Este 2020, la ciberdelincuencia ha golpeado a la economía global con un alto costo de más de 1 billón de dólares. Esto significa un aumento del 50 por ciento frente al 2018, así como importantes impactos no monetarios, de acuerdo con una investigación.

El informe Los costos ocultos del cibercrimen, realizado por McAfee Corp en colaboración con el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), concluyó que el costo de la actividad delictiva en línea es de más del 1 por ciento de la producción económica mundial.

“La gravedad y la frecuencia de los ciberataques a las empresas sigue aumentando a medida que evoluciona el panorama de la ciberseguridad y aumenta el uso de los dispositivos personales”, dijo Steve Grobman, director técnico de McAfee.

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El documento también señala que “aunque la industria es cada vez más consciente de las implicaciones financieras del cibercrimen, como hemos señalado en este informe, otros costes extremadamente destructivos provienen de los tiempos de inactividad no planificados, la reputación de la marca y la productividad. Sin planes efectivos para responder y prevenir los incidentes cibernéticos, las previsiones indican que la cifra de 1 billón de dólares aumentará en los próximos años.”

Además, versa  la información, si bien la industria y el gobierno son conscientes de las implicaciones financieras y de seguridad nacional de los ciberataques, la inactividad no planificada, el costo de investigar las infracciones y la interrupción de la productividad representan costos de alto impacto menos perceptibles.

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La investigación surge a partir de una encuesta realizada entre 1,500 profesionales de la tecnología en los sectores público y privado de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Japón y Australia.

Además de lo monetario, el impacto de los ciberdelitos incluyó pérdidas en materia de propiedad intelectual y daños a la reputación de una organización, indica el informe.

“No es ningún secreto que el ciberdelito puede dañar la seguridad pública, socavar la seguridad nacional y dañar las economías”, agrega.

Pero hay “costos ocultos que las organizaciones pueden no tener presentes, como la pérdida de oportunidades, el desperdicio de recursos y el deterioro de la moral del personal”.

Los investigadores indicaron como preocupante que solo 44 por ciento de las empresas encuestadas tienen planes tanto para prevenir como para responder a los incidentes de seguridad. N