a su promoción y venta, que puede ser en pie o cortado y llevado a centros de consumo.
LOS NÚMEROS EN LA PRODUCCIÓN
Según cifras presentadas durante el “Foro virtual de productores de arbolitos de Navidad”, el Dr. Ramón Burciaga Verduzco, quien actualmente es gerente de plantaciones forestales comerciales en la Comisión Nacional Forestal (Conafor), señaló que de 2010 a 2019 en México se consumieron alrededor de 1 millón de árboles de Navidad.
Sin embargo, tan solo el 45 por ciento se producen en México y el resto se importa. Para Burciaga, estas importaciones impactan negativamente en la balanza comercial forestal.
En cuanto a las plantaciones de árboles de Navidad, datos de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) muestran que, en el periodo comprendido de 2009 a 2019, se establecieron 2,879 hectáreas de plantaciones forestales de árboles de Navidad distribuidas en 17 estados del país.
Dichas plantaciones han beneficiado a 287 pequeños plantadores, donde el Estado de México encabeza la lista con 729 hectáreas de superficie plantadas con apoyos de la Conafor.
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Para la actividad de las Plantaciones Forestales de Árboles de Navidad se tienen diversos beneficios, entre los que destaca la utilidad económica con la generación de empleo permanente en las comunidades forestales que contribuyen a reactivar la economía en las áreas rurales y ayudan a disminuir el déficit de la balanza forestal comercial al sustituir las importaciones.
Además, se obtiene un provecho ambiental, es decir, esta actividad permite recuperar la superficie forestal que estaba siendo destinada a la producción primaria en términos de agricultura y ganadería. Dichas plantaciones sustentables mantienen la cobertura forestal con la conservación del suelo, la regulación de los ciclos de carbono y de oxígeno, así como evitar el deterioro del suelo.
“Cuando el árbol de Navidad natural cumple su objetivo se puede reciclar, a diferencia de los árboles de plástico que no pueden ser reciclados, entonces, en casi cualquier ciudad importante de nuestro país se generan campañas de reciclado en donde se recuperar el árbol y se le da un tratamiento para acelerar su descomposición, generando abono o sustrato para los mismos árboles”, añade el Dr. Ramón Burciaga.
Si ya decidiste colocar tu árbol de Navidad natural, Newsweek México te comparte el directorio de puntos de venta autorizados por Conafor, en los que apoyarás la economía de pequeños productores mexicanos, quienes dedican todo el año en sembrar, cuidar y preservar a estos árboles y, así, reducir la huella ecológica negativa en el planeta durante estas celebraciones.
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